Conozca qué son los tokens no fungibles y su utilidad en el mundo de las monedas digitales

La tecnología permite asegurarse la propiedad de cualquier objeto de arte digital y luego venderlo, y algunas obras, como el primer album 'tokenizado' en la historia, ya se subastó por 11,6 millones de dólares

Por Sofia Belandria

15/03/2021

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Este jueves, una obra digital del artista Mike Winkelmann, conocido como Beeple, fue vendida por 69,3 millones de dólares, superando el valor de obras físicas de muchos pintores conocidos y estableciendo un valor récord en el arte digital.

La peculiaridad de esta obra titulada ‘Todos Los Días: Los Primeros 5.000 Días’ es que es un token no fungible (NFT, por sus siglas en inglés), una nueva tecnología de ‘blockchain’ que permite asegurarse la propiedad de cualquier objeto de arte digital y luego venderlo. De hecho, el precio por el cual se vendió el archivo JPG de Winkelmann no solo estableció un valor récord en el arte digital, sino también fue el tercer precio más alto en la subasta de la obra de un artista vivo, después de Jeff Koons (91,1 millones de dólares) y David Hockney (90,3 millones). 

Entonces, ¿puede cualquier persona comprar una obra o vender la suya a través del NFT? Y de ser así, ¿cómo hacerlo? Les presentamos un resumen sobre cómo funciona esta tecnología, quién lo usa y porqué algunos tachan los NFT de «burbuja especulativa».

¿Qué es NFT y cuándo apareció?

La cadena de bloques, más conocida por el término en inglés ‘blockchain’, es un registro único, consensuado y distribuido en varios nodos de una red. En otras palabras, es la tecnología que permite la creación de un libro de contabilidad digital compartido y criptográficamente seguro, donde se registra cada una de las transacciones.

Los ‘tokens’, por su parte, son una especie de análogo de valores en el mundo digital. Los ‘tokens’ se clasifican por su intercambiabilidad y pueden ser fungibles, semifungibles y no fungibles. Los primeros son iguales entre sí y pueden ser usados como una moneda, mientras que los segundos son casi indistinguibles entre sí, pero aún así son únicos (como los boletos de cine, que pueden tener el mismo precio, pero cada uno tiene un lugar único). Los NFT, entre tanto, son completamente únicos y no pueden intercambiarse debido a su singularidad, como objetos con derechos de autor. 

La mayoría de los NFT se lanzan ahora en Ethereum, una de las plataformas de ‘blockchain’ más populares, que tiene dos estándares oficiales para la creación de estos ‘tokens’. 

Las primeras menciones de los tokens no fungibles datan de 2017, cuando el proyecto Larva Labs lanzó CryptoPunks, una colección de 10.000 avatares digitales únicos, o imágenes gráficas de diferentes caras, los cuales pueden ser adquiridos por los usuarios, que así se convierten en los propietarios oficiales de uno u otro avatar. 

Al mismo tiempo, esta imagen, aunque podía ser descargada por cualquiera, está vinculada a un código dentro de Ethereum que almacena información sobre su propietario. En 2017, los creadores del proyectó lo llamaron «una extraña intersección entre estas cosas virtuales y digitales y una rareza artificial, pero una rareza que es real y valiosa en cierto sentido».

Entonces, ¿quién lo vende y compra? 

CryptoPunks rápidamente se ha vuelto muy popular, atrayendo la atención de miles de usuarios que deseaban convertirse en dueños de un avatar. Como resultado, este miércoles el CryptoPunk #7804, que se ve como un extraterrestre de color verde azulado con sombrero, gafas de sol y que fuma en pipa, fue vendido por 4.200 ethereum, lo que equivale a aproximadamente 7,8 millones de dólares. La transacción estableció un récord como la mayor cantidad pagada por un CryptoPunk.

Entre tanto, Bloomberg, citando un informe anual del portal NonFungible.com, informó esta semana que el mercado general de los NFT valía más de 250 millones de dólares el año pasado (un 299 % más que en 2019).

Actualmente, aparte de los CryptoPunks, a través de los NFT los artistas venden sus obras digitales (como lo hizo Mike Winkelmann) o los músicos venden sus nuevos álbumes. Por ejemplo, el DJ 3LAU se convirtió en la primera persona que ‘tokenizó’ su álbum de música hace unos días y luego lo vendió en una subasta por 11,6 millones de dólares. 

Por su parte, el cofundador y director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, subastó la primera publicación que hizo en esa red social en forma del NFT. La oferta más alta por ahora es de 2,5 millones de dólares.

A la tecnología se unen también las personas famosas como la actriz estadounidense Lindsay Lohan, así como las casas de subastas. La británica Christie’s por primera vez en los 255 años de historia se ofreció a aceptar un pago con la criptomoneda Etherium al vender ‘Todos Los Días: Los Primeros 5000 Días’ de Beeple.

¿Cómo vender allí su propia obra y hacerse rico?

Para comprar una obra con el NFT o convertir la suya en un ‘token’, primero hay que registrar una billetera digital con Ethereum y luego a través de una criptobolsa, como Coinbase o Binance, intercambiar dinero ordinario por esa criptomoneda.  

Las obras de este arte moderno pueden ser encontradas en los mercados digitales como Rarible, OpenSea, NiftyGateway o Foundation. Allí también es posible registrarse y ‘tokenizar’ su obra, teniendo en cuenta que por cada operación en la cadena de bloques se cobra una pequeña comisión. 

En estos mercados también se venden tarjetas deportivas, nombres de dominio o incluso objetos para construir su propio mundo virtual, como terrenos digitales o palacios.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que los NFT tienen también desventajas. Así, uno de los problemas clave con tokens no fungibles es que un usuario puede ‘tokenizar’ una obra de otra persona y así ‘robarla’, pues en el momento de crear una NFT, no se verifica de ninguna manera a quien pertenece realmente la obra.

A su vez, la revista Wired señala que en realidad el NFT no es nada más que un «recuerdo digital», ya que la compra de un tuit, por ejemplo, no enajena los derechos de autor o la propiedad intelectual de su creador, ni otorga el derecho a comercializar su contenido. 

Asimismo, el mercado del NFT todavía tiene una liquidez bastante baja y unas pocas obras muy raras tienen una gran demanda. 

Algunos tachan los NFT de «burbuja especulativa», porque ahora, debido a la creciente popularidad de la tecnología, incluso comenzaron a venderse obras que aún no existen. Así, el ingeniero de ‘software’ y escritor, John Palmer, vendió su ensayo todavía no escrito por casi 18.000 dólares.

Cortesía de RT

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