EL año 1971 el profesor Julian C. Stanley comenzó en la Universidad John Hopkins un experimento, que lleva 45 años funcionando, y busca documentar cuál es la mejor forma para apoyar y educar aniños superdotados intelectualmente en el sistema de educación estadounidense. El trabajo llamado “The Study of Mathematically Precocius Youth (SMPY)” ha dado sus frutos y ofrece algunos consejos para criar a esas mentes que podrían liderar al mundo en el futuro.
La revista “Nature” recogió algunos hallazgos de esta investigación que es el estudio del desarrollo intelectual de los niños más largo realizado hasta la fecha. En ella revela como muchas de las cinco mil personas investigadas muchas se han convertido en destacados científicos o líderes en diferentes rubros.
Al principio del experimento, Stanley eligió a 450 niños de entre 12 y 14 años que habían mostrado los mejores resultados en la parte matemática del examen SAT, una prueba estandarizada para el acceso a las instituciones de educación superior en EE.UU. Con el paso de los años el profesor amplió la muestra y comenzó además a rastrear el destino posterior de los niños. Investigó su paso por la secundaria, universidad y finalmente a la vida laboral. En 1992, el número total de participantes alcanzó los cinco mil.
Una de las conclusiones a la que llegaron los investigadores es que las habilidades innatas del niño son más importantes que el trabajo duro y la formación. Además, son el único indicador fiable que permite predecir el futuro éxito. También descubrieron que es clave que reciban el estímulo adecuado para desarrollar ese talento.
Actualmente cuando el primer grupo de niños superdotados examinados ha alcanzado la cima de su carrera, se ha hecho evidente que sus logros son superiores a la media en su país.
Entre los grandes talentos que en su momento fueron parte del 1% de los niños estadounidenses con mejores resultados en la prueba SAT y pasaron por el Centro para Jóvenes con Talento Académico de la Universidad Johns Hopkins, fundado por Stanley, se encuentran los destacados matemáticos Terence Tao y Lenhard Ng; el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg; el cofundador de Google, Sergey Brin, o la cantante Stefani Germanotta (Lady Gaga).
Los autores del estudio, dirigido actualmente por Camilla Benbow y David Lubinski, de la Universidad de Vanderbilt, destacan también que los niños dotados pueden hallarse en desventaja en un sistema de educación que se centra en los niños con problemas de aprendizaje.
Además, los resultados de la investigación demuestran que los niños superdotados logran mejores resultados si se les permite adelantar años escolares y si se les ofrece acceso temprano a los materiales educativos universitarios.
Pero no todos están destinados a ser genios. Según advierte Benbow intentar criar a un genio puede hacerle daño a los niños.
“Criar a un genio es lo último que aconsejaríamos a los padres. Ese objetivo puede dar lugar a todo tipo de problemas sociales y emocionales“.
-Camilla Benbow-
¿Pero cómo criar a un niño genio? Estos son 8 consejos que dan los investigadores pueden ayudar a fomentar sus logros y su felicidad:
– Exponer al niño a diversas experiencias.
– Si el niño muestra intereses o talentos fuertes, proporcionarle oportunidades para desarrollarlos.
– Apoyar tanto las necesidades intelectuales como las emocionales del niño.
– Ayudar a los niños a desarrollar una “mentalidad de crecimiento” elogiando el esfuerzo en vez de la capacidad.
– Animar a los niños a tomar desafíos intelectuales y a estar abiertos a fallos que les ayuden a aprender.
– Evitar las etiquetas. Ser identificados como ‘superdotados’ puede representar una carga emocional para el niño.
– Colaborar con los maestros para satisfacer las necesidades del niño, ya que los estudiantes inteligentes a menudo necesitan materiales más desafiantes que el resto. Ofrecer apoyo adicional o la libertad de aprender a su propio ritmo son algunas formas de hacerlo.
– No es bueno estar poniendo a prueba las habilidades del niño. Esto puede producir dislexia, déficit atencional, hiperactividad y problemas sociales y emocionales.