La mano ancha dada por las autoridades a la industria salmonera sigue acarreando consecuencias nefastas. Un nuevo caso de virus ISA de la variante HPR8 fue detectado en en centro de cultivo Chivato 2, de la empresa Salmones Blumar S.A., en la Región de Aysén, estableciendo esta semana la Superintendencia de Medio Ambiente como «zona infectada» el área de 5 millas naúticas alrededor del centro.
La gravedad del asunto radica en los graves incumplimientos ambientales y sanitarios detectados por el organismo a la empresa el pasado mes de abril, entre los que se señaló la existencia de flagrantes irregularidades en varios de sus centros de engorda de salmones. Entre ellas, cabe referirse a la presencia de residuos en el borde costero y el fondo marino, la ausencia de protocolos adecuados de desinfección de redes, el vertimiento de desechos orgánicos, la disposición deficiente de las mortalidades recolectadas (que no eran recogidas diariamente) y ausencia de las medidas de contingencia en caso de mortalidad masiva.
Estos graves incumplimientos le salieron, no obstante, totalmente gratis a la empresa, que solo tuvo que presentar, tal y como permite el protocolo sancionatorio de la SMA, un Programa de Cumplimiento que fue aceptado y se supone que aplicado para poner fin a las falencias.
Sin embargo, los resultados de esta carta blanca de indulgencia que la SMA extiende no solo a las salmoneras, también al resto de empresas extractivas como mineras o forestales a pesar de la gravedad de las detecciones en la mayoría de casos, han facilitado una cultura de rompo-pago (o presento un programa de cumplimiento) que provoca la falta de acoplamiento a lo que la ley establece en muchas de ellas.
Sin duda, la reaparición del virus ISA en Aysén –donde ya se confirmaron dos casos este mismo año en los centros de cultivo de la empresa Cupquelan S.A– pone sobre la mesa la necesidad de aplicar medidas realmente restrictivas y punitivas contra quienes burlen la seguridad en sus explotaciones. De hecho, fueron las malas prácticas sanitarias de la industria y especialmente la alta densidad de los centros de cultivo -el hacinamiento de los salmones provoca una bajada de su capacidad inmunológica-, ayudaron a expandir el virus y a provocar la grave crisis sanitaria en la que el virus ISA sumió a Chile en 2008.
De acuerdo a lo informado por Sernapesca, los centros situados dentro de la zona infectada, considerados «en riesgo» serán monitoreados quincenalmente, en tanto que los que se encuentran en «zona de vigilancia», lo serán mensualmente.
El Director Nacional de Sernapesca, José Miguel Burgos, señaló que «A raíz de este nuevo caso, los Médicos Veterinarios del Servicio se encontrarán en los centros de zonas aledañas realizando campañas sanitarias a objeto de evaluar la condición sanitaria, y en el Centro Chivato 2 se estará monitoreando la evolución del caso y sus medidas de control».
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