Nobel de química va para Sauvage, Stoddart y Feringa por crear revolucionarias y diminutas máquinas moleculares

"Una vez que ya eres capaz de controlar el movimiento, puedes pensar en toda clase de usos. Pensemos en los microrobots; diminutos robots que los médicos del futuro inyecten en el torrente sanguíneo para que busquen células cancerosas", dijo Bernard Feringa.

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El Premio Nobel de química de este año se lo llevaron los tres prodigios de la química Jean-Piera Sauvage, Sir Fraser Stoddart y Bernard Feringa, por su trabajo de «diseño y síntesis de máquinas moleculares».

Los ganadores obtienen los grandes honores de ser reconocidos por tan impresionante hazaña, pero también se repartirán un botín de 8 millones de coronas suecas (940 mil dólares) que les entrega la comisión del Nobel.

Una miembro del comité explicó cómo Sauvage, Stoddart y Feringa –de las universidades de Strasbourg, Northwestern y Groningen, respectivamente– han pasado sus vidas desarrollando nanomáquinas minúsculas, que básicamente son versiones a escala increíblemente ínfima de las bombas y motores que impulsaron la Revolución Industrial en el siglo XIX.

«Ha sido el sueño de los científicos durante el último siglo, traducir este logro a escala molecular», explicó la académica.

En 1983, el equipo de Sauvage construyó una cadena molecular, donde dos eslabones podían entrelazarse automáticamente a una escala mil veces menor que el ancho de un cabello humano. Desde entonces, los tres grupos de investigadores han hecho una variedad de dispositivos minúsculos, probando que es posible controlar el movimiento de los enlaces moleculares más diminutos.

Los premiados emitieron un comunicado, describiendo «cómo desarrollaron las máquinas más pequeñas del mundo: un pequeño ascensor, músculos artificiales y motores minúsculos». Estas máquinas son esencialmente moléculas con movimientos controlables, que representan un paso clave en el sinuoso camino hacia un futuro lleno de nanomaquinaria que funcione a nuestra voluntad.

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Modelo de automóvil molecular que puede avanzar por una superficie de cobre cuando es estimulada electrónicamente. Imagen: c&en. Crédito: Ben Feringa


«No sé muy bien qué decir y estoy un poco impactado – fue una sorpresa tan grande. Estoy tan honrado y emocionado por esto», dijo el profesor Feringa a los periodistas por vía telefónica.

«La primera vez pudimos ver movimiento en estas moléculas, apenas pude creer que funcionara», agregó. «Una vez que ya eres capaz de controlar el movimiento, puedes pensar en toda clase de usos. Pensemos en los micro robots, diminutos robots que los médicos del futuro inyecten en el torrente sanguíneo para que busquen células cancerosas».

Ya se están haciendo notables trabajos usando estos avances, sólo con ese propósito. Las cápsulas de origami de ADN envueltas en componentes bioquímicos pueden apuntar y destruir a las células cancerosas, a veces de adentro hacia afuera.

«Me siento un poco como los hermanos Wright. En ese tiempo la gente decía ‘¿para qué necesitamos una máquina voladora?’ Y ahora tenemos Boeings 747 y un bus aéreo. Así es como me siento en este momento», dijo Feringa.

El profesor Feringa dijo que el crédito era para su equipo, especialmente los jóvenes estudiantes y candidatos a doctores que han estado trabajando con él por tanto tiempo.

Fuente, IFLS

El Ciudadano

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