Felipe Copaja: “La promoción efectiva de un mayor desarrollo en el ámbito cultural es un deber de la sociedad en su conjunto”

El fundador de FC Ediciones recibió el Premio Presidente de la República 2024 a la Música Nacional, reconocimiento que le fue entregado por el propio Presidente Boric en mérito a su trayectoria en la edición musical

Felipe Copaja: “La promoción efectiva de un mayor desarrollo en el ámbito cultural es un deber de la sociedad en su conjunto”

Autor: El Ciudadano

“Al premiarlos a ustedes, estamos premiando a parte de la esencia de nuestra patria, ustedes representan algo más profundo que su propia persona”, dijo el Presidente de la República Gabriel Boric durante la ceremonia de entrega de los Premios Presidente de la República a la Música Nacional y a las Artes Escénicas 2024, realizada en agosto pasado. Junto al mandatario, la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio Carolina Arredondo pronunció: “Estos reconocimientos son también reflejo del compromiso del Estado con la cultura y con el fortalecimiento de políticas que aseguren su desarrollo”.

Entre los premiados de la ceremonia realizada en el Palacio de La Moneda estuvo Felipe Copaja Patiño, director de FC Ediciones, destacado en la categoría Edición Musical. El ingeniero civil, chelista integrante de la Orquesta Filarmónica de Los Ríos e impulsor de varias iniciativas en el ámbito cultural como la recuperación de la Casa Lüer y su transformación en el Museo de las Telecomunicaciones, reside desde 2010 en Valdivia, tras pasar su juventud en Arica y su formación universitaria en Santiago.

Reconoce que inicialmente el premio lo sorprendió y que no puede menos que sentir agradecimiento por la valoración a una labor que, dice, “es realizada con dedicación y entrega”. Y es que Felipe Copaja se vinculó con la música desde pequeño, donde su propio interés, curiosidad y evidentes habilidades fueron preparando un camino que hoy lo ubica de manera destacada en la edición musical, un área quizás poco conocida, pero no menos importante en el desarrollo de este ámbito.

“Siendo adolescente comencé a tocar violonchelo en forma autodidacta y a arreglar música escribiéndola a mano. En la universidad aprendí a usar un software de edición musical con el que pude agilizar la producción de partituras. En esa época fui miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y produje algunos arreglos para la FOJI. Simultáneamente, comencé a tener contacto vía internet con compositores e instrumentistas extranjeros, para los cuales edité varias partituras. Durante los últimos años colaboré con la Orquesta de Cámara de Valdivia haciendo algunos arreglos y también la edición de material musical para su uso”, comenta.

En la historia del nacimiento de FC Ediciones, Felipe identifica como hito principal su relación de colaboración con la Fundación Enrique Soro, lo que a la fecha le ha permitido editar más de 80 obras del compositor penquista, más de la mitad de ellas como primera edición. “Esta colaboración fue la que finalmente me impulsó a formalizar mi trabajo como FC Ediciones, nombre bajo el cual han aparecido ya dos publicaciones dedicadas a Soro, “Composiciones de juventud” – financiado por el Fondo de la Música 2021 -, con obras compuestas mientras Soro estudió en el conservatorio de Milán, y “Soronidades de infancia”, compendio de obras relacionadas de alguna manera con el mundo infantil».

¿Cómo surge la idea de crear una editorial musical?
La idea había estado presente desde hace tiempo. Tocar en la orquesta usando en muchas oportunidades partes manuscritas, con un formateo deficiente, errores o vueltas de página incómodas, me llevó varias veces a escribir una parte para mi instrumento y fila. Conocer editoriales como Bärenreiter y Henle, que producen partituras muy bellas, me motivó a imitarlas y aprender reglas de edición que son estándares para la mayoría de las grandes editoriales.

Ya iniciado el camino, ¿qué vinculaciones o apoyos considera relevantes en su trayectoria como editor?
Felipe Hidalgo, violinista y director de orquesta, fue el primero que me motivó a desarrollar con algún grado de profesionalismo esta actividad. La opinión de directores como Rodolfo Fischer, Nicolas Rauss y Emmanuele Baldini han sido importantes para validar la calidad de mi trabajo. Finalmente, las ya mencionadas colaboraciones con la Orquesta de Cámara de Valdivia y la Fundación Enrique Soro para la producción de material musical han sido las más relevantes hasta ahora.

¿Cree que, en cierta medida, este premio respalda la idea de Valdivia como una ciudad cultural?
Bueno, al constatar que de todos los premiados este año soy el único que no reside en la Región Metropolitana, creo que este reconocimiento sí aporta méritos a Valdivia, que la respaldan como foco cultural en el sur del país, aunque lo mío claramente no es comparable aún a la labor que realizan otras organizaciones, como la Orquesta de Cámara de Valdivia, el coro de la UACh, la Orquesta Filarmónica de Los Ríos y tantas otras agrupaciones y bandas locales. Y solo me estoy refiriendo al espectro musical, habiendo además tantas otras formas de expresión cultural que se dan en la ciudad y región y que son ampliamente reconocidas.

¿Qué nos falta para promover un mayor desarrollo cultural en Valdivia y la región?
Es importante tomar conciencia de que todos quienes tenemos responsabilidad sobre la creación, difusión, mediación, financiamiento, o bien conocimientos e influencia sobre asuntos relacionados con la cultura, tenemos además un deber moral para dar a conocer, facilitar, educar, motivar la reflexión y el debate, al tiempo de realizar con excelencia nuestra labor, desarrollando virtudes al máximo en todo ámbito. Y esto no solo para el “mundo cultural”, aplica por igual a docentes en el aula, decanos en sus facultades, gerentes en sus empresas, el cura en su parroquia, músicos en su orquesta, estudiantes en sus colegios, etc.

Es una tarea de todos…
La promoción efectiva de un mayor desarrollo en el ámbito de la cultura es un deber de la sociedad en su conjunto, que a la vez exige el máximo rigor y profesionalismo por parte de quienes estamos directamente involucrados, pero que sin duda necesita de políticas públicas que promuevan el conocimiento, el interés y el gusto por participar no solo como público, sino también con anhelos y posibilidades reales de realizarse profesionalmente en el camino del arte y la cultura.

Dada su experiencia en diferentes áreas y proyectos culturales, ¿cuáles cree que son las urgencias en la Región de Los Ríos?
Poner el foco y los esfuerzos, especialmente económicos, en el apoyo a entidades que den pruebas de sostenibilidad en el tiempo y capacidad de gestión, así como constituirse en proyectos cuya influencia a nivel local perdure y promueva la búsqueda y valoración del arte y la cultura en futuras generaciones, logrando incorporar en la sociedad este aspecto no solo como una oportunidad de gozo, sino también de aprendizaje permanente a lo largo de la vida. Además, es evidente que tanto el trabajo de desarrollo de públicos como la promoción del interés por las artes son acciones que deben dirigirse a niños y a jóvenes dentro del propio quehacer educativo, por lo tanto, fomentar una actividad cultural permanente vivida desde los primeros años de escolaridad es una prioridad que debe ser asumida con un compromiso serio, sin intereses cortoplacistas.

Sobre ideas o proyectos que pudieran surgir a partir del premio que recibió, Felipe subraya: “En lo inmediato, continuar con el rescate de Enrique Soro, editando más obras de su catálogo, renovando algunas de sus obras más conocidas y sacando a la luz otras que solo existen como manuscritos autógrafos. Por otra parte, estoy gestionando la edición de las obras orquestales de Marcelo Morel (1928-1983), junto a Tomás Thayer, profesor de la UACh y sobrino del compositor. Y por supuesto, abierto a nuevos desafíos que puedan surgir en el camino”.

Fuente: cultura.gob.cl
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