Conflicto en Punta Arenas: Trabajadores de distribuidora de Chevrolet inician huelga por imposición de la gerencia

La movilización del Sindicato Divemotor comenzó en respuesta a la negativa a negociar y a una serie de prácticas antisindicales.

Conflicto en Punta Arenas: Trabajadores de distribuidora de Chevrolet inician huelga por imposición de la gerencia

Autor: Ivette Barrios
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La movilización del Sindicato Divemotor comenzó en respuesta a la negativa a negociar y a una serie de prácticas antisindicales.

Este lunes se dio inicio a la protesta por parte de los trabajadores de la distribuidora Chevrolet, conflicto que se desencadenó cuando la empresa de la zona austral se negó a reconocer la existencia del sindicato debido al quórum, a pesar de su vigencia lleva más de una década —desde 2014—. Walter Cárcamo, presidente de la organización, quien lleva 30 años trabajando ahí, señaló que la empresa ha mantenido una postura inflexible que buscaba rebajar derechos laborales históricos, provocando la frustración de los trabajadores.

Cárcamo describe que las negociaciones se convirtieron en «imposiciones» y no un diálogo flexible. Según él, la propuesta de la empresa consistía en rebajar el piso de lo que tienen ganado desde siempre, afectando beneficios como la colación —el cual fue eliminado de forma unilateral— y buscando reducir bonos obtenidos históricamente. Los sindicalistas, que en su mayoría son mecánicos cuyo sueldo base es el mínimo —$529.000— y se complementa con porcentajes por trabajo realizado, pedían inicialmente un 10% de aumento, cifra que luego se redujo a sólo un 2%, equivalente a $10.000 por trabajador. Otra cosa que solicitan es que: «Nos mantengan nuestro piso porque ellos quieren bajar el que tenemos a la mitad», añade el dirigente.

El sindicato actualmente opera con siete integrantes y está compuesto mayoritariamente por personas de «la generación antigua», quienes eran en total 20 trabajadores, pero recuerdan que la actitud antisindical se manifestó en diversos momentos. Cárcamo relata un incidente donde la gerenta de ventas se negó a firmar un documento de la Inspección del Trabajo y le exigió la lista de nombres de los integrantes del sindicato: «Querer saber quienes están en la lista es antisindical», afirma Cárcamo, agregando que por este motivo se tuvo que interponer una denuncia ante la misma Inspección.

La situación de por sí ya era tensa, puesto que en una reunión previa, Cárcamo fue citado a gerencia. En dicho encuentro, Cerón le mostró cifras en el computador y le advirtió con tono amenazante, mientras tecleaba: «Si yo quiero, hago desaparecer al sindicato», recuerda, además, le indicó que disolvieran el sindicato, o era capaz de declararse en quiebra y no pagarle a ningún trabajador: «Con cuatro para qué van a seguir», habría dicho la ejecutiva. Estas amenazas, sumadas a la negación de la empresa a negociar y la rebaja de derechos, llevaron a los trabajadores a iniciar la huelga, a pesar de la debilidad de sus fondos.

La protesta comenzó a inicios de semana frente al local de Zona Franca. Cárcamo reporta que la reacción fue inmediata y hostil, ya que personal y Carabineros llegaron para intentar desalojarlos. Pese a que los uniformados verificaron que la manifestación es pacífica y no obstaculiza el tránsito, la presión no ha cesado. Recientemente, una persona se presentó en el domicilio del presidente del sindicato con unos papeles de denuncia, lo que él interpreta como un nuevo intento de amedrentamiento.

A pesar de las presiones, la huelga continúa, buscando visibilizar las prácticas que atentan contra la libertad sindical en la región.


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