La Hora de la Izquierda

El triunfo de la derecha en las últimas elecciones presidenciales, no sólo mostró el fracaso de la Concertación para darle continuidad a su proyecto populista de mercado, sino que además, dejó al descubierto la incapacidad de la izquierda de levantar un proyecto alternativo que le permitiera situarse como un actor relevante en la política nacional

Por Wari

07/04/2010

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El triunfo de la derecha en las últimas elecciones presidenciales, no sólo mostró el fracaso de la Concertación para darle continuidad a su proyecto populista de mercado, sino que además, dejó al descubierto la incapacidad de la izquierda de levantar un proyecto alternativo que le permitiera situarse como un actor relevante en la política nacional. En efecto, después de 20 años el escenario nos revela una izquierda atomizada, con escasa presencia social y sin un discurso consensuado que le permita una plataforma de unidad para enfrentar los desafíos que demanda la hora actual, tal vez la más auspiciosa para levantar un modelo alternativo al plateado por La Concertación y la derecha.

Las razones para entender el debilitamiento progresivo de este sector son múltiples y variadas, pero quizás, una de las más importantes se sitúa en la fractura ideológica que se origina a finales de los ochentas, la que golpeó fuertemente a una izquierda que se nutría de un poderoso soporte intelectual que le daba sustento y razón. Situación que permitió la cooptación fácil de muchos de sus exponentes hacia el populismo de mercado, encarnados en las propuestas PS y PPD; y como consecuencia de ello, dejó a la deriva a una izquierda histórica cuyo único derrotero fue la mera supervivencia. El peso del intelectualismo de izquierda, como el dios Jano, tiene dos caras, una fragmentó la discusión en tendencias, referentes y propuestas sectoriales; la otra cara, más benévola, permitió una discusión constante, a veces autodestructiva, pero que posibilitó una permanente confrontación ideológica de cara a sus bases.

La izquierda en Chile no murió, se encapsuló, no desapareció, simplemente se ocultó. Durante los últimos 25 años en nuestro país ha proliferado una pléyade de colectivos, organizaciones de base, asociaciones de base gremial, cultural, poblacional y estudiantil; algunas de corta vida, otras han logrado posicionarse con presencia nacional con un perfil netamente de izquierda. Muchos de sus participantes se “fueron a sus casas” o se incorporaron al sistema, pero con una visión crítica producto de su formación de izquierda; ellos se constituyen en un activo político, en un ejército de reserva que se debe tener presente.

LA NUEVA SITUACIÓN

La difícil situación de la izquierda chilena, debido a su precariedad, no le permitió aprovechar algunas de las coyunturas que hubiesen podido cimentar un sano reposicionamiento, me refiero a las crisis cíclicas por la que ha atravesado el sistema neoliberal en los últimos 20 años, crisis asiática del 98 y el gran crack del 2008. La situación hoy día es particularmente diferente, a la crisis estructural del sistema político chileno que termina autoexcluyendo a más de un 40% del electorado, bajo la bota de una Constitución antidemocrática creada para mantener un sistema económico injusto, se debe unir la catástrofe ocurrida el pasado 27 de febrero. En efecto, hoy día el país es muchísimo más pobre, unido a la pérdida de vidas humanas e infraestructura, habrá que agregar la falta de viviendas, el aumento de la cesantía y el alza del costo de la vida que afectará a los más necesitados.

Digámoslo con todas su letras, descontento social va haber, de la izquierda depende conducir ese legítimo malestar; para esto, se necesita cambiar las coordenadas de cómo se articula la expresión social, cambiar la cultura de la mendicación por la cultura de la exigencia de derechos, hacer de la montonera una protesta, convertir la muchedumbre en pueblo. En esta práctica nadie tiene la receta mágica, todos sabemos lo que hay que hacer, significa arremangarse pantalones y mangas ya que nos vamos a ensuciar, todo sirve, hay que desempolvar los mimeógrafos, esténcils y todo lo demás que se guardó por si las moscas. Este gobierno no va a ser capaz de responder a las necesidades inmediatas y a la frustración acumulada por años, no es posible, el presupuesto no da y la cuenta tendrán que pagarla los de siempre, los más pobres.

LAS TAREAS URGENTES

Generar un proceso de reconstrucción de izquierda no es una tarea autorreferente, es un imperativo patriótico por recuperar las garantías y derechos robados a nuestro pueblo hace 37 años, donde bajo manu militari se impuso un sistema basado en el lucro, el individualismo y la sobrexplotación. En momentos de reconstrucción se debe ser generoso, el que tiene más debe dar más, situación que debe comprender el Partido Comunista generando un nuevo trato con las fuerzas auténticamente de izquierda, que permita recomponer las desconfianzas que se han generado en estos años. Un proyecto de izquierda democrático debe fundarse sobre la base de pocos lineamientos, pero ampliamente consensuados, claros y precisos; esto permitiría articularlos bajo una multiplicidad de formas sin desperfilar a nadie en sus prácticas. Pienso en este momento en dos conceptos, uno táctico y el otro estratégico.

El primero lo pateó MEO y lo cabecearon a disgusto todos los demás candidatos, me refiero al alza en la carga impositiva para los que ganan más; una demanda como esta se encuentra en el ADN del sentido común de nuestra sociedad, los que ganan más pagan más, la reconstrucción se debiera pagar con impuestos a las ganancias de la minería extranjera y las grandes empresas nacionales y transnacionales.

El segundo concepto es estratégico, se debe refundar la soberanía popular en base a una Asamblea Constituyente democrática y participativa, que permita por primera vez en nuestra historia patria, dotar al país de una Constitución auténticamente democrática. Sobre ejes simples pero entendibles, se debe asumir una pedagogía popular que permita rearticular el tejido social, politizar al pueblo en pos de conquistar sus derechos, tarea a la que todos deberíamos sumarnos cuanto antes porque, qué duda cabe, esta es la hora de la izquierda.

Por Horacio Viscontti H.

Ex Dir. Revista Pretextoss
http://www.nodo50.org/pretextos/index.html

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