A 210 años del primer Senado en Chile: ¿Representativo de la ciudadanía o predominancia de las elites conservadoras?

En octubre de 1812 se dio origen al primer Senado con siete senadores

A 210 años del primer Senado en Chile: ¿Representativo de la ciudadanía o predominancia de las elites conservadoras?

Autor: Seguel Alfredo

El primer Senado de la República estuvo compuesto por 7 senadores, quienes representaron a las provincias de Coquimbo (2 miembros), Concepción (2 miembros) y Santiago (3 miembros)

El eclesiástico y doctor en Teología de la Universidad de San Felipe, Pedro De Vivar y Azúa, fue elegido su primer Presidente mientras que, los otros integrantes fueron: el fundador de La Aurora de Chile, Fray Camilo Henríquez; el sabio jurista, Juan Egaña; el ex regidor y alcalde, José Nicolás de la Cerda; el ex diputado Francisco Ruiz Tagle; el joven abogado Manuel Antonio Araoz Carrera y el secretario de la Primera Junta de Gobierno, José Gaspar Marín, titulares. Además de los suplentes: Ramón Errázuriz, Joaquín Gandarillas y Joaquín Echeverría.

El Senado en Chile en el presente es parte de la crisis institucional que enfrenta el Estado de Chile

En Chile ambas cámaras tienen atribuciones similares en materia legislativa, con sutiles diferencias. Por ejemplo, el actuar como cámara de origen respecto de algunos temas específicos, teniendo cada una solo algunas facultades exclusivas en otros ámbitos no legislativos; sin embargo, ambas cámaras se generan en proporción a la población, aun cuando sea mayor la proporcionalidad en la Cámara de Diputados que en el Senado, en tanto que este último no representa a los territorios ni tiene atribuciones exclusivas en temas de relevancia regional, lo que hace que en Chile el Senado sea, en suma, una cámara de “segunda lectura”.

En la fallida propuesta de Nueva Constitución de la Convención Constitucional, rechazada el 4 de septiembre, se impulsaba la eliminación del Senado -y en su reemplazo, una inédita Cámara de las Regiones- argumentándose que la actual Cámara Alta replica las mismas funciones legislativas de los diputados, lo que duplica el proceso de tramitación de las leyes. Además, critican que históricamente ha sido más conservadora y ha tenido una baja integración de mujeres, entre otros fundamentos.

¿Una o dos cámaras?

De los ciento noventa Estados que en la actualidad se encuentran asociados dentro de la Unión Interparlamentaria, setenta y siete han optado por organizar su institución parlamentaria bajo un modelo bicameral, mientras que los ciento trece restantes han establecido un Parlamento de una sola cámara.

Se dice que lo deseable en un parlamento bicameral es que las cámaras no sean idénticas, sino que tengan elementos diferenciadores tanto en su composición como en sus atribuciones e, incluso, que bajo ciertas circunstancias una cámara sea capaz de imponerse a la otra, con el fin de evitar bloqueos legislativos o, peor aún, crisis constitucionales.

El senador Daniel Núñez (PC), quien desde su campaña para ocupar un asiento en esa corporación dijo ser de la idea de tener un Parlamento con una sola cámara.

“Desde la campaña que tuve como candidato al Senado he planteado la posición del fin del Senado y la instalación de un Congreso unicameral. Creo que es la forma más democrática y representativa, más pluralista. Y desde ese punto de vista me encuentro totalmente de acuerdo con la propuesta de la Convención Constitucional de crear un Congreso plurinacional que pueda representar en una cámara al conjunto de los pueblos y las realidades que hay en Chile”, comentó a Radio Universidad de Chile.

Durante toda su historia, con ciertas excepciones, la mayoría de los integrantes del senado ha obedecido principalmente a los intereses de sectores conservadores, a las elites del poder económico por sobre los intereses de las grandes mayorías.

El origen del Senado en Chile

En octubre de 1812 se realizó una inédita consulta pública para someter a ratificación el primer Reglamento Constitucional que tuvo Chile y que dio origen al primer Senado. Siete senadores formaron parte de esta Cámara que, entre otras materias, aprobó la primera ley de libertad de Prensa, la de instrucción primaria, la de policías y la dictada a favor de los indios.

Era el invierno de 1812 y la inestabilidad política reinaba en las colonias sudamericanas, Chile no era la excepción y algunas ciudades como Valdivia y Concepción impulsaban sus propias juntas de gobierno agudizando un caos gubernamental.

 Según consta en documentos de la Biblioteca del Congreso, el independentista José Miguel Carrera escribía por entonces: “los patriotas se reunieron en casa del cónsul Poinsett … Todo ello daría por resultado la elaboración definitiva del proyecto (de Reglamento Constitucional Provisorio)…. Después de algunas noches que nos reunimos presentamos la Constitución provisoria que debía darse al gobierno”.

 

Una vez concluido y revisado el texto de ese inédito Reglamento Constitucional (considerado la primera Constitución que tuvo el país), Carrera decidió darle una connotación especial promoviendo que los electores (vecinos de Santiago) lo aprobaran en un inédito plebiscito.

“Para tal cometido se dispuso un libro por tres días, entre el 27 y 30 de octubre, en una de las salas del Antiguo Tribunal del Consulado (ubicado entre Compañía y Bandera en los actuales Tribunales de Justicia). Los firmantes fueron 315 ciudadanos, todos de Santiago. No obstante, algunos importantes patriotas se negaron a firmarlo, tales como, Manuel de Salas y Agustín Vial”.

 El texto promulgado el día 31 de octubre de 1812 constaba de un preámbulo y 27 artículos. En el artículo 3° y 7° establecían:

 “Su Rey es Fernando VII que aceptará nuestra Constitución del modo mismo que la de la Península”

“Artículo 7º. Habrá un Senado compuesto de siete individuos, de los cuales el uno será Presidente, turnándose por cuatrimestres, y otro Secretario. Se renovará cada tres años, en la misma forma que los vocales de la Junta. Sin su dictamen no podrá el gobierno resolver en los grandes negocios que interesen la seguridad de la patria, y siempre que lo intente, ningún ciudadano armado o de cualquiera clase deberá auxiliarlo ni obedecerle, y el que contraviniese será tratado como reo de Estado. Serán reelegibles.”

El reglamento también estableció una Junta Superior Gubernativa, que tendría a su cargo el gobierno interior y las relaciones con otros estados y estaría compuesta de tres miembros. Su mandato era por tres años, renovándose uno al final de cada año. Dichos miembros se turnarían en la presidencia de la junta por cuatrimestres y, no podían ser reelegidos hasta pasados los tres años.

El primer Senado de la República estuvo compuesto por 7 senadores, quienes representaron a las provincias de Coquimbo (2 miembros), Concepción (2 miembros) y Santiago (3 miembros). Fueron electos por un sistema de voto denominado como “sistema de suscripciones”, que consistía en “firmar al pie de las notas preparadas de antemano”.  Cabe precisar que Santiago tenía en ese entonces unos 80 mil habitantes y la población total del país no superaba 1 millón de habitantes.

El eclesiástico y doctor en Teología de la Universidad de San Felipe, Pedro De Vivar y Azúa, fue elegido su primer Presidente mientras que, los otros integrantes fueron: el fundador de La Aurora de Chile, Fray Camilo Henríquez; el sabio jurista, Juan Egaña; el ex regidor y alcalde, José Nicolás de la Cerda; el ex diputado Francisco Ruiz Tagle; el joven abogado Manuel Antonio Araoz Carrera y el secretario de la Primera Junta de Gobierno, José Gaspar Marín, titulares. Además de los suplentes: Ramón Errázuriz, Joaquín Gandarillas y Joaquín Echeverría.

Todos sus integrantes reunían un peso intelectual, económico y social muy significativo. Fray Camilo Henríquez, fue su segundo Presidente y se considera también como padre intelectual del Reglamento Constitucional que dio origen a este cuerpo legislativo, junto con los ex diputados Manuel de Salas y Francisco de la Lastra, el doctor en derecho, Jaime Zudáñez; el intelectual guatemalteco, José de Irrisari y los abogados Francisco Antonio Pérez e Hipólito Villegas.

LABOR DEL PRIMER SENADO

Este cuerpo legislativo que surgió tras el primer Congreso de 1811  funcionó en el edificio del antiguo Tribunal del Consulado, ubicado en la esquina surponiente de las calles Compañía y Bandera (actuales Tribunales de Justicia frente a los jardines del ex Congreso en la capital).

A su estructura física se sumó una estructura interna y las primeras reglas administrativas de su funcionamiento, como por ejemplo: «reunirse dos veces a la semana ordinariamente y en forma extraordinaria cuando se requiriese; llevar diarios o actas de las reuniones y nombrar a uno de sus miembros como Presidente y, a otro como Secretario».

En el discurso de la sesión de apertura, el 1 de noviembre de 1812, don Pedro De Vivar y Azúa, -declarado independentista-, hizo una sentida reflexión sobre los deberes y proyecciones de este cuerpo legislativo. «El honor que nos confiere la patria está unido a grandes deberes, reposando en nosotros las esperanzas de un pueblo libre y virtuoso, debiendo entender en sus asuntos más graves y arduos»… «Dichosos si, como somos los primeros en este cargo componiendo aquí el primer Senado, nombre gratísimo a los pueblos pudiese nuestra conducta y utilidad corresponder a la expectación pública y ser el ejemplo de nuestros sucesores y mereciésemos que nos citase por modelo la posteridad». (Cuerpos Legislativos, recopilación de documentos sobre el Congreso Nacional organizada por Valentín Letelier)

Esta incipiente institución republicana aprobó y sancionó varias resoluciones y leyes trascendentales de la Junta, incluso en plena Guerra de Independencia, entre las que se cuentan:

  • La ley de libertad de prensa, que reemplazó un controvertido decreto de censura previa y que dejaba “al cuidado del Senado”  su cumplimiento. 
  • La ley de instrucción primaria, texto legal inédito que hacía obligatorio “para todo pueblo de cincuenta vecinos o más” mantener una escuela de primeras letras costeada por los propios recursos municipales del lugar. Se disponía además que el maestro debía cumplir una serie de requisitos y rendir un examen de idoneidad, a cambio sería ser mirado con toda consideración y honor y el Gobierno le dispensaría “particular protección”. 
  • Se aprobó también la creación de la primera Biblioteca Pública iniciada con el fondo de 5 mil libros de la Universidad de San Felipe y del Instituto Nacional.
  • Se dictó la ley de policías y la de tribunales militares. Hasta ese entonces, la Capitanía de Chile contaba con la Compañía de Dragones de la Reina, destacamento creado en plena colonia y que efectuaba patrullajes diurnos y nocturnos por la ciudad, a pie y a caballo; además de montar guardia en el palacio de gobierno y en todos los edificios públicos protegiendo a sus autoridades. Además, del Batallón de Los Pardos, quienes realizaban funciones municipales, vigilancia de detenidos y control del orden público, en reemplazo de los Dragones de la Reina cuando éstos salían de la guarnición (fines de semana).
  • La ley de indios que apuntaba a civilizarlos mediante su reducción a villas formales con iglesias o capillas, casa consistorial, escuela y cárcel. Le otorgaba a cada familia una vivienda de quincha o rancho con cocina y despensa todo bien aseado, bueyes, instrumentos de labranza, semillas, telar, etc. Las tierras de indígenas sería comercializadas libremente y en las villas podrían convivir y mezclarse los naturales y los españoles.
  • Asimismo se otorgó a José Miguel Carrera plenos poderes para dirigir las operaciones militares.

SENADO DE 1814

Con el nuevo Reglamento para el Gobierno provisorio del 17 de marzo de 1814, nació el Senado Consultivo, compuesto también por 7 patriotas: el respetado canónigo José Antonio Errázuriz, presidente; Salas y Henríquez que venían de las cámaras anteriores, el presbítero José Ignacio Cienfuegos y el futuro federalista José Miguel Infante, además de los juristas Gabriel Tocornal y Francisco Ramón Vicuña.

Las guerras de la independencia sumieron a esta Cámara en un torbellino que les impidió ejercer un buen desempeño legislativo. De este modo, tras la derrota militar de Rancagua, el 1 y 2 de octubre de 1814, se inició el período de la Reconquista española que duró hasta la victoria patriota de Chacabuco (12 de febrero de 1817).

En cuanto al Senado, el golpe de Carrera contra el Director de La Lastra, el 23 de julio de 1814 terminó con la corporación y no hubo otros cuerpos legislativos en Chile hasta 1818.


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