Fue vendida como prostituta a los 14 años. Hoy, a los 25, cuenta su trágica historia

Lo que debían ser unas inocentes y relajadas vacaciones en la hermosa Grecia, terminaron siendo una tragedia para Megan Setephen, pseudónimo con el que una mujer británica de 25 años publica hoy su libro, «Bought and Sold» (Comprada y Vendida). En este, cuenta como una inocente historia terminó por casi destruir su vida, siendo vendida sexualmente por el hombre que amaba.

Cuando Megan tenía apenas 14 años, fue de vacaciones con su madre. Nunca pensó que un viaje de diversión cambiaría tan radicalmente su vida. Las cosas ya venían mal para ella: sus padres se separaron cuando tenía 4 años, y ambos cayeron en el alcoholismo.

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Al llegar a Grecia, la madre de Megan comenzó un amorío con el dueño de un bar. Es aquí donde ella conoció a Jak, un hombre de Albania que atendió las necesidades de afecto que tenía la adolescente. Mientras, a su madre, no le importó que su hija saliera con un hombre 6 años mayor.

En el corto tiempo el lazo entre ambos jóvenes se estrechó. La dependencia que Megan sentía la llevó a pedirle a su madre que extendieran sus vacaciones, a lo que ella accedió.

La historia de amor iba bien hasta ahí. Entonces, comenzó todo. Jak le dijo a su joven amante que su madre padecía cáncer a la tiroide, pero no tenía recursos para pagar las cuentas que la enfermedad dejaba. Con esta excusa fue que Megan convenció a su madre de dejarla con su novio, con el que se fueron a vivir a Atenas.

En Atenas, Jak la obligó a trabajar en un bar de topless para pagar «las cuentas de su madre». Embobada por el cariño que sólo recibía de este hombre, Megan obedecía. No quería perderlo, y ella era sólo una niña. Sin darse cuenta, cavó su propia tumba.

Jak le presentó a León, el «nuevo jefe» de Megan. León le dio un fajo de billetes al novio de la chica, quien la convencía a través de promesas de amor que todo estaría bien.

Megan fue persuadida de acostarse con hombres, con la idea de que así pagarían las cuentas y podrían tener lo que necesitaban: un auto, una casa, armar una familia. Pero esas promesas nunca llegaron. Comenzó a trabajar como escolta, por el miedo de perder a su novio.

Fue golpeada hasta abortar por este supuesto «amor». Y por él mismo es que terminó en manos de otro proxeneta, trabajando en un burdel. En este, dijo que llegó a acostarse con 50 hombres por día. Ellos pagaban por 5 minutos con ella como prostituta. Una noche en particular, llegaron a ser 110 en 22 horas.

La obligaban a llamar a su madre diciendo que todo estaba bien, con una sonrisa en la cara. Pero eso paró cuando, a los 20 años, Megan tocó fondo e intentó suicidarse. Después de 3 meses en un hospital, contactaron a su madre y la trasladaron al Reino Unido, donde por fin su pesadilla acabó.

A pesar de haber vuelto a su país y poder llevar una vida normal, Megan no ha perdonado a su madre. Ella era la única que podía haberla ayudado. Las heridas que Megan lleva serán difíciles de sanar, y el pasado de dejar atrás, pero no es imposible.

Hoy Megan destapa su historia, mientras espera un hijo con su actual pareja. A los 25 años, puede decir que vive libre y feliz.