Historia Abierta, en Matucana 100, último día 2×1

Hoy es el último día de exhibición de la obra teatral Historia Abierta, dirigida por el belga Lorent Wanson, en Matucana 100, donde se han presentado por espacio de un mes y medio

Por Cesarius

28/11/2010

Publicado en

Actualidad / Artes / Portada

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Hoy es el último día de exhibición de la obra teatral Historia Abierta, dirigida por el belga Lorent Wanson, en Matucana 100, donde se han presentado por espacio de un mes y medio. La obra, es el resultado de un trabajo de taller en el que participaron 80 personas durante 2008 y 2009, y que articula parte de los relatos que construyen el Chile reciente no considerados por la historia oficial.

La función es a las 20:00 horas y vale 5 mil pesos. Por ser la última, hoy entran dos personas por el precio de una. La obra viaja a Francia y Bélgica.

En Historia Abierta, todas las personas se ven enfrentadas a una oportunidad, viajar a bordo de un barco de papel que lo transporte a espacios convulsionados del interior de un chileno o chilena que ha sufrido como cualquiera, o a los mundos que confrontan la irregularidad de un país terremoto que ha sido removido cosas mucho más íntimas y terribles que el movimiento de las placas tectónicas.

“Yo en la obra estoy como Fernando Pérez Banda, soy yo, hablo como hablo, no soy un personaje, solo soy parte de un proyecto en el que nuestras historias, son el motor de este trabajo y actúo como lo haría ante determinadas situaciones. Cada uno de nosotros, actores de este proyecto, entrega un pedazo de historia. También los otros actores se enfrentan a actuar como ellos lo hacen ante un pedazo de historias, que transversalmente se parecen a muchas, entre ellas quiebres que han determinado mi vida como las que a mí me han afectado y determinado, las que han producido algunos quiebres que la han transformado”, dice el actor, quien fue uno de los 7 seleccionados finales por el director.

Wanson ya había estado en Chile presentando Africare, en 2007, obra con la que ganó el Festival de Avignone, y a partir de esa relación nace el proyecto que dio origen a Historia Abierta.

Con tres hombres y cuatro mujeres en escena, actrices y actores contaron parte de su historia. Y para ello trabajaron con tres árboles genealógicos. El propio, uno inventado con sueños y deseos, y un tercero que llamaron ‘el testigo’ y que debieron investigar mediante la entrevista a una persona que fue designada por el director y a quien cada uno buscó la forma de contactar. Con ello, el director formó una historia que encuentra a estos personajes que vivieron los años recientes de la historia de Chile, desde distintos mundos. Uno mapuche, uno de inmigrante árabe, otro de militante político, el de un nieto de un militante, entre otros, y se encuentran con las voces de sus entrevistados que han dado diversas luchas de vidas cotidianas en un país que se polarizó durante muchos años y aún no sana sus heridas.

Historia Abierta está dividida en cuatro partes: Vida cotidiana; los quiebres; los silencios, y la historia abierta, que invita al espectador a reconstruir la propia. En el montaje participaron tres artistas visuales cuyos aportes no sólo aportan con la escenografía, sino que además hacen parte de la historia como protagonistas de las situaciones a las que los personajes van sometiendo al público, con la presencia de videos de las entrevistas de los testigos, quienes también hacen parte de la configuración de este país que se reconstruye en el cruce de las miles de historias individuales y colectivas.

Pérez Banda dice que la historia es también un fragmento, que da voz a quienes participaron del montaje. “Es la historia no contada, la historia no oficial, visto desde nosotros, desde lo personal. Por eso es que decimos en una parte que todos tenemos nuestro propio Chile”, dice el actor, y el espectador lo siente en un ambiente que se arma con escenas de profunda emoción, como la muerte de un hijo y con situaciones de humor que permiten pasar por distintos estados.

Los testigos aparecen en video, haciendo su aporte a la historia, encajando y dando pie a un mundo fuera de la escena que puede ser cualquiera de los que ven la obra o cualquiera de los que nunca la verán. Ahí se genera un lazo con el espectador y espectadora, que sabe que la historia queda abierta para ser contada desde sí mismo en la medida que se someta a reconstruirla.

Todo el mundo ha tenido un quiebre, todo el mundo ha sufrido una pérdida, ¿cómo lo vice cada cuál? Eso lo puede descubrir con un empujón asistiendo a la función de esta noche, la última que darán en Chile antes de irse a dos países de Europa.

La compañía sale por enero y febrero. En Bélgica se presentarán en Bruselas, Monz, Soignies, y en Francia, en Valenciennes.

Por César Baeza Hidalgo

El Ciudadano

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