Por la noche, el firmamento y los elementos que lo componen, son observables en determinada posición, hecho que ha dado pie a que el ser humano lleve toda su historia poniendo nombres a estrellas y constelaciones.
Es decir, que por la noche, la estrella polar siempre está en tal sitio del cielo nocturno, marcando el norte, en una constelación o agrupación de estrellas llamada Osa Menor.
A la imaginación humana no le bastó con contar estrellas o ponerles nombres a ellas y a sus agrupaciones.
Hace miles de años, entre 5.000 y 6.000, se comenzó a desarrollar un sistema adivinatorio, según el cual, existe una relación entre los fenómenos astronómicos y lo que sucede en nuestra realidad.
O dicho de otra forma, que lo que sucede en el cielo, determina lo que va a pasar en la tierra y en nuestras vidas.
Esta creencia desembocó en la creación de distintos sistemas adivinatorios, el más conocido en occidente el llamado “horóscopo”, surgido según la NASA, hace unos 3.000 años de manos de los babilonios.
Los babilonios escogieron 12 constelaciones y dividieron el año en 12 periodos según la constelación sobre la que se veía pasar el sol, a medida que la tierra orbitaba alrededor del astro rey.

El zodiaco tiene en realidad 13 constelaciones pero dejaron un fuera, “Ophiuchus” – el “portador de la serpiente” en latín – quedándose con 12 porque los babilonios usaban un calendario de 12 meses.
Como todos sabemos, el “horóscopo” asigna a los individuos un signo zodiacal, según la constelación que atraviesa el sol, en la fecha, hora y lugar de su nacimiento. Los signos son Aries, Leo, Sagitario, Tauro, Virgo, Capricornio, Géminis, Libra, Acuario, Cáncer, Escorpio y Piscis.
Si usted nació entre el 21 de Marzo y el 19 de Abril, en tal sitio a tal hora, es usted Aries, porque el sol, visto justo en ese momento y desde ese lugar en el que nació, atravesaba la constelación de Aries.
Hasta que llegó la NASA
Pues ya no es así. Se acabó lo que se daba. ¿Por qué no? Porque las estrellas se mueven, aunque lentamente y el eje de la tierra cambia de posición, girando como si fuera una peonza, en un ciclo de 25.776 años llamado “precesión”, a causa de la atracción de la Luna.
Los antiguos astrónomos sabían que existía este movimiento de precesión pero desconocían sus fechas. Esto, en términos llanos, significa que el cielo de hace 3.000 años, no se observaba como se observa hoy en día.
Todo esto no es nada nuevo pero en Septiembre del año 2016, la NASA hizo públicos en su web, los nuevos cálculos de las fechas entre las cuales se ve al sol desde la tierra, atravesar las 13 constelaciones del zodiaco, incluyendo “Ophiuchus”.
Nuevas fechas del zodiaco;
- Capricornio: nacidos entre el 20 de Enero y el 16 de Febrero
- Aquario: 16 de Febrero – 11 de Marzo
- Piscis: 11 de Marzo – 18 de Abril
- Aries: 18 de Abril – 13 de Mayo
- Tauro: 13 de Mayo – 21 de Junio
- Geminis: 21 de Junio – 20 de Julio
- Cancer: 20 de Julio – 10 de Agosto
- Leo: 10 de Agosto – 16 de Septiembre
- Virgo: 16 de Septiembre – 30 de Octubre
- Libra: 30 de Octubre – 23 de Noviembre
- Escorpio: 23 de Noviembre – 29 Noviembre
- Ophiuchus: 29 Noviembre – 17 de Diciembre
- Sagitario: 17 de Diciembre – 20 de Enero
Las implicaciones para el horóscopo es que las fechas de los símbolos zodiacales cambian. Por ejemplo, en el mencionado caso de Aries, el sol visto desde la tierra, ya no pasa por esta constelación entre el 21 de Marzo y el 19 de Abril. Entre el 11 de Marzo y el 18 de Abril, pasa por la constelación de Piscis.
Por lo tanto un individuo nacido el 10 de Abril, ya no sería Aries, sino que sería Piscis. Este es un hecho astronómico, ignorado por los astrólogos, argumentando que la astrología occidental usa “constelaciones artificiales”. Tal vez por temor a que se les venga abajo el tenderete de humo.

Por su parte, semanas después de publicar los nuevos cálculos, la NASA aclaró que ellos “no cambiaban los signos del zodiaco porque se dedican a la astronomía, no a la astrología” que es una pseudo-ciencia.
Personalidad de los “Ophiuchus”
Aunque la “astrología” no reconoce el nuevo signo, hay quien se ha lanzado a definir la personalidad de los pertenecientes al nuevo signo “Ophiuchus” en base a la mitología romana.
Los romanos identificaban a Ophiuchus con el sanador Asclepius, que aprendió como vencer la enfermedad y la muerte después de ver a una serpiente curando a otra con hierbas medicinales. Para evitar que Asclepius convirtiese a los seres humanos en inmortales, el dios Jupiter lo mató fulminándolo con un rayo pero en honor a sus buenas acciones, puso su figura en el firmamento, formando la constelación de Ophiuchus.
Por ello, los Ophiuchus son desafiantes a la autoridad, rebeldes, dispuestos al autosacrificio, buscadores del conocimiento, conocedores de una sabiduría oculta, reservados, a los que se puede confiar cualquier secreto.
Tienen un gran sentido de la justicia, son sanadores naturales, empáticos. De constitución física fuerte, longevos, atractivos, sabios e inteligentes, amantes apasionados con magnetismo sexual y soñadores.
Vía: Col2.com