Santo remedio: Vecinos salen en defensa de antigua farmacia amenazada por llegada de Salcobrand

Hasta ahora ha sido compartido más de 2.200 veces y al menos unas 1.000 personas le han puesto un dedo para arriba en Facebook. Se trata de un breve post colgado en esta red social el pasado jueves 16 de febrero desde la cuenta de Alerta El Llano, en donde de manera espontánea se convoca a apoyar al dueño de una antigua farmacia de la comuna de San Miguel en la capital, frente a la instalación hace tres semanas de una de la cadena Salcobrand en las cercanías.

«Apoyemos a Don Emilio para que su fuente laboral no se vea amenazada por cadenas donde se coluden para estafar a los chilenos», se lee en el mensaje, en donde además se releva que el tradicional local tiene «los precios más baratos».

Se trata de la Farmacia Don José, ubicada en el 4220 de la calle San Ignacio, esquina Salesianos, abierta hace ya 54 años y cuyo dueño actual, el químico farmacéutico Emilio Hirmas Readi (66), compró hace 42.

Apoyo popular

En conversación con El Ciudadano, don Emilio -como le llaman los vecinos- si bien señaló que considera que «la cadena (Salcobrand) está en todo su derecho de instalarse donde quiera», se manifestó «muy agradecido» de la campaña iniciada en su favor. «¿Por qué la gente está actuando así?: Primero, porque estoy hace más de 40 años aquí; segundo, esta farmacia es emblemática de San Miguel», apunta, recordando que el local hasta fue escogido para aparecer en la película Miguel San Miguel, que narra los inicios de la banda de esa comuna, Los Prisioneros, desde la perspectiva de su baterista.

Sin embargo, Hirmas destaca que ha sido su «atención profesional y personalizada» la que ha consolidado esa lealtad de sus clientes. «Un químico farmacéutico tiene que dar asistencia a la gente en cuanto a información de los medicamentos que va a comprar. Eso debemos hacerlo nosotros; que lo hagan o no lo hagan otros colegas, es una lástima. Yo lo hago: acá jamás entrego un medicamento por entregarlo. Damos un consejo profesional y gratis», explica.

«Por eso la gente nos está apoyando, y no es que sea a mí en lo personal, sino que a la labor de la farmacia», agrega Hirmas. El dueño de la San José recuerda, por ejemplo, que en su local hay una persona que lleva trabajando con él más de 30 años. «Ha sido un reconocimiento a la labor que hemos cumplido dentro de la comunidad», reflexiona.

La otra clave, apunta don Emilio, son los precios. «Afortunadamente para mí los remedios (de Salcobrand) siguen siendo caros». En ese sentido pone como ejemplo que un jarabe para la tos que en la San José cuesta $3.950, en la de la gran cadena está a $8.000. Y suma otro más: «Un sobrecito de Anacin que aquí vale $250, allá lo venden a $750». «Yo feliz de que sean caros porque la gente, si bien va a la Salco, cotizan y vienen para acá», relata.

Una diferencia de precios que los mismos clientes se han encargado de evidenciar en los mensajes de apoyo al histórico local de la comuna.

Por último, Emilio Hirmas cuenta que para el último tiempo la mantención de su local ha significado «un desafío». «Estoy mejorando en lo que puedo. Ya pusimos Redcompra, aunque va contra mis principios y me cuesta casi un 5%. Hemos pintado, arreglado el local entero», destaca el dueño de la farmacia San José.