Candidato Parisi aboga por violar Tratado de Ottawa: recomienda minas para enfrentar crisis migratorias, mismas armas que mutilaron cientos de civiles inocentes en la frontera norte
En el primer debate presidencial televisado, el candidato Franco Parisi (PDG) generó controversia al proponer el uso de minas antipersonales para contener la migración irregular en la zona norte de Chile. Ante esto, Harold Mayne-Nicholls, también candidato y originario del norte, respondió con un llamado a la humanidad: “Creo que quien gobierna este país tiene que tener un poco de humanidad. Yo he estado con jóvenes de Vietnam, de Laos, de Camboya mutilados por una mina antipersonal”.
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Mayne-Nicholls agregó: “Créanme, trabajé una semana con ellos durante tres años… ha sido lo peor que me ha tocado en mi vida. Esos pobres muchachos lamentablemente ya no tienen ninguna gana de seguir viviendo”. Advirtió que las minas se desplazan y no basta con señalizarlas, enfatizando el riesgo permanente que representan.
La propuesta de Parisi ignora que Chile es signatario del Tratado de Ottawa (1997), que prohíbe categóricamente el uso, producción y almacenamiento de minas antipersonales. Luego de años de trabajo, el país cumplió en 2020 su compromiso de desminar 200 áreas fronterizas, retirando 179.815 minas, según datos oficiales. Sin embargo, el riesgo residual persiste, por hechos posteriores, lo que da cuenta que aún no se ha podido erradicar completamente.
Como reportó DW (agosto 2023), aún existen minas activas, como la antitanque que explotó en Arica en julio de 2023, hiriendo a seis soldados. Alejandro Pérez, exjefe operativo de la Comisión Nacional de Desminado, explicó que factores climáticos pueden desplazar estos artefactos, dificultando su rastreo.
Las víctimas civiles son un capítulo doloroso. En enero de 2003, el indígena aymara Félix Choque Castro perdió sus extremidades al pisar una mina en Iquique. Según las cifras de víctimas por víctimas antipersonales en el norte de Chile, desde 1976, superaría las 200 personas.
La población indígena del norte, particularmente Aymara, Quechua y Colla, transfronteriza y transhumante, ha sido especialmente vulnerable. Comunidades que habitan la triple frontera (Chile, Perú, Bolivia) sufrieron directamente los efectos de los campos minados instalados durante la dictadura de Pinochet en 1978.
Otro caso emblemático ocurrió en 2015: el joven migrante colombiano Marco Armando Cabezas perdió su pie izquierdo al pisar una mina en la Quebrada de Escritos mientras intentaba salir de Chile de manera irregular por vencimiento de la visa. Este incidente evidenció que el peligro sigue latente pese a los esfuerzos de desminado.
Expertos como Carlos Rivera, asesor en desminado, señalan que aunque los campos minados están señalizados, las minas antivehículos (no cubiertas por Ottawa) aún representan un riesgo. Pérez urge incluir estas en el artículo 5 del tratado para exigir su destrucción.
La propuesta de Parisi no solo viola el derecho internacional, sino que revive un trauma histórico. Como afirmó Mayne-Nicholls: “El norte está llorando, pero la respuesta no puede ser la inhumanidad”. La solución, subrayan las fuentes, requiere tecnología segura y respeto a los derechos humanos.
Ver también reporte de TVN del 2016
Ver también reportaje Tele13 sobre el peligro de las minas antipersonales