Joven de 15 años se suicidó, cansada de combatir la anorexia… esta es la dura carta que dejó

La anorexia y la bulimia son enfermedades que afectan sobre todo a personas jóvenes, en general a adolescentes que terminan afectados por toda la publicidad y los modelos de belleza que ven representados en sus ídolos y que la sociedad reclama de alguna manera, ya sea en las escuelas o en otras instancias sociales, donde […]

Joven de 15 años se suicidó, cansada de combatir la anorexia… esta es la dura carta que dejó

Autor: Francisco Ide

La anorexia y la bulimia son enfermedades que afectan sobre todo a personas jóvenes, en general a adolescentes que terminan afectados por toda la publicidad y los modelos de belleza que ven representados en sus ídolos y que la sociedad reclama de alguna manera, ya sea en las escuelas o en otras instancias sociales, donde los niños se ofenden entre ellos por su aspecto físico.

Estas enfermedades son muy graves y muy difíciles de tratar. Pueden terminar en una situación dolorosa y lamentable. Es el caso de Pippa McManus. No debemos olvidar su historia. Pippa, con solo 15 años y tras tres años luchando infructuosamente contra la anorexia, decidió un día quitarse la vida.

Su obsesión por la imagen y su peso corporal comenzó cuando tenía solo 12 años, es decir siendo aún una niña, en la puerta de la adolescencia. Por alguna razón Pippa comenzó a buscar defectos en su cuerpo, comenzó a pensar que tal parte era muy gruesa, y comenzó a comentarlo. Dado que era un tema insignificante nadie le hizo caso, pero la joven se obsesionó con el ejercicio y con controlar su alimentación para “corregir” su aspecto.

En el año 2012, en navidad, Pippa traspasó el límite: se desmayó y tuvo que ser trasladada al hospital. La atendieron en el servicio de salud mental de su ciudad, donde consideraron que era el peor caso de anorexia nerviosa que les había tocado. Pippa pesaba solo 27 kilos. Se sometió a un largo tratamiento psicológico y le controlaron la comida, pero pese a eso no mejoró. Incluso aumentó su obsesión y la repulsión que sentía hacia su cuerpo, llegando a vendarse los pies para no verlos, pues consideraba que eran muy grandes. A los 13 años ya estaba en un estado de salud de gravedad.

En el año 2012, en navidad, Pippa traspasó el límite: se desmayó y tuvo que ser trasladada al hospital. La atendecieron en el servicio de salud mental de su ciudad, donde consideraron que era el peor caso de anorexia nerviosa que les había tocado. Pippa pesaba solo 27 kilos. Se sometió a un largo tratamiento psicológico y le controlaron la comida, pero pese a eso no mejoró. Incluso aumentó su obsesión y la repulsión que sentía hacia su cuerpo, llegando a vendarse los pies para no verlos, pues consideraba que eran muy grandes. A los 13 años ya estaba en un estado de salud de gravedad.

Fue internada en una clínica de rehabilitación, pero a pesar de los controles y de el tratamiento psicológico no habían mejoras y en sus salidas autorizadas retomaba sus hábitos dañinos.

Los padres de Pippa solicitaron al centro de salud que no le diera más salidas autorizadas a su hija, pues encontraron en su habitación varios objetos punzantes, una navaja con sangre y una nota de suicidio. La nota decía:

“No quiero crecer y tener una vida, en estos momentos no la tengo. No soy capaz de luchar más contra la anorexia. Lo he intentado mucho, pero me ha ganado”.

A los pocos días Pippa saltó a las vías del tren.

No debemos olvidar la historia de esta joven que perdió la vida a los 15 años por una enfermedad muy grave y complicada de tratar. En la adolescencia es difícil hacer un diagnóstico de esta enfermedad, pues los cambios corporales y de humor que se viven en esta edad logran camuflar la patología y hacen difícil realizar un diagnóstico. Si sospechas de alguien que tiene o está desarrollando esta enfermedad, o si la detectas en ti, acude a un especialista, busca ayuda antes de que sea muy tarde.

Con información de Lavozdelmuro

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