“Fiestas Patrias: la otra cara del consumo excesivo”

El consumo excesivo de alcohol y drogas durante Fiestas Patrias vuelve a poner sobre la mesa un problema estructural: la adicción

“Fiestas Patrias: la otra cara del consumo excesivo”

Autor: El Ciudadano
Marcelo Montiel

El consumo excesivo de alcohol y drogas durante Fiestas Patrias vuelve a poner sobre la mesa un problema estructural: la adicción. Más allá de la celebración, Chile enfrenta una realidad que deteriora la salud, la familia y la cohesión social. Las políticas públicas siguen siendo limitadas y el desafío requiere del compromiso del Estado, la sociedad civil y las familias.

Las Fiestas Patrias son una instancia de identidad y celebración para millones de chilenos. Sin embargo, junto a la tradición del asado, los volantines y la cueca, se instala una realidad menos visible, pero persistente: el consumo excesivo de alcohol y drogas. Lo que para muchos es un momento de disfrute, para otros puede convertirse en el inicio —o la profundización— de una enfermedad devastadora: la adicción.

Las cifras oficiales de SENDA son elocuentes. El consumo problemático se mantiene en niveles preocupantes, con impactos que van mucho más allá de lo individual. La evidencia muestra deterioro en la memoria y la atención, aumento de la violencia intrafamiliar, accidentes laborales y una carga creciente sobre el sistema de salud. No se trata de hechos aislados, sino de un fenómeno estructural que erosiona tanto a las personas como a sus entornos más próximos.

Existe, en este escenario, una verdad incómoda que no puede seguir siendo ignorada: para quienes mantienen un consumo activo y sin tratamiento, los caminos suelen reducirse a la llamada “triada de las adicciones”: la cárcel, el cementerio o las clínicas. La adicción no es un vicio ni un problema de carácter; es una enfermedad crónica, progresiva y mortal. Y, como tal, no admite soluciones mágicas ni atajos. La única salida viable es la recuperación.


Chile enfrenta aquí un desafío mayor. Si bien se han implementado políticas públicas en materia de prevención y tratamiento, su alcance sigue siendo limitado frente a la magnitud del problema. Las tasas de éxito en rehabilitación no superan el 20%, lo que refleja la necesidad de repensar la estrategia: ampliar la cobertura, fortalecer programas especializados y generar un abordaje integral que involucre al Estado, al sector privado, a la sociedad civil y, sobre todo, a las familias.

Estas Fiestas Patrias deben ser un momento de celebración, pero también de conciencia. No se trata de renunciar a la alegría, sino de ejercerla con responsabilidad, cuidando la vida y los vínculos que sostienen a cada persona. La adicción no es una condena definitiva: existen tratamientos, procesos de rehabilitación efectivos y, sobre todo, esperanza. El primer paso, sin embargo, exige un acto fundamental de valentía: pedir ayuda.

Por Marcelo Montiel, terapeuta intervencionista familiar en adicciones y director del Instituto
Castelao Chile


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