¿En qué contexto fue asesinado Segundo Catril? Revelan cómo funciona subcontratación mapuche impulsada por CMPC y Santo Reinao en Arauco

La emboscada de este martes, que dejó a un trabajador mapuche muerto, se enmarca en el conflicto originado por el proceso de subcontratación mapuche impulsado por Santo Reinao y Forestal Mininco en la provincia de Arauco, y que ha dividido a una buena parte de la población mapuche remanente de la zona.

Fotografía: Referencial

El martes 24 de mayo fue asesinado de un disparo en la cabeza el trabajador mapuche de 66 años, José Segundo Catril Naculqueo, en la comuna de Lumaco en La Araucanía. El hecho ocurrió en el sector de Relún, en la ruta entre Capitán Pastene y Tirúa.

El tiroteo al minibús de la empresa contratista Santo Reinao SpA, que presta servicios a la forestal Mininco (CMPC) del grupo Matte, y que trasladaba a 25 trabajadores rumbo una reforestación de árboles nativos, alertó a los medios y la poblaciín sobre la radicalización de la violencia en la zona.

El gobierno, por su parte, no tardó en anunciar querellas para quienes resulten responsables por la muerte de José Segundo Catril y el resto de heridos. De acuerdo a las primeras informaciones del Ministerio Público el ataque habría sido hecho con escopetas, disparo de perdigones y munición de guerra.

Reinao y Mininco (CMPC)

La empresa contratista para la cual trabajaba Segundo Catril pertenece a Santo Reinao Millahual, empresario forestal y militante del PPD, partido del cual llegó a ser candidato a constituyente en 2021.

Un reportaje del medio Interferencia ha desentrañado los lazos que existen entre este empresario mapuche y la Forestal Mininco de los Matte. Y cómo estos negocios y han generado nuevos conflictos en la zona.

Todo partió a finales de 2018, luego del asesinato del comunero Camilo Catrillanca. Reinao había iniciado un proceso de recuperación de tierras en el estratégico fundo Choque de CMPC. Sin embargo, esta campaña duró poco, ya que el empresario terminó haciendo negocios con la forestal. Lo anterior habría abierto una brecha infranqueable con las organizaciones de resistencia mapuche de la zona.

Organizaciones como la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Resistencia Mapuche Lafkenche (RML) y Weichan Auka Mapu (WAM) han declarado abiertamente a la industria forestal como su enemiga. Responsable de depredar los bosques nativos milenarios para imponer el monocultivo de pinos y eucaliptus, generando además una serie de impactos socioambientales nocivos en la zona.

Aún no hay información sobre quien asesinó a Segundo Catril. Pero es importante reconocer que en la zona, aparte de las organizaciones indígenas más radicales, operan distintos grupos que ejercen la violencia como método. Grupos delictuales ligados a la extrema derecha y a las mafias de la madera y el narcotráfico.

Lo que sí es indudable es que la emboscada de este martes se enmarca en el conflicto originado por el proceso de subcontratación impulsado por Santo Reinao y Forestal Mininco en la provincia de Arauco, y que ha dividido a una buena parte de la población mapuche remanente de la zona. Que ven enfrentadas la posibilidad de superación de la pobreza, en una de las provincias más pobres de Chile, con la lucha por la recuperación de sus tierras ancestrales y la protección de la Ñuke Mapu (Madre Tierra), pisoteada precisamente por industrias como la forestal.

El monocultivo en la comuna de Tirúa lo desarrollan principalmente dos empresas: Arauco y Mininco. El estudio Experiencias de recuperación territorial a partir de resistencias al modelo de producción forestal, citado por el medio antes señalado, muestra que entre 1997 y 2014 la plantación industrial pasó de ocupar un 33% a un 45,4% de este territorio mapuche lafquenche, degenerándose la presencia del bosque nativo. 

Sobre Mininco, en abril de 2021, Interferencia ya había ahondado en el importante papel jugado en la zona por el gerente de Asuntos Corporativos de la forestal, Guillermo Turner.

El alto cargo llevaba años consiguiendo que sectores mapuche que se encontraban en confrontación con la empresa se sumen a trabajar para ellos, una de estas personas el propio Reinao. Lo que no ha hecho más que intensificar los conflictos existentes y generar un nuevo conflicto político y social entre los habitantes del territorio.

De acuerdo a los relatos recopilados por dicho medio de las personas que conversaron con Turner -pero que rechazaron llegar a acuerdos-, el ofrecimiento habría sido de $500.000 mensuales para cada trabajador que haga labores como guardia privada. Además de ofrecer becas y asesorías para proyectos.

Dicha investigación también consignó que a esa fecha existían cerca de 400 mapuche trabajando para Mininco a través de la subcontratación impulsada por Reinao en los fundos Choque y Paillaco. Número que se deduce no ha dejado de crecer hasta la fecha.

Lee el reportaje completo en Interferencia.

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