Dios en Reñaca

Resulta que ahora a Dios no se le han dado las cosas tan bien como Él quisiera

Por Wari

08/02/2011

Publicado en

Actualidad / Columnas

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Resulta que ahora a Dios no se le han dado las cosas tan bien como Él quisiera. Dicen los cronistas romanos (es decir la empresa de la prensa romana, que no le gustan demasiado los conflictos verdaderos y se dedica al chisme barato y a la chimuchina de ocasión), que en esta oportunidad Dios visitó el sector Cincum de las playas de Reñacum, acompañado de tres bellas cristianas plebeyas y fueron expulsados de ese lugar por un vulgar guardia romano guatón y pelado.

Los cronistas romanos dicen que Dios, aparte de hacerse acompañar de las beldades, le llevaba además: Pelotas playeras, una cámara de neumáticos inflada y melones con pajita y vino blanco. Eso dicen los cronistas, pero Dios y las bellas cristianas criollas desmienten lo del vino, no así lo de las pajitas, los melones y las pelotas que eran observables a simple vista.

Dios alegó vagamente por un supuesto Edictum Pretorianum que autorizaba a los súdbitos del Imperio a usar todas las riveras y orillas de las playas de la costa, pero el guardia romano guatón y pelado le dijo: “A otro perrum ese huesum” y luego agregó algo así como que esa era una playa concesionada y chao pescao.

Dicen que Dios habría calculado algo mal pero a Él le da un poco lo mismo desde que vio a Teillier fotografiarse con Piñera.

A pesar del intento de Dios de abuenar extremos entre Republicanos y Huachafos, esto no resultó porque según los Patricios romanos -dueños de la concesión y del Guatón Pelado-, una cosa es que Dios haga su campaña y juegue en su terreno entre La Piojeram y La Cuartum, reciclando a algunas beldades de la farándula y a animadores de capa caída, y otra cosa es ir afear la bella playa del Imperio con bellezas plebeyas y melones con vino. Eso es lo que reproducen los cronistas romanos y más encima sacan a Dios de contexto y lo ponen hablando como si Él justificara el consumo de alcohol en los caminos públicos, cuando Él nunca hizo eso.

Pero donde manda el imperio del Dios Money no manda Dios que se presente, aunque sea el mismo Dios y su Coro de Rojas. Los acusan de que le andaba haciendo campaña al melón con vino y si de ese brebaje probaran los veraneantes se arriesgarían demasiado con el alcohol en sus cuerpos y los veraneantes quedarían raja y se tirarían al mar sin mayores precauciones y se ahogarían por su culpa, por su gravísima culpa.

Pero en realidad toda esa argumentación es un “chivum expiatoriam” para sacar de la playa a ese viejito con pinta de cuma y a sus tres beldades que se van con el entrepiernas mojado por efecto del fenómeno de la niña cuando se mojaban las patitas inocentemente en el mar y el Guatón Pelado, auto-arrogándose una autoridad que por ley a él no le corresponde (costumbre muy popular entre los romanos desde la época del Emperador Augusto Ramón I), expulsa del paraíso al Caballero y a las tres damas.

“¡Por lo menos me podría venir a sacar de aquí la Autoridad Marítima del Imperio, pero no usté pueh!” -le dice Dios ya casi vencido, al Guatón Prepotente.

“¡Ya na de cuentum aquí!” –le responde el Pelado a Dios Coro Rojas y a su Team de beldades plebeyas, mientras la Armada Romana brilla por su ausencia ante la flagrante violación del ya mencionado Edictum del Pretor.

Por Mauricio Redolés

El Ciudadano Nº95, segunda quincena enero 2011

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