En el contexto del Estado español, el País Vasco sigue siendo una excepción por muchas razones. Su tradición de militancia y resistencia, marcada por décadas de lucha por la independencia y en solidaridad con los pueblos oprimidos de todo el mundo, convierte a esta región en una de las más vibrantes políticamente.
Denis Rogatyuk conversó con Diana Urrea, diputada de la coalición de izquierda vasca Euskal Herria Bildu, para debatir los últimos avances en la lucha contra el neoliberalismo dentro del Estado español.
¿Nos puedes dar un resumen de la atmósfera política en el País Vasco, en Euskadi en general, estos últimos meses? No hemos escuchado muchas noticias sobre lo que pasa allí.
Diana Urrea: Perfecto. Te diría en primer lugar que estamos en un momento político muy importante para la izquierda independentista y soberanista de Euskal Herria. Como sabes, formo parte de Euskal Herria Bildu y estamos en un momento muy importante porque, a nivel electoral, somos la primera fuerza municipalista del país y se están acometiendo importantes transformaciones desde el ámbito municipal, desde lo que entendemos es el punto más importante, porque al final es el nexo con las ciudadanas y los ciudadanos, y se están generando diferentes confluencias.
Estamos analizando otros contextos internacionales para coger buenas prácticas, y otros contextos también están analizando cómo estamos trabajando lo que nosotros consideramos un elemento muy importante: el municipalismo desde lo comunitario. Por otra parte, hay que decir que a diferencia de lo que pasa en el Estado español, donde hay un clima de polarización y crispación bastante fuerte, aquí se vive de otra manera. Hay discrepancias políticas, evidentemente, entre diferentes fuerzas políticas, pero se lleva de otra manera. El nivel político se nota muchísimo.
Hay una situación de crisis muy importante en torno a los servicios públicos y las cuestiones materiales más necesarias, como puede ser el derecho a la vivienda, que es uno de los temas más importantes y que más preocupan a la ciudadanía vasca.
La situación de la juventud también preocupa. Tenemos una población joven que no tiene muchas oportunidades a pesar de ser la más preparada, y lo que está pasando es que se está viendo una migración juvenil a otros territorios, cuando podríamos estar aprovechando toda esa capacidad que tienen. Estamos en un contexto en el que la población migrante ha incrementado de manera considerable en Euskal Herria, y es un momento importante porque hay una crisis demográfica en el país. Toda la población migrante que llega va a ser una aportación muy importante a este territorio en términos demográficos, entendiendo además el derecho a migrar como derecho humano.
Estamos en un momento en el que se está recibiendo población migrante y es una cuestión muy importante para nosotros. Tenemos la confrontación constante con el Estado, como nación sin Estado dentro del Estado español, por no tener todas las herramientas necesarias para acoger a las personas en las condiciones que creemos adecuadas y para plantear otra serie de políticas públicas para nuestro país. Por ejemplo, la Seguridad Social sigue dependiendo del Estado español. Hay elementos muy importantes que no son nuestros, que no dependen de nosotras, y por lo tanto hay una situación compleja porque no podemos desarrollar todo lo que queremos.
Recientemente hemos visto algo extraordinario aquí en el País Vasco, en Bilbao sobre todo: esta gran muestra de solidaridad con Palestina durante la Vuelta a España. ¿Existe o ha existido durante todo este tiempo ese gran sentimiento de solidaridad con el pueblo palestino?
Diana Urrea: Sí, yo creo que hay un elemento muy importante: el pueblo vasco siempre ha sido un pueblo muy solidario, ha tenido muy claro cuáles son los principios de ciudadanía global y solidaridad entre los pueblos. La solidaridad internacionalista ha estado muy presente, y esto lo podrás ver ahora que estás de visita aquí, no solo con Palestina, sino con muchos otros contextos internacionales, con pueblos oprimidos, donde ha habido una lucha compartida por la liberación de los pueblos. Siempre ha estado muy presente.
En el caso de Palestina, siempre ha habido una defensa del pueblo palestino y siempre ha habido un rechazo absoluto al sionismo israelí. Pero además, viendo la deshumanización absoluta, un genocidio televisado… yo creo que si esto no nos mueve como humanidad, ¿qué nos puede mover?
El pueblo vasco se ha levantado una vez más y rechaza de manera absolutamente contundente, sobre todo la indignación de ver que al día de hoy se mantengan acuerdos como el de la Asociación Unión Europea-Israel, que se sigan manteniendo relaciones comerciales, económicas y militares con un Estado sionista que lo único que quiere es desaparecer un pueblo.
El pueblo palestino ha salido despojado de su propia tierra, está viviendo en una esquina de todo su territorio y, por lo tanto, nos negamos como vascas y vascos a esto. Más allá de matices políticos que podemos tener, en esto sí que hay un acuerdo mayoritario. Hay un acuerdo muy importante de poner todas las herramientas que haya para detener el genocidio, y con mucho orgullo podemos decir que en el ámbito del deporte, por ejemplo, ha habido esa paralización, pero también en muchos ámbitos estamos consiguiendo que se den pasos importantes.
Es importante tocar el tema de América Latina. Como sabes, este año son las elecciones presidenciales en Chile, donde la coalición de los partidos de izquierda, centro izquierda y otras fuerzas moderadas van a enfrentar a la extrema derecha. ¿Cómo ves desde el punto de vista de Bildu la importancia que podría tener la victoria sobre el fascismo en Chile? Porque tú también eres una compañera latina.
Diana Urrea: Mira, justo tenemos una compañera que ahora mismo está volviendo de Chile, que ha ido precisamente del equipo de Relaciones Internacionales a analizar a fondo la situación en el país, porque como sabemos siempre, una cosa es lo que vemos desde fuera y otra cosa son los procesos internos.
Yo sinceramente espero que la esperanza venza al miedo. Tuvimos una pequeña alegría en Buenos Aires el otro día, y por lo menos nos da un poco de esperanza en medio de una situación muy adversa que está sufriendo América Latina, con un imperialismo absolutamente brutal por parte de Estados Unidos, que está de alguna manera determinando el presente y el futuro de muchos pueblos de América Latina y también de Europa, porque en Europa también hemos visto el sometimiento de Bonn y Berlín a Estados Unidos.
Aprovecho para comentar que se ha pedido desde la izquierda europea una moción de censura para Von der Leyen, porque es absolutamente brutal lo que está pasando con las políticas norteamericanas, lideradas por Donald Trump. En América Latina esto es fundamental.
Lo que pase en Chile va a ser un termómetro muy importante para ver qué va a pasar en otros territorios. Sabemos que el gobierno de Boric ha tenido sus luces y sus sombras, ha habido carencias, ha habido elementos que no se han podido llevar a cabo. El proceso constituyente tuvo situaciones que fueron muy dramáticas, pero desde luego, bajo ningún concepto podemos permitir que ni en Chile, ni en el Estado español, ni en ningún lugar del mundo pueda gobernar la extrema derecha. El voto antifascista tiene que prevalecer absolutamente.
Entrevista por Denis Rogatyuk / El Ciudadano