Mientras las imágenes médicas de hoy son elocuentes en su realismo, la ilustración médica de los siglos pasados (incluso la fotografía de 1800 y principios de 1900) tenía un enfoque estilizado y artístico, como si la calidad estética del dibujo fuera tan importante como la enfermedad o deformidad que estaba destinada a retratarse con fines educativos.
En estas imágenes nos muestran la visión que se tenía de la “deformidad” o la “anormalidad”, tema que Foucault trata en el curso dictado en 1975 en la Collège de France titulado “Los Anormales”. En dicho curso, el filósofo francés ahonda en el análisis de estos individuos “peligrosos” denominados en el siglo XIX “anormales” y describe sus tres principales figuras: los incorregibles, los onanistas y los monstruosos, estos últimos con deformidades que hacen referencia a las leyes de la naturaleza y las normas sociales.
Igual que al chamán en los pueblos primitivos, las antiguas culturas consideraban a los seres anormales y mutilados dotados de extraordinarios poderes. Como apunta Juan Eduardo Cirlot en su Diccionario de Símbolos, y continúa:
Toda mutilación se juzga resultado de una compensación y no inversamente. Es decir, para el criterio psicológico, la cualidad excedente sería una sublimación de una deficiencia original; para el pensamiento magicorreligioso sucede al revés: la mutilación, la anormalidad, el destino trágico, constituyen el pago —y el signo— de la excelencia en ciertas dotes, especialmente de la facultad profética. Esta creencia tiene carácter universal. En algunas mitologías, los seres mutilados se relacionan con la luna (fases rupturas) y se cree en seres míticos lunares con una sola mano o pie, por cuya magia se puede hacer llover, curar enfermedades, etc. Esta consideración de la anormalidad dista de constreñirse a los seres animados y afecta también a los objetos. Según Cola Alberich, los objetos anormales han sido conceptuados por todos los pueblos como particularmente a´tos para desviar las influencias malignas. Entre tales objetos se citan: piedras con fósiles, amuletos en forma de mano de seis dedos o cuatro; almendras dobles; granos de cereales de aspecto extraño, etc. Es interesante anotar la coincidencia del interés hacia los objetos extraños, anómalos, producto del encuentro (ready made), o de la fabricación (poema-objeto), objeto de funcionamiento simbólico de los surrealistas. Como decimos, esta creencia se relaciona con el simbolismo del bufón (rey invertido, víctima sacrificial) y con el de la luna.
Aquí los dejamos con una selección de imágenes de seres “anormales” y/o deformes que van de 1600 a 1800. Todas las imágenes son tomadas de Wellcome Images:
- Iòao Baptista dos Santos, niño con piernas supernumerosas. Litografía de W. Kohler
Twitter del autor: @tplimitrofe