«Turismo de guerra» en Bosnia: investigación en Milán por millonarios italianos que habrían pagado por matar a civiles en safaris humanos

La Fiscalía de Milán abrió una investigación por las denuncias sobre ciudadanos italianos que habrían viajado a Bosnia-Herzegovina en "safaris de francotiradores" durante la guerra a principios de la década de 1990. Según los antecedentes, los hechos se describen como una "cacería humana" llevada a cabo por "personas muy ricas", varias vinculadas con la ultraderecha, con una gran afición por las armas y dispuestas a matar por placer.

«Turismo de guerra» en Bosnia: investigación en Milán por millonarios italianos que habrían pagado por matar a civiles en safaris humanos

Autor: Leonardo Buitrago
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La Fiscalía de Milán, ha abierto una investigación sobre uno de los capítulos más oscuros de la guerra de Bosnia: los presuntos «safaris humanos» en los que ciudadanos italianos y otros extranjeros pagaron grandes sumas de dinero para viajar a Sarajevo y disparar a civiles por placer durante el asedio de la ciudad en los años noventa.

Según la investigación, estos «turistas de guerra» habrían pagado entre 80.000 y 100.000 euros (equivalentes a unos 116.000 dólares de la época) por participar en lo que denominaban «safaris» desde las posiciones serbobosnias en las colinas que rodeaban la ciudad.

En esta supuesta red de «falsos soldados», que incluyó a carios ciudadanos italianos, los integrantes hicieron parte en el conflicto como francotiradores disparando contra civiles, soldados e incluso niños.

La investigación, revelada por medios italianos y dirigida por el fiscal Alessandro Gobbis, indaga un presunto delito de homicidio voluntario agravado por crueldad y motivos abyectos . La causa judicial se basa en una denuncia de 17 páginas presentada por el escritor y periodista Ezio Gavazzeni, especializado en terrorismo y mafia, con el respaldo del exmagistrado Guido Salvini, el abogado Nicola Brígida y la exalcaldesa de Sarajevo Benjamina Karic.

El negocio del «Sarajevo Safari»

Los presuntos «turistas de guerra» operaban a través de una red organizada que, según los testimonios recogidos en la denuncia, contaba con el apoyo de estructuras vinculadas a los servicios de seguridad serbios. Los viajes se presentaban como «misiones humanitarias» para burlar los controles.

Los itinerarios comenzaban en el norte de Italia, donde los participantes se reunían mensualmente en Magenta, al oeste de Milán, antes de partir en autobús hacia Trieste . Desde allí, tomaban vuelos de la compañía serbia Aviogenex con destino a Belgrado, desde donde eran trasladados por tierra a las colinas que dominaban Sarajevo .

El documental «Sarajevo Safari» (2022), del director esloveno Miran Zupanič, fue fundamental para revivir estas acusaciones. La película recoge testimonios que señalan la participación de personas de diversas nacionalidades, incluyendo estadounidenses, canadienses, rusos e italianos, que fueron vistos en las líneas serbobosnias durante el conflicto.

Estos millonarios europeos simpatizantes de la causa serbia viajaban a Bosnia para participar en operaciones o, como revelan las denuncias, para matar por placer.

“La documentación revela que ciudadanos italianos viajaban a Sarajevo, pasando por Trieste, para matar a personas asediadas”, explicó el abogado Brígida a la agencia EFE. Mientras que Gavanezzi aseguró que «pagaban para poder matar a civiles indefensos» desde posiciones serbias en las colinas que rodean Sarajevo.

Según el periodista los hechos se traducen en una «cacería humana» llevada a cabo por «personas muy ricas», con una gran afición por las armas.

Influencia de la ultraderecha y tarifas por asesinar

De acuerdo con los antecedentes, varios de los participantes eran integrantes de grupos ultraderechistas o neofascistas que veían la guerra en Bosnia como una “defensa de la Europa cristiana” frente al islam.

Bajo su óptica los bosnios musulmanes eran vistos como “enemigos de la civilización occidental y emplearon un discurso racista e islamófobo para justificar sus actos de extrema violencia.

«La investigación italiana ha revelado que varios de ellos mantenían lazos con la ultraderecha italiana y el neofascismo, heredero de Benito Mussolinni, movimientos que durante la guerra de Bosnia apoyaron abiertamente la causa serbobosnia», indicó el periodista Javier Pérez en un artículo para Diario Universidad de Chile.

Asimismo, la investigación sacó a la luz que habría existido una escala de tarifas para asesinar las víctimas, dependiendo de si eran civiles, soldados o niños y que la red criminal habría contado con dos niveles logísticos: uno en Italia, encargado del reclutamiento, y otro en Bosnia que se hacía cargo de clasificar y coordinar a los llamados «turistas de guerra».

Testigos clave

Entre los testigos citados en la denuncia presentada por el periodista Gavazzeni y el exjuez Salvini, se encuentra un oficial de inteligencia militar bosnio con las iniciales E.S., quien declaró que sus colegas habían descubierto estos «safaris» a finales de 1993 y comunicaron la información al SISMI (el servicio de inteligencia militar italiano) a principios de 1994 .

Asimismo, habría revelado la presencia de al menos cinco francotiradores italianos mientras otro testigo identificó el origen de los hombres: Turín, Milán y Trieste.

De acuerdo con su testimonio, la respuesta del SISMI llegó dos o tres meses después.

«Le pusimos fin a esto y no habrá más safaris», le habrían dicho al oficial.

Contexto del horror: Sarajevo bajo asedio

El asedio de Sarajevo, que se prolongó desde 1992 hasta 1996, fue el más largo de la historia moderna, con un saldo de más de 11.000 civiles muertos, incluidos alrededor de 1.600 niños . La ciudad, que había albergado los Juegos Olímpicos de 1984, fue rodeada por el Ejército de la Republika Srpska, sometiendo a sus habitantes a constantes bombardeos y fuego de francotiradores .

El principal bulevar de la ciudad, Meša Selimović, fue apodado «Sniper Alley» (la Avenida de los Francotiradores) porque se convirtió en un corredor extremadamente peligroso pero imposible de evitar, ya que conducía al aeropuerto de Sarajevo . Tranvías y autobuses tenían sus ventanas disparadas y había señales de advertencia de francotiradores por todas partes .

El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) determinó en sus veredictos que la campaña de francotiradores tenía un único objetivo: «aterrorizar a los civiles» . Durante el juicio a Radovan Karadžić, el juez O-Gon Kwon declaró: «Los civiles de Sarajevo fueron blanco de los francotiradores mientras iban a buscar agua. Los francotiradores dispararon a niños mientras jugaban delante de sus casas, caminaban con sus padres, volvían de la escuela o montaban en bicicleta» .

El camino hacia la justicia

La investigación de Milán representa una esperanza para las víctimas que durante tres décadas han buscado justicia. En declaraciones a EL PAÍS, el abogado Nicola Brigida, quien colaboró en la preparación de la denuncia, destacó que presentaron una «documentación llena de pruebas que justifican una investigación más profunda»

«Creemos firmemente que puede conducir a la identificación de al menos algunos de los responsables de estos horrendos crímenes», indicó.

Brigida explicó que, según el código penal italiano, estos crímenes nunca prescriben y pueden ser juzgados en Italia aunque se cometieran en el extranjero .

«De lo contrario, un ciudadano podría ir al extranjero, cometer crímenes horrendos y luego refugiarse en Italia con impunidad», argumentó .

A pesar de la magnitud de estos crímenes, ningún francotirador ha sido llevado ante la justicia ni por los tribunales bosnios ni internacionales.

Según consignó Euronews la Fiscalía de Italia no ha ordenado interrogatorios ni ha inscrito nombres en el registro de sospechosos.

«El fiscal Gobbis ha encargado a los Carabinieri del ROS las diligencias necesarias para verificar la autenticidad de los documentos», indicó el medio citado, al tiempo que señaló q una vez que el caso sea analizado por las autoridades judiciales italianas, será remitido a la Justicia bosnia, como parte de un «procedimiento que se prevé largo y complejo».

Por su parte, el cónsul bosnio en Milán, Dag Dumrukcic, declaró que habrá “total colaboración” del Gobierno de su país. «Estamos impacientes por descubrir la verdad de un asunto tan cruel y cerrar las cuentas con el pasado», afirmó.

Mientras la investigación avanza en Italia, las víctimas del asedio de Sarajevo y sus familiares esperan que, tres décadas después, se comience a hacer justicia por uno de los capítulos más crueles y deshumanizadores de las guerras de los Balcanes.

«Turismo de guerra» en Gaza

A pesar de que el «turismo de guerra» en Bosnia ocurrió hace más de 3 décadas, en el marco del actual genocidio de Israel contra la Franja de Gaza han surgido denuncias sobre un “turismo de guerra”, en torno al enclave palestino.

Según el artículo de Javier Pérez para Diario U. de Chile, en las colinas, miradores y zonas próximas a la valla que separa Israel de Gaza, se llevan a cabo visitas de turistas quienes se congregan para observar los ataques militares.

«Personas —principalmente ciudadanos israelíes, pero también turistas extranjeros— se reúnen con binoculares, cámaras, bebidas y snacks para ver cómo caen las bombas sobre la Franja», indicó el periodista.


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