El misterio de la «daga extraterrestre» de Tutankamón: elaborada a partir de un meteorito y forjada por un imperio fantasma

Dentro de los más de cinco mil objetos que el arqueólogo británico Howard Carter encontró al dar con la tumba del faraón egipcio, uno de los más misteriosos se trata de esta pequeña daga con empuñadura de oro y un metal imposible de forjar para la época.

Por Axel

26/12/2022

Publicado en

Actualidad / Cultura / Historia / Misterios

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Corría el año 1923 cuando el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en Egipto catapultó el nombre del faraón a la fama mundial y despertó un interés inusitado por la arqueología en Occidente. A casi 100 años de este descubrimiento, uno de los grandes misterios que rodeaba la figura del rey egipcio finalmente encontró explicación.

Cuando el arqueólogo británico Howard Carter encontró la enorme tumba bajo el Valle de los Reyes, también halló más de 5 mil piezas de orfebrería que permitieron a los historiadores saber más acerca de las ténicas utilizadas en la época. Una de ellas fue la famosa máscara funeraria bañada en oro y con incrustaciones de piedras semipreciosas que hoy se ha transformado en la imagen de referencia al momento de pensar en los antiguos faraones.

Sin embargo, el objeto más raro que se encontró en el asentamiento fue la daga de Tutankamón, un arma blanca creada a partir de una fina lámina de hierro y con una empuñadura de oro que revolucionó los que se sabía acerca del dominio de la técnica orfebre de los egipcios de la época.

Precisamente porque las técnicas para fundir el hierro aún no habían llegado a Egipto durante el reinado de Tutankamón, distintos científicos sugirieron -sin evidencia concluyente en ese momento- que el metal utilizado en la daga debía ser extraterrestre.

Esta tesis, que en el momento parecía ser una locura, terminó por confirmarse el 2016, cuando un análisis de rayos X confirmó que el misterioso material provenía de un meteorito que cayó en la Tierra y, por lo tanto, sí tenía un origen extraterrestre.

A seis años de este descubrimiento, un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Chiba, en Japón, volvió a analizar la composición química del arma durante una serie de visitas al Museo Egipcio de El Cairo. La conclusión fue que la daga ni siquiera se forjó en el delta del Nilo, sino que proviene del extranjero.

Al analizar la distribución de níquel en la superficie de la daga, el equipo encontró patrones de Widmanstatten, un tipo de cristales alargados que solo están presentes en el hierro meteórico. Este indicio, sumado al descubrimiento de yeso para fijar los adornos que acompañan la empuñadura de oro (una técnica que no apareció en Egipto hasta el siglo IV a.C.), les permitió afirmar que la daga de Tutankamón se forjó muy lejos de Egipto.

El equipo relacionó este hallazgo con un pasaje contenido en las Cartas de Amarna, un conjunto de tablillas de arcilla que contiene registros de las relaciones diplomáticas entre Egipto y otros estados al norte de la costa mediterránea. En una de ellas, se narra que un antiguo gobernante del reino de Mitanni (ubicado en la actual Siria) le regaló una daga de hierro al abuelo de Tutankamón, Amenofis III.

Amenofis III gobernó egipto dos generaciones antes que Tutankamón, entre los años 1407 a. C. y 1376 a. C. y, según indican los nuevos hallazgos, habría sido él quien recibió la daga de metal extraterrestre que más tarde heredaría a su nieto.

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