De Barcelona a Brasilia: la indignación global condiciona a sus gobiernos tras la interceptación de la ayuda a Gaza.
Italia paralizada por huelga general: dos millones exigen el fin del genocidio tras el asalto a la Flotilla
La interceptación por parte del Ejército israelí de la “Global Sumud Flotilla” ha desencadenado una ola de indignación global, materializada en multitudinarias protestas que desde este jueves han llenado las calles de ciudades de todo el mundo. De acuerdo con Público.es, miles de personas se han concentrado en capitales españolas como Madrid, Barcelona, Bilbao, Palma y Logroño, mostrando su apoyo a los activistas detenidos y coreando consignas como “la Flotilla no se toca” y “No es una guerra, es un genocidio”. En Barcelona, la movilización, que contó con la participación de representantes políticos de ERC, CUP, Comuns y PSC, según confirmaron los organizadores, derivó en momentos de tensión y detenciones por intentos de cortar el tráfico.
Ver reporte de Milenio TV: “El mundo reacciona a las acciones de Israel contra flotilla humanitaria hacia Gaza”
La protesta en Barcelona se replicó con aún mayor fuerza este sábado, en una manifestación calificada como “multitudinaria” por la Agencia EFE.
Según los organizadores congregó a 300.000 personas. La presidenta de la Comunidad Palestina de Cataluña, Natàlia Abu-Sharar, utilizó la plataforma para denunciar que los planes de paz son “una tapadera para seguir asesinando al pueblo palestino”. Bajo un ambiente familiar y vestidos de negro como gesto de luto, los manifestantes, convocados por más de 600 entidades, exigieron el fin del “genocidio”, un embargo de armas a Israel y la ruptura de relaciones con el Estado hebreo, coreando lemas como “Boicot a Israel” y “Free Palestine”.
Sin embargo, el epicentro europeo de la movilización se situó en Italia, donde, según reportó La Jornada de México, una huelga general paralizó el país y llevó a más de dos millones de personas a las calles para repudiar el asalto a la flotilla y el “genocidio” en Gaza. La Confederación General Italiana del Trabajo (CGLI) calificó la jornada de “éxito”, con una participación media nacional en la huelga del 60% y más de 100 marchas, siendo la de Roma la más numerosa con 300.000 manifestantes. Este vigoroso músculo social, en el país gobernado por Giorgia Meloni, creó caos vial en ciudades como Roma y Milán, donde activistas ocuparon la Universidad Estatal.
Las movilizaciones en Italia estuvieron marcadas por acciones de protesta contundentes. La Jornada de México detalló que en Turín se produjeron choques con la policía en la Universidad Politécnica, mientras que en Bolonia los manifestantes forzaron su entrada a una autopista tras enfrentarse con agentes antidisturbios. Asimismo, en Pisa se bloqueó la autovía Florencia-Livorno y en Perugia se ocuparon los andenes de la estación central. La protesta trascendió lo puramente político para infiltrarse en lo deportivo, con concentraciones en Florencia frente al centro de entrenamiento de la selección para exigir la suspensión del partido contra Israel.
La solidaridad se extendió de forma significativa por el resto de Europa. Público.es informó de que en Berlín, cinco personas fueron detenidas por arrojar pintura roja al Ministerio de Exterior alemán, mientras que en Marsella, más de un centenar de manifestantes propalestinos fueron arrestados por bloquear la fábrica de armamento Eurolinks, señalada por proveer componentes a Israel. En Bruselas, unas cuatro mil personas, según medios belgas, marcharon frente a las instituciones europeas para exigir el fin inmediato del bloqueo sobre Gaza, mostrando el carácter transnacional de las exigencias.
Fuera de Europa, el movimiento también encontró eco. Público.es destacó la protesta en Brasilia, donde un grupo de estudiantes de la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE) se manifestó frente al Palacio de Itamaraty para pedir al presidente Lula da Silva que “rompa relaciones con el Estado terrorista de Israel”. Mientras, en Barcelona, la movilización parece ser solo el preludio de una protesta sostenida, ya que, según agencias, un grupo de jóvenes mantiene una acampada en Drassanes con el objetivo de permanecer de forma indefinida hasta que se atiendan sus reivindicaciones, coordinándose para una huelga convocada para el 15 de octubre.