“Cayó una, pero nos levantamos mil en todos los territorios”: Nieta de Julia Chuñil a un año de su desaparición forzada

A un año de la desaparición forzada de la defensora mapuche Julia Chuñil Catricura, su familia y comunidades exigen justicia. Su nieta, Lissette Sánchez, denuncia la persecución por proteger un bosque nativo, la criminalización mediática y la impunidad del caso, quien señaló que no van a permitir que los años de lucha de su abuela queden en vano.

“Cayó una, pero nos levantamos mil en todos los territorios”: Nieta de Julia Chuñil a un año de su desaparición forzada

Autor: Seguel Alfredo
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¡CHEW MULEY, JULIA CHUÑIL!: A UN AÑO DE SU DESAPARICIÓN FORZADA, LA LUCHA POR EL BOSQUE NATIVO Y LA MEMORIA DE LA DEFENSORA MAPUCHE PERSISTE

Con una emotiva y firme intervención en un acto conmemorativo, Lissette Sánchez, nieta de la dirigenta mapuche y defensora territorial Julia Chuñil Catricura, alzó la voz para exigir verdad y justicia, a un año de la desaparición forzada de su abuela. El caso, que ha movilizado a comunidades dentro y fuera del país, expone la crudeza del conflicto socioambiental, la persecución al Pueblo Mapuche y la colusión entre el poder económico y la inoperancia estatal, según han denunciado comunidades y organizaciones.

El registro de la intervención de Sánchez, fue difundido por video a través de la fotógrafa, documentalista, realizadora audiovisual, Nicole Kramm Caifal, cuyo acceso se comparte al final de la nota.

El dolor de una ausencia forzada

“Hoy, como todos saben, ya se cumplió un año desde la desaparición forzada de mi abuela, Julia… es un día muy triste para nosotros, porque nunca imaginamos que mi abuela, que uno solía verla en el campo, trabajando, siendo una mujer muy trabajadora, amante de los animales, y de no verla más”, relató Sánchez, quien viajó desde el sur a Santiago para representar a su familia. La angustia, dijo, se profundiza porque “ni siquiera pudimos despedirnos de ella, y decirle cuánto la amábamos”.

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Frente a una audiencia mapuche, Sánchez narró cómo, tras una búsqueda infructuosa de un mes en la que “bomberos se retiraron”, decidió recurrir a las redes sociales para visibilizar la injusticia. “Compartí videos, imágenes, para que todos conocieran a mi abuela, y la injusticia que estábamos recibiendo nosotros como familia. Por el solo hecho de ser mapuche”.

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El relato devela el trasfondo de la desgracia: la defensa de un bosque nativo. “Mi abuela estaba protegiendo un bosque, estaba en la recuperación de un bosque de casi mil hectáreas, que el 90% de flores, fauna, hierbas medicinales, animales, un lugar muy hermoso”. Esta lucha la puso en la mira del empresario forestal Juan Carlos Morstadt, señalado por la familia como el principal responsable de las amenazas y hostigamientos que sufría.

“Muchos saben que mi abuela estaba recibiendo amenazas, hostigamientos… él era el que la amenazaba, la hostigaba, por la avaricia de tener este bosque nativo”, afirmó Sánchez. “Y ella un día, como hoy, subió, junto con sus perros, y este hombre, la avaricia, se la llevó”.

Criminalización mediática y montajes

La nieta de Julia Chuñil realizó una dura crítica a los medios de comunicación hegemónicos, a los que acusó de “prensa burlesca”. Denunció que “canales nacionales publicaron los rostros, la identidad de mis tíos”, exponiéndolos a la opinión pública y revictimizando a la familia.

Cuestionó también la credibilidad de los testigos protegidos en la investigación: “nosotros no sabemos quiénes son ellos, si son personas reales, o son personas que son creadas por estas mismas policías, para hacer uno y otro montaje”.

“Allá donde nosotros habitamos también nuestros vecinos, los apuntan con el dedo, los tratan de asesinos. ¿Cómo nosotros le vamos a hacer daño a nuestra abuela si la queríamos tanto? También canales nacionales publican notas. El canal 13 estuvo como cuatro días haciendo un reportaje, mostrándole la identidad de mis tíos y dejándolo a la opinión pública, donde también la gente es tan cruel y comenta barbaridades”, señaló la joven mapuche.

Agregó: “También no olvidar el asesinato de los animales de mi abuela, su caballito y su chancho, que eran parte de ella, que ella amaba a sus animales como sus hijos también fueron cobardemente asesinados”.

Impunidad y un avance en la causa

Un episodio que calificó de “una falta de respeto” fue la suspensión, tan solo diez minutos antes, de la primera audiencia del caso, a la que el empresario Morstadt no se presentó. “Para nosotros lo sentimos culpable”, expresó.

“El día de ayer iba a ser el primer juicio. Estaba mi familia, estaba la abogada Karina Riquelme, muchas comunidades acompañando a la familia. ¿Y qué pasó? Este empresario no se presentó, canceló la audiencia diez minutos antes”, indicó la joven.

Sin embargo, en un giro crucial, Sánchez confirmó durante la intervención que “hoy se confirmó que este empresario está como imputado”. Este avance, sostuvo, es un triunfo de la presión social: “Esto es gracias al apoyo del pueblo, de las personas, de las comunidades, las personas mapuche y no mapuche”.

El legado: “Caerá Una, Nos Levantaremos Mil”

Lissette Sánchez honró la memoria de su abuela no solo como familiar, sino como semilla de resistencia. “No solamente se llevó a mi abuela, no solamente la asesinaron, se llevaron años de sabiduría, de trabajo, de una mujer que amaba la tierra”. Recordó también a otras defensoras mapuche cuyos casos permanecen en la impunidad, como Nicolasa Quintremán, Macarena Valdés y Emilia Bau.

“Esta persona pensó que desapareciéndola nadie iba a exigir su bosque, su paradero, pero se levantó, cayó una, pero nos levantamos mil en todos los territorios”, declaró, anunciando la decisión familiar de continuar con la recuperación y protección del bosque que Julia defendía. “No vamos a permitir que los años de lucha de mi abuela queden en vano”.

Finalmente, envió un mensaje de fortaleza y continuidad en la lucha: “Y si algún día de mañana vuelve a desaparecer una lamien, una compañera, nos vamos a levantar una vez más. Y vengo nuevamente a alzar la voz por mi abuela porque la silenciaron. Pero nosotros vamos a seguir como familia levantándolo una y otra vez”.

El grito “¡Chew Muley, Julia Chuñil!” (¿Dónde está, Julia Chuñil?), coreado por los asistentes, resonó no como una pregunta, sino como una demanda colectiva e imperecedera de justicia.

Ver video. Publicación en instagram de Nicole Kramm Caifal


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