Estudio proyecta disminución dramática de los bosques de algas para 2050
Una nueva investigación publicada en la revista PLoS ONE advierte que los bosques de algas marinas (kelps) de la costa del Pacífico de Sudamérica enfrentan una contracción severa de su distribución debido al cambio climático. El estudio, titulado «Kelps en movimiento: potenciales áreas de distribución futura ante el cambio climático, en la costa del Pacífico de Sudamérica», pronostica que para el año 2050, dos especies endémicas fundamentales podrían perder más de la mitad de su área de distribución actual, con graves consecuencias para los ecosistemas costeros y las comunidades que dependen de ellos.
El equipo científico, liderado por investigadores de la Universidad Austral de Chile y la Universidad Católica del Norte, modeló la distribución futura de dos especies de algas pardas del género Lessonia: L. berteroana y L. spicata. Estas especies forman extensos cinturones intermareales desde Perú hasta el sur de Chile, proporcionando hábitat esencial, protección costera y soporte para pesquerías, con un valor económico estimado en más de 54 millones de dólares anuales (según la publicación original). Los modelos, basados en cuatro escenarios de concentración de gases de efecto invernadero (RCP), revelan que los principales factores de estrés serán distintos para cada especie: la salinidad superficial para L. berteroana y la temperatura del agua para L. spicata (Duarte et al., 2025, Tabla 1).
Los resultados del estudio, replicados también por la revista Mongabay Latam, son alarmantes. Según el modelo de consenso presentado en el estudio, para 2050, Lessonia berteroana podría perder el 60.6% de su área actual, reteniendo solo un 31.6%. Su límite norte de distribución retrocedería unos 10 grados de latitud, desde los 14°S hasta cerca de los 24°S. De manera similar, Lessonia spicata enfrenta una pérdida potencial del 58.6% de su hábitat actual, conservando aproximadamente un 58.2% (Duarte et al., 2025, Tabla 2). Esta contracción masiva llevaría a la desaparición local de estas especies en un extenso tramo costero entre los 14°S y los 25°S, transformando radicalmente estos ecosistemas.
Aunque los modelos predicen algunas áreas de posible expansión (ganadas) hacia latitudes más australes, estas son limitadas y enfrentan barreras ecológicas. El estudio señala que la capacidad de dispersión natural de estas algas es baja (generalmente menor a 4 km) y podrían enfrentar competencia con otras especies, lo que dificultaría la colonización de nuevas zonas (Duarte et al., 2025, Discusión). Por lo tanto, las «áreas retenidas» o refugios climáticos identificados por el modelo—principalmente entre los 25°-31°S para L. berteroana y 35°-41°S para L. spicata—se vuelven críticas para la supervivencia a largo plazo de estos bosques submarinos.
Los autores subrayan la urgente necesidad de estrategias de gestión y conservación informadas por la ciencia. Destacan que actualmente no existen áreas marinas protegidas con vedas extractivas que resguarden específicamente estos refugios climáticos identificados para las Lessonia. Sin embargo, proponen que herramientas existentes, como el Área Marina Costera Protegida de Usos Múltiples del Archipiélago de Humboldt y el sistema de Derechos de Uso Territorial para la Pesca (TURF), podrían ser fortalecidos para implementar medidas de protección estricta, rotación de cosecha y restauración activa (Duarte et al., 2025, Discusión).
En conclusión, esta investigación proporciona una base científica sólida para una acción proactiva. «Nuestros resultados de modelado subrayan la urgente necesidad de estrategias informadas de gestión y conservación para los bosques de algas, que sirven como ingenieros vitales del ecosistema», señalan los autores en el resumen del estudio. Mitigar el declive de estos bosques de algas no solo es crucial para la biodiversidad marina y el secuestro de carbono, sino también para la sostenibilidad social y económica de las comunidades costeras de Chile y Perú que históricamente han dependido de este recurso.


