Alfredo Cueto, director de Radio Galáctika de San Antonio, conversó con El Ciudadano sobre el nuevo espacio de la emisora, «Raíces Costeras», conducido por el periodista Diego Rojas y financiado por el fondo de medios de comunicación social de la Segegob.
-¿Cómo nace la idea de crear Raíces Costeras y qué necesidad del territorio busca responder?
Raíces Costeras nace de la necesidad de escuchar el territorio más allá del ruido. De devolverle la palabra al borde costero, a sus habitantes, a quienes desde hace décadas resisten al olvido y al despojo. En el litoral central hay una historia viva que suele quedar fuera del relato dominante: la de las comunidades que defienden su entorno, que entienden el mar, las dunas o los humedales como parte de su identidad. El programa busca responder a esa urgencia: construir memoria desde la voz local y no desde la distancia institucional o mediática.
-¿Qué motivó este proyecto?
La motivación fue profundamente humana. Sentíamos que los relatos del litoral estaban fragmentados, como si cada comunidad luchara sola. Raíces Costeras surge para tejer esos fragmentos, para que los pescadores, científicos, profesores y activistas se encuentren en un mismo espacio de conversación y reconocimiento. Es también un gesto de amor por este territorio que no solo se habita: se cuida, se siente y se hereda.
-¿Qué vacío mediático identifican en la cobertura ambiental del litoral central?
Durante años, la prensa ha mirado el litoral desde la postal turística o desde la catástrofe. Faltaba una mirada que habitara el territorio con respeto y profundidad, una que entendiera que detrás de cada humedal o acantilado hay comunidades que lo defienden, memorias que lo sostienen. Raíces Costeras intenta llenar ese vacío, mostrando el litoral como una trama viva de relaciones entre naturaleza, historia y cultura, no solo como un escenario de conflicto.
-¿Cuántos capítulos llevan?
Son seis capítulos, todos actualmente en producción. Cada uno aborda un territorio distinto y una forma particular de habitarlo y defenderlo. Más que una serie, Raíces Costeras se concibe como un viaje: una deriva por la costa en busca de voces que aún resuenan bajo el viento del Pacífico.
-¿Cómo eligen a los invitados que dialogan en el programa?
Las personas invitadas no se eligen por currículum, sino por arraigo. Son hombres y mujeres que habitan los lugares que defienden: quienes han convertido su relación con la tierra y el mar en una forma de resistencia. Cada invitado encarna una mirada, un gesto de pertenencia. Nos interesa que la conversación nazca de la experiencia, no del discurso; que la palabra venga con sal y arena, no desde un escritorio.
-¿Qué temáticas han aparecido con más fuerza?
Con fuerza han aparecido las heridas del territorio: el avance inmobiliario, el abandono de los sitios patrimoniales, el olvido de las aguas y los cerros. Pero también surge algo luminoso: la persistencia de la comunidad, el compromiso silencioso de quienes siembran educación ambiental, arte y ciencia como formas de resistencia. En cada historia hay dolor, pero también esperanza y cuidado.
-¿Qué reacciones han recibido de parte de vecinos y organizaciones del litoral?
Las reacciones han sido muy emocionantes. Muchos vecinos agradecen que, por primera vez, su experiencia y su mirada sean recogidas con respeto y profundidad. Nos dicen que el programa los hace sentirse parte de algo más grande, de una comunidad que atraviesa toda la costa. Ese agradecimiento es, quizás, la confirmación más clara de que Raíces Costeras está cumpliendo su propósito.
-¿Cómo esperan que este proyecto aporte a fortalecer la conciencia ambiental local?
Queremos que Raíces Costeras funcione como un espejo: que quienes habitan el litoral puedan reconocerse y reconocerse cuidando. Que cada historia narrada active una memoria común y un sentido de pertenencia que derive en acción colectiva. Si logramos que alguien, después de ver un capítulo, mire de otro modo el mar o el humedal que tiene cerca, ya habremos contribuido a fortalecer esa conciencia ambiental que nace desde lo cotidiano y lo local.

El Ciudadano

