Durante el año 2000, Elián González se convirtió en un símbolo de la lucha del pueblo cubano contra el bloqueo. Tras ser secuestrado por su madre y la pareja de esta, sufrir la tragedia del naufragio del barco frente a las costas de Florida (EEUU) y una larga batalla por su custodia, el niño regresó a Cuba y se reencontró con su padre.
Décadas después, se convirtió en ingeniero industrial, joven líder político y miembro de la Asamblea Nacional de Cuba.
Denis Rogatyuk habló con Elian durante el IX Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba en México. Esta es su conversación:
Este año sin lugar a dudas ha sido un año complejo para Cuba, sobre todo con las nuevas medidas del bloqueo contra la isla. Pero hoy quería preguntarte sobre el papel de la solidaridad internacional. ¿En qué manera los actos de solidaridad han podido aliviar el sufrimiento del pueblo cubano en esta situación compleja?
Elián González: Bueno, la solidaridad tiene muchas aristas y todas son importantes precisamente en nuestros momentos más crudos y difíciles. La solidaridad es la que ha estado a nuestro lado dando donaciones, ya sea medicamentos, insumos médicos que son tan necesarios hoy para atender a nuestra población.
Pero no ha quedado solo ahí, sino que también la solidaridad juega un papel muy importante en llevar la voz de Cuba a otros espacios, a otros pueblos, a otros países y que se conozca la verdad sobre Cuba, porque si tan importante es lo material, aún más importante es que se conozca nuestra causa, que sean abogados de nuestra verdad y también cuando llevamos a que más personas lo conozcan, son más personas que se pueden sumar, son más esfuerzos lo que se aúnan para que sea un reclamo más grande al imperio, a las organizaciones que pueden hacer fuerza para que se levante el bloqueo y todas las medidas contra Cuba.
También hay algo muy importante en la solidaridad y es cuánto ayuda al pueblo de Cuba moralmente, porque cuando uno se da cuenta, cuando uno ve que no está solo, cuando uno ve que tantas personas de tantas latitudes se suman y hacen de su vida una lucha también por Cuba, uno se siente orgulloso con su país, orgulloso con lo que ha hecho la Revolución y se siente feliz de que tantas personas están a su lado.
Uno de los desafíos que tenemos que enfrentar estos días en Cuba, pero también en otros muchos lugares, es el problema de la desinformación, de las noticias falsas que ahora tienen nuevas formas en las redes sociales. El caso de Cuba es muy particular, porque incluso mucha gente tanto dentro como fuera, es decir, los que nacieron después del año 90, no han tenido la oportunidad para conocer a Cuba como fue durante su época dorada, durante los mejores años de la Revolución. ¿Cuál es el punto más clave que tenemos que comunicar sobre Cuba hoy para las nuevas generaciones, para las generaciones que nacieron en el año 90, en el 2000, los que nacieron en este milenio también? Para combatir esa desinformación sobre Cuba.
Elián González: Hay dos cosas que nos llevan a sentirnos orgullosos y luchar por lo que luchamos. Una es lo que era Cuba antes del 59, porque hay una campaña muy grande de mostrar una Cuba esplendorosa, una Cuba pudiente, una Cuba que muchos dirían que brillaba, pero esa no es la realidad, porque eso era lo que se veía en ciertos barrios, en las élites de poder. Había una Cuba detrás de esa, que era una Cuba saqueada, una Cuba pobre, una población que estaba siendo exterminada, una población que vivía una verdadera tiranía, una población a la que le eran arrebatados sus derechos.
Y lo otro que tenemos que hacer una alusión fuerte y es nuestra principal defensa, es lo que son verdaderamente los logros de la Revolución. La Revolución no es hambre, la Revolución no es penumbra, la Revolución no es apagones. Todo eso es producto de un bloqueo, producto de medidas que nos llevan a esas situaciones, a una asfixia económica que nos están provocando.
Pero la Revolución sí tiene logros, logros de la gente, que son los que hay que preservar, no podemos perderlos. Pero además son los logros que han llevado a que Cuba sea reconocida en el mundo entero y son los logros que han llevado a que Cuba sea un dolor de cabeza también para los imperialistas.
Y es precisamente la educación, no solo por el hecho de haber alcanzado una educación gratuita desde la primera infancia hasta la universidad, sino una educación de calidad. Es la salud, que alcanzó una salud que llegó a comportarse con índices de primer mundo. Pero esa salud y esa educación no solo quedaron para Cuba, sino que el país fue capaz de exportarla a los que la necesitaban.
Además de estos dos renglones, es increíble cómo Cuba, un país pequeño, un país bloqueado, haya obtenido resultados tan relevantes en eventos internacionales, es devoto de la cultura y todos son logros de la revolución. Y esos son los logros de la región que no podemos perder y a los que hay que seguir haciendo fuerza para que se conozca, que esa es nuestra verdad. La Revolución es eso.
Todo lo demás ha venido después de 60 años de cruel bloqueo y hoy con una nueva administración que tiene un poder doblemente cruel contra Cuba, un odio visceral, con una figura como Marco Rubio que conoce, ha estudiado cómo hacer daño a la Revolución cubana, pero peor aún, cómo hacer daño al pueblo cubano, que es quien al final sale perjudicado y es lo que están obligando.
Y para finalizar, tu caso es muy bien conocido, no solamente en Cuba, pero en el ámbito internacional. Todavía encuentro cada día varios grupos españoles que recuerdan tu historia, lo que pasó contigo y con tu familia. Y hoy en día creo que esta historia es muy relevante para tantos migrantes que tienen que enfrentar las nuevas olas de xenofobia, tanto en Estados Unidos como en Europa y en otros lugares. Desde tu punto de vista, ¿cómo podemos enfrentar y combatir esa xenofobia y cómo también ayudamos a los migrantes que caen en ciertas situaciones de marginalidad en países como Estados Unidos?
Elián González: Desgraciadamente es un fenómeno que siempre ha existido, pero que se ve hoy aún redoblado, con una oleada de lo que podemos decir es un fascismo nuevamente.
Con las administraciones de Trump hemos visto una ola de odio al emigrante, de medidas constantemente en contra de la migración, en contra de las poblaciones autóctonas de América Latina y con todo lo que sea diferente hoy. Y como mismo pasa en Estados Unidos, pasa en otros países. Yo creo que la campaña, la lucha tiene que ser en contra de eso, precisamente en contra del fascismo, en contra de todo lo que sea parecido a desigualdad, racismo, xenofobia. Porque lo que no podemos permitir es una nueva ola fascista que acabe con nuestros pueblos por color de piel o con cultura diferente.
Entrevista por Denis Rogatyuk / El Ciudadano