Se cumplen 205 años de su natalicio

Efemérides 5 de mayo: ¿Quién fue Karl Marx?

Hasta nuestro tiempo, la obra de Karl Marx y sus repercusiones en la historia y en las artes se mantiene en el centro de enconados debates

Por Daniel Carpinteyro

05/05/2023

Publicado en

Actualidad / Chile

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Intimida, sí, escribir sobre una figura de su magnitud. Intimida la magnitud de su alcance intelectual. Filósofo, economista, sociólogo, historiador, poeta. Su poesía brota en toda su fuerza, más que en los versos de juventud a Jenny Westphalen, en algunos arrebatos de su prosa, al menos como nos las han hecho llegar desde el alemán a los hispanoparlantes traductores de la talla de Mauricio Amster. Véase si no la contundencia evocativa y metafórica de «El Manifiesto del Partido Comunista«, coescrito con Friedrich Engels por encargo de la Liga de los Comunistas:

(La burguesía) ha roto sin piedad todos los abigarrados lazos del feudalismo que ataban al hombre a su superior natural, sin dejar subsistir otro vínculo entre y hombre y hombre que el desembozado interés, el inflexible «pago al contado». Ha ahogado los sagrados estremecimientos del éxtasis devoto, de la exaltación caballeresca, del sentimentalismo pequeñoburgués, en el agua helada del cálculo egoísta.

«El Manifiesto del Partido Comunista», edición de 1972 traducida por Mauricio Amster.

Fuerza retórica y claridad s son, pues, atributos determinantes en la formulación de las ideas de Marx, para quien la historia era el gran cohesionador que permitía entender el intrincado mecanismo de la economía y sus implicaciones en todas las esferas de la cultura. Todas las preocupaciones que describió Marx en su momento siguen vigentes hasta nuestros días.

La tecnología, la explotación y la mercantilización en el pensamiento de Marx

¿Tememos que el avance de la robótica y las inteligencias artificiales liquiden millones de puestos de mano de obra de un día a otro? Solo hay que echarle un vistazo al Manifiesto: «Los continuos cambios en la producción, el incesante sacudimiento de todas las relaciones sociales, la eterna incertidumbre y agitación, destacan a la época burguesa entre todas las anteriores».

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¿Se denuncia que en las bodegas de Amazon los trabajadores son supervisados, fustigados y sancionados por capataces automatizados que les exigen recorrer cien metros en veinte segundos para transportar un objeto del punto A a B? Sentencia el Manifiesto: «Con el progreso de la maquinaria y la división del trabajo, la labor del proletario ha perdido todo carácter independiente y, con ello, todo atractivo para el obrero. Este se convierte en un mero accesorio de la máquina, al que solo se exige la manipulación más sencilla, más monótona y más fácil de aprender».

¿Habría imaginado Marx que algún día un gran capitalista tecno-burgués concebiría insertar en el cerebro humano un chip, efectivamente haciendo del cuerpo humano una máquina con el pretexto de poder mantener al ser humano en condiciones de competir contra las máquinas en potencia de procesamiento cognitivo? ¿Habría imaginado Marx que algún día el proceso mismo de la gestación humana podría transformarse en una industria automatizada, como las granjas ectogenéticas cuya implementación ya se anuncia, donde a criatura humana pasará a ser un producto de diseño, signado por estándares de calidad como cualquier otra mercancía?

Porque es la mercancía otro de los múltiples puntos sobre los que Marx volcó su atención. ¿Cuál es ese discreto encanto que presenta ante los ojos de su comprador o de quien la contempla? ¿Cuáles son los significados ocultos que la vuelven casi un jeroglífico, signo místico y devocional que poderosamente opera sobre la conciencia? ¿Cuáles son los misterios entre los diferenciales entre su valor de uso, su valor de intercambio, el valor comercial que finalmente se le asigna? ¿Cómo se configura la anatomía y evolución del precio de esta mercancía?

La influencia de Marx en las vanguardias estéticas

Dejaremos para otro momento el tema de los sistemas de gobierno que adoptaron el comunismo o el socialismo, y la consabida discusión de si lo adoptaron bien, si lo adoptaron mal y cuántos muertos más o menos pueden atribuírsele en comparación con el capitalismo. En cambio, exploraremos muy brevemente su influencia en algunas vanguardias artísticas del siglo pasado.

En el caso del surrealismo, como lo hace notar la investigadora Amanda Strong en su estudio «Politics of Surrealism» (2009), sus adherentes realizan una investigación sistemática del pasado, siempre y cuándo sea para contribuir a la crítica de la modernidad. En cuanto a los procesos de generación de «imágenes dialécticas», se recurría a combinar imágenes reconfortantes de la iconografía capitalista con imágenes estridentes y hasta violentas, que pudieran producir en el espectador el mismo sacudimiento de la conciencia que un reloj despertador.

En el caso del situacionismo, su fundador, Guy Debord, buscaba la creación de situaciones que rescataran al sujeto de la inversión vital propia de la sociedad capitalista en la que el mundo completo quedaba reducido a una conglomeración de imágenes y representaciones.

Ambos movimientos produjeron experimentos notables en los que se experimentó con las posibilidades del inconsciente, con miras al escape de la alienación producida por la sociedad capitalista. Ambas corrientes de pensamiento fueron inauguradas por teóricos marxistas que buscaron mediante la formulación de nuevos rituales y prácticas la subversión de los valores burgueses y de la instrumentalización laboral de la vida.

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Hasta nuestro tiempo, la figura de Karl Marx es objeto de enconados debates. La Derecha lo combate sin leerlo y la izquierda a veces lo traiciona deformándolo; véase, por ejemplo, la feroz crítica que ya se levanta contra Boaventura de Sousa Santos.

Sin embargo, su legado intelectual sigue siendo tierra fértil para el pensamiento que diverge de los estándares burgueses y de manera metódica y sostenida, desmonta sus mitos e inconsistencias.