El 20 de diciembre de 2018, en pantalla abierta, Sebastián Piñera marcó una línea roja frente al liderazgo de José Antonio Kast. En entrevista con el noticiario de Mega, el entonces Presidente fue categórico: “Es cierto que en la última elección [José Antonio Kast] sacó una votación cercana al 8 por ciento, pero yo creo que no es el camino para Chile”. Hoy, casi siete años después de esa declaración, parte de su propia familia aparece respaldando “sin condiciones” al candidato presidencial republicano, en un giro que deja en evidencia la fractura interna del mundo piñerista frente al proyecto de Kast.
El contraste no es menor. En 2018, Piñera no solo tomó distancia, sino que lo hizo alineado con las palabras de su esposa, Cecilia Morel, quien días antes había advertido en La Tercera: “Siento que José Antonio está representando una sensibilidad que no quisiera que siguiera agrandándose”. Consultado en Mega, Piñera remató: “Una vez más estoy de acuerdo con mi mujer”. Y agregó un trazo grueso sobre la identidad que, a su juicio, debía primar en su sector: “Yo no creo en los extremos. Yo creo en el diálogo, en la colaboración, la búsqueda de acuerdos (…) Este Presidente, nuestro Gobierno y Chile Vamos somos un Gobierno y una coalición de centroderecha, apartada de los extremos”.
Piñera dijo coincidir con su esposa, Cecilia Morel, respecto al deseo de que no siga creciendo en Chile la sensibilidad que representa José Antonio Kast #SomosCooperativa pic.twitter.com/JdOrN7Q7QU
— Cooperativa (@Cooperativa) December 21, 2018
Siete años después, el cuadro es otro. Este 24 de noviembre de 2025, la familia Piñera-Morel se reunió con José Antonio Kast y su esposa, María Pía Adriasola, y salió de ese encuentro reafirmando su respaldo sin matices al candidato del Partido Republicano. Magdalena Piñera, hija del fallecido exmandatario, declaró tras la cita que apoyan a Kast “por convicción” y que no tienen “ninguna duda” de que “el adversario político es una candidata del Partido Comunista”.
“Sabemos que el comunismo no ha traído ni progreso ni democracia a ninguno de los países en los cuales ha estado. Así que hoy estamos por convicción apoyando a José Antonio Kast y esperamos que gane”, afirmó Magdalena Piñera, sellando públicamente el apoyo familiar al abanderado republicano.
Cuando Piñera marcó distancia de Kast
La entrevista de diciembre de 2018 no fue un comentario al pasar. Piñera usó ese espacio en televisión para trazar una frontera política explícita con el proyecto de Kast, que por entonces acababa de irrumpir con cerca del 8% en la elección presidencial.
“Yo creo que no es el camino para Chile”, dijo Piñera, tras recordar el resultado electoral del líder de extrema derecha. Esta declaración no era solo un contraste programático. Al respaldar las aprensiones de Cecilia Morel —quien había advertido que no quería que la sensibilidad encarnada por Kast “siguiera agrandándose”— Piñera se situaba deliberadamente en un carril distinto al del entonces diputado y ex UDI, dejando claro que su modelo de coalición no incluía la radicalización del discurso ni el retorno de los extremos.
Del recelo al apoyo “sin condiciones”
El tono de 2025 es otro. La familia Piñera-Morel no solo abrió las puertas a Kast, sino que lo hizo despejando cualquier ambigüedad. Tras la reunión con el candidato republicano y María Pía Adriasola, Magdalena Piñera habló de un encuentro “muy amable” y destacó que su madre y la esposa de Kast conversaron sobre el rol de la primera dama y el trabajo social asociado a la educación, un tema sensible para el clan familiar.
Pero el punto político vino después. Magdalena Piñera recalcó que no hay “ninguna duda” sobre quién es el adversario en esta elección: una candidata del Partido Comunista. Y sobre esa base justificó el respaldo familiar a Kast: “Hoy estamos por convicción apoyando a José Antonio Kast y esperamos que gane”.
Ese apoyo “sin condiciones” contrasta directamente con la frase de Sebastián Piñera en 2018, cuando advirtió que el proyecto de Kast “no es el camino para Chile” y reivindicó una centroderecha distante de los extremos ideológicos.
Con todo, la escena deja al descubierto una tensión incómoda: mientras la figura política de Sebastián Piñera es reivindicada en el actual debate público, una parte de su familia se alinea hoy con el mismo liderazgo que el expresidente consideró, en vida, como un riesgo de extremización para la derecha chilena.

