Las recientes cifras en base a la encuesta de Caracterización Socioeconómoica Nacional (Casen) 2009 mostraron un aumento de la pobreza de 13.7% a 15.1%. Desde el Gobierno se ha cuestionado fuertemente la eficiencia de las políticas. Pero ¿Cuáles son las políticas sociales contra la pobreza que se critican y cuál es su impacto?
En Chile, actualmente, medimos pobreza en términos puramente monetarios. El umbral de privación se construye a partir de la encuesta de presupuestos familiares 1987, ajustada por el IPC desde entonces. El Gobierno, al no actualizar la canasta, se ha quedado con una medición de pobreza absoluta, la cual no considera los cambios en los patrones de consumo ni en los bienes. Para clasificar a los hogares como pobres se compara el ingreso per cápita con este umbral. El ingreso del hogar se define como la suma del ingreso autónomo, las transferencias monetarias que recibe del Estado y una imputación por concepto de arriendo de la vivienda, cuando son propietarios. Si se restan las transferencias monetarias del Estado, la pobreza habría sido un 30% mayor usando Casen 2006.
Adicionalmente, los datos del Panel Casen muestran que en un período de 10 años un 40% de la población ha sido pobre alguna vez, es lo que llamamos población vulnerable. Es decir, la situación de pobreza es altamente dependiente del ciclo económico.
Por otra parte, hay básicamente dos caminos para combatir la pobreza monetaria: Crecimiento económico y transferencias monetarias (condicionadas y no). El gasto social en Chile para combatir la pobreza monetaria usando transferencias monetarias es mínimo. Por ejemplo, el programa de transferencias condicionadas Bolsa Familia, en Brasil, cubre aproximadamente 8 millones de familias (20% de su población) mientras que Chile Solidario, el principal programa contra la extrema pobreza en nuestro país cubre 200 mil familias (5% de su población). A su vez, esto implica que para Brasil este programa usa un 0,37% del PIB, y Chile Solidario gasta el 0,08% del PIB. Los estudios muestran que este tipo de programas tanto en Brasil como en México tienen impactos significativos en reducción de pobreza y desigualdad.
Chile ha basado su combate contra la pobreza principalmente en crecimiento, y su consecuente creación de empleo, no en políticas sociales de transferencias monetarias. Sin embargo, en periodos de crisis económicas donde el crecimiento se deteriora, si no existe protección a los ingresos laborales las condiciones socioeconómicas de los más pobres se ven deterioradas significativamente. Un mecanismo de protección a los ingresos es el seguro de desempleo. Sin embargo, sólo está disponible para los trabajadores del sector formal y en los deciles más pobres la desocupación, la inactividad laboral e informalidad es más alta.
Finalmente, en Chile, el gasto social no es alto en comparación a países más desarrollados y de igual desarrollo. Además, los programas de transferencias monetarias son escasos. Sin embargo, los subsidios existentes tienes un impacto sobre la condición de pobreza. Por lo tanto, lo que ha quedado demostrado es que más que el gasto sea ineficiente este es insuficiente.
Por Claudia Sanhueza
Ph.D. en Economía, Universidad de Cambridge, Inglaterra
Directora Magíster en Economía Aplicada a Políticas Públicas, Universidad Alberto Hurtado.