Por Fernando Astudillo Becerra
Chile se encuentra en una encrucijada histórica. El pasado domingo 16 de noviembre, la primera vuelta de las elecciones presidenciales nos dejó un mapa electoral donde la derecha y sus vertientes obtuvieron una suma significativa de votos, teóricamente constituyen una mayoría electoral.
Esta aparente consolidación de la derecha no se puede leer como una señal de que el pueblo chileno haya renunciado a sus demandas de dignidad y justicia social, muy por el contrario: es un síntoma de desencanto y una búsqueda desesperada de soluciones radicales ante problemas crónicos.
El voto de castigo y la sed de cambios inmediatos se canalizaron hacia opciones que prometen la «mano dura» o la «solución mágica» sin tocar las estructuras de poder que sostienen la desigualdad.
Jeannette Jara, representa a un Chile que aún cree en la solidaridad, en la justicia distributiva y en un Estado social y democrático de derecho.
La elección del 14 de diciembre no es una simple disputa política; es una decisión sobre el modelo de sociedad que queremos construir. ¿Seguiremos profundizando en un camino de individualismo y desigualdad, o daremos un giro hacia la protección de los derechos sociales y la dignificación de la vida?
No permitamos que el miedo o el desánimo nos paralicen. La derecha, con sus múltiples caras, propone un camino de repliegue, de menos derechos, de mayor represión y de protección de sus privilegios. La suma de sus votos en primera vuelta, por muy alta que sea, es frágil, construida sobre el descontento heterogéneo y no sobre una convicción programática sólida para las mayorías.
El voto de la juventud, el voto de la clase media empobrecida y el voto de los/as trabajadores es el que definirá el futuro. El destino de Chile no es la privatización de la vida, ni el autoritarismo, sino la construcción colectiva de un futuro más justo.
El programa de Jeannette Jara ofrece un camino claro y realizable, centrado en las necesidades urgentes de la ciudadanía. Son medidas que, por su impacto directo en la vida de la gente, concitan el apoyo de amplios sectores populares, más allá de las etiquetas partidistas. Sin embargo, para potenciar su adhesión se requiere que Jeannette Jara proponga medidas drásticas que apunten a rescatar la dignidad popular.
Lo que a continuación se propondrá es la opinión de un ciudadano que cree que el programa se potencia y enriquece si presenta al país 8 propuestas que, a nuestro entender, tienen el potencial de movilizar la esperanza y garantizar un triunfo popular en el balotaje:
1.- Que se comprometa a presentar un proyecto de ley para materializar un 4º retiro de los fondos de la AFP (14avo en términos legislativos). Si es cierto que los fondos son de las personas, no pueden estar enriqueciendo a unos pocos, mientras los dueños de ese capital no tiene recursos para pagar sus deudas o para mejorar mínimamente sus condiciones de vida.
2.- Que se cree la Comisión del Precio Justo, integrada por el Estado, representantes de los consumidores y productores/importadores. Su tarea principal será definir y monitorear una canasta básica de productos, alimentos esenciales y medicamentos estratégicos, limitando el alza de sus precios y la especulación, en ítems vitales.
3.- Que se proponga un programa nacional de pañales gratuitos para adultos mayores y ayudas técnicas: Crear un sistema de distribución directa a través de la Atención Primaria de Salud que garantice la entrega mensual y gratuita de pañales para adultos mayores y personas con dependencia y la provisión de las ayudas técnicas (sillas de ruedas, bastones, etc.) necesarias para un envejecimiento digno, aliviando el gasto familiar.
4.- Salud de calidad y sin esperas: Operaciones durante 16 horas diarias, con bono de desempeño. Para eliminar las listas de espera quirúrgicas, todas las salas de operaciones con que cuenten los hospitales públicos deberán funcionar 16 horas diarias. Es una catástrofe, y así debe abordarse, que mueran 30.000 chilenas/os esperando ser intervenidos/as. Para garantizar la adherencia del personal médico, se establecerá un bono de desempeño por tiempos reducidos que premie económicamente a los equipos que logren bajar los tiempos de espera a niveles OCDE.
5.- Alivio Crediticio: Renegociación obligatoria de intereses usureros, se promoverá la dictación de una ley que obligue a las instituciones financieras a reducir las tasas de interés de las deudas personales y familiares (no hipotecarias) que superen el 25% de los ingresos del hogar. Esto dará un respiro real a la clase media endeudada.
6.- Farmacias Populares a nivel nacional con fórmulas genéricas: usar la capacidad de compra del Estado para crear una red nacional de Farmacias Estatales (modelo similar a CENABAST y farmacias populares) que importe directamente medicamentos genéricos de alta calidad, garantizando precios 80% inferiores a los actuales para tratamientos crónicos.
7.- Bono por cuidado familiar y reconocimiento laboral: se establecerá un bono mensual por cuidado familiar equivalente al 50% del salario mínimo para aquellas personas (mayoritariamente mujeres) que acrediten la dedicación exclusiva al cuidado de un dependiente severo o adulto mayor.
8. Igualdad salarial para hombres y mujeres. Para igual trabajo, igual remuneración. Para ello se promoverá reformar el Código del Trabajo y el Estatuto administrativo, en el sentido que se propone.
Seguramente son muchas las ideas que llegan a Jeannette Jara. Esta es una propuesta que tiene la pretensión de que si es escuchada por ella y sus asesores/as, e implementada en su discurso, cambiará el curso de las preferencias de los electores ya que genera las condiciones para movilizar el voto de aquellos/as que tienen la pretensión de encontrar respuesta a sus necesidades en la derecha política y económica.
Transformar la decisión de esos votantes inclinará la balanza hacia Jeannette Jara quien encarna una propuesta donde el Estado es un garante, no un observador. Se puede triunfar, pero para ello se requiere audacia y un compromiso aún más radical, en la satisfacción de las necesidades más sentidas de chilenos y chilenas.
Por Fernando Astudillo Becerra.-

