Historiador José Bengoa sobre tierras y territorios pueblos originarios en propuesta nueva Constitución: «Se abre un horizonte de paz»

“Estas votaciones sí abren un camino en uno de los conflictos más largos que ha tenido el país, el más sangriento, el más terrible”

«Esta aprobación sobre el tema indígena es maravillosa. Se abre un horizonte de paz; no es que vaya a llegar de inmediato, pero estas votaciones sí abren un camino en uno de los conflictos más largos que ha tenido el país, el más sangriento, el más terrible», contesta al teléfono el académico, historiador y antropólogo José Bengoa, al ser consultado sobre la aprobación en la Convención Constitucional del derecho de los pueblos y naciones indígenas a sus tierras, territorios y recursos.

José Bengoa fue director de la Comisión Especial de Pueblos Indígenas en el gobierno de Patricio Aylwin y en 2000 estuvo en la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas en la administración de Ricardo Lagos, entre otros cargos.

José Bengoa sobre restitución de tierras a Pueblos originarios: «Se abre un horizonte de paz»

Por Andrés Venegas

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«Estas votaciones abren un camino en uno de los conflictos más largos que ha tenido el país, el más sangriento, el más terrible».

«La historia con este artículo aprobado efectivamente tiende a cambiar y en ese sentido no podemos menos que alegrarnos de que se haya aprobado», sostiene Bengoa sobre el principio instalado en el borrador constitucional en el Pleno 42 de la CC que establece que «el Estado reconoce y garantiza conforme a la Constitución, el derecho de los pueblos y naciones indígenas a sus tierras, territorios y recursos».

-¿Es posible llevar a la práctica la devolución de tierras a partir de lo que expone este artículo?

«Absolutamente, aquí hay varios mecanismos que son perfectamente legales y que se pueden utilizar muy bien. El primero que se podría empezar a ocupar casi inmediato es el fondo indígena de la ley actualmente vigente, el cual prácticamente no se ha utilizado en los últimos años. Por lo tanto, hay un remanente de recursos ahí que el Ministerio de Hacienda tendrá que poner a disposición y que me parecería del mayor interés que se utilizara. Calculo que ahí se podría estar avanzando a unas 100 mil hectáreas fácilmente, que no es poco.

No hay que cambiar ninguna ley para que eso sea posible. Me parece fundamental darle más importancia a la Conadi en este aspecto, más capacidad técnica, de negociación. Es muy importante que haya transparencia, porque se ha caracterizado por ser un ente de enorme oscuridad. No se sabe cuánto valen las tierras, cómo se hacen las negociaciones. Creo que es fundamental que eso se transparente, al igual que el proceso de negociación de tierras sea público. Y también que el Consejo de la Conadi se refuerce».

José Bengoa es ex rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y actual docente de esa casa de estudios. / Crédito: UAHC

Esa semana, el gobierno dio a conocer el nombramiento de Luis Penchuleo como director nacional de la Conadi. Horas después se anunció el aumento de presupuesto para la organización, de $15.000 millones a $35.000 millones, destinados a la compra de tierras. En este escenario, Bengoa perfila a Penchuleo: «Es un nombre muy interesante, una persona que conoce muy bien los temas, que es de las comunidades del sur, que ha estado en el partido Wallmapuwen, que trató de organizarse en el mundo mapuche. Y lo que ha dicho la ministra (Jeanette Vega, de Desarrollo Social) va muy en el sentido de que se abre un camino de paz. De partida hubo una reunión de la Conadi en La Moneda, cuestión que no había desde el gobierno de Aylwin, lo que me parece importante. En ese consejo hay gente de mucha relevancia».

El historiador profundiza sobre las necesidades que ve en el trabajo gubernamental: «Creo que también habría que tener un grupo de trabajo técnico para ver el caso de las tierras, porque la Conadi en un momento cometió un error gigantesco: Dar tierras a las comunidades en lugares donde no vivían ni habían sido de esa comunidad. Creo que es un error gigantesco, nunca se pensó la ley en ese sentido. La tierra que hay que recuperar es la robada, usurpada, la que perteneció a esa comunidad.

Tiene que haber un proceso de negociación con las empresas, que el senador (Francisco) Huenchumilla inició cuando estuvo como Intendente, el cual puede ser bastante exitoso. Que estén las organizaciones indígenas, el Estado, las empresas y obviamente mediadores como diputados, senadores (…) Hacer un grupo de trabajo de mediación absolutamente factible y llegar ahí a este concepto que tanto discutido que es el ‘precio justo’, que es evidente que se ocupa en todas partes del mundo. Los que alegan sobre eso es una expresión de ignorancia, con todo respeto».

«La tierra que hay que recuperar es la robada, usurpada, la que perteneció a esa comunidad».

-¿A qué atribuye la resistencia de algunos sectores hacia la aprobación de artículos referentes a los temas indígenas en la Convención?

«Llevo 50 o más años escribiendo sobre el racismo en Chile, sobre el espíritu de conquista con el que se armó este país. Era común acá en la clase media o alta cuando llegaba un europeo decir ‘es que nos creen indios. Nosotros no lo somos pues, somos blancos’. Eso fue una cuestión anti indígena que llega con las huestes españolas, la guerra empieza en el minuto que aparecen los españoles aquí.

A fines del siglo XIX se estableció un racismo brutal; se les dijo que eran bárbaros, primitivos. Se llegó a decir cosas tan brutales como que los mapuche no tenían ninguna capacidad intelectual, que no la podían tener, que no podían llegar a fórmulas de abstracción por una constitución cerebral. Lo que se hizo con otros pueblos o comunidades fue igual o peor, como el caso de Tierra del Fuego. Allí fue prácticamente una extinción. Los sobrevivientes son muy poquititos. Afortunadamente hay una sobreviviente que está en la Convención (Lidia González, yagán) diciendo aún vivimos, aún existimos. Encuentro muy importante levantar esa pequeña bandera. Esos pueblos han resistido en el norte, en el centro. Esa es la realidad del país y una Constitución tiene que lidiar, me parece fundamental, con todos los asuntos históricos. Es una condición que a largo plazo va a traernos la paz, la convivencia que se busca».

«Se llegó a decir cosas tan brutales como que los mapuche no tenían ninguna capacidad intelectual, que no la podían tener, que no podían llegar a fórmulas de abstracción por una constitución cerebral».

-¿Cuál es la relevancia histórica de que los Pueblos Indígenas se instalen como agentes políticos para elaborar una Constitución?

«Es fruto de un largo proceso. Hay personas que durante el siglo XX fueron de gran importancia en esta materia. Me emociona que se haya aprobado algo tan importante para la comunidad de Rapa Nui como el estatuto nuevo para Isla de Pascua, que es lo que plantea la constituyente en el borrador. La convencional representante de Rapa Nui lo ha dicho tantas veces: allí se encerró a la gente, Hanga Roa fue una reducción, se les quitó toda la isla y se le entregó a una empresa. Y a los pascuenses se les prohibía salir. Son 3 mil ó 4 mil personas, pero muy importantes respecto a Derechos Humanos, de humanidad, de ser un país más humano. Esas cosas van a quedar en la historia de Chile como uno de los momentos de dignidad de toda nuestra generación, no dudo en absoluto respecto a eso».

«No tengo la menor duda que esos son los pilares en que se formó esta sociedad: Patriarcado, radicalización, clasismo, antiecología. Sobre ellos actúa esta constituyente, lo que me parece fantástico, pero este es un proceso largo, no creo que se resuelva entre 3 ó 5 años».

Bengoa, como hombre de historia, tiene una perspectiva de largo plazo para ver resultados del proceso histórico actual. «Es evidente que nada se va resolver de un día para otro; como el espíritu de conquista del chileno, de explotación de naturaleza que llegó con los españoles. O el tema del patriarcado chileno, si hasta muy poco tiempo nadie criticaba el acoso a las mujeres, nadie criticaba el reírse de la homosexualidad; esas eran cosas muy profundas en Chile. No tengo la menor duda que esos son los pilares en que se formó esta sociedad: Patriarcado, radicalización, clasismo, anti ecología. Sobre ellos actúa esta constituyente, lo que me parece fantástico, pero este es un proceso largo, no creo que se resuelva entre 3 ó 5 años. Soy preciso en decir que se abre un horizonte de paz, que si se gestiona bien y si se hacen leyes adecuadas, lleve a la paz, a no continuar esta guerra que tenemos por todas partes en el país».

José Bengoa en su presentación en la Comisión de Derechos de Pueblos Indígenas junto a las convencionales Ramona Reyes, Elisa Loncon y Alejandra Flores. / Crédito foto: José Bengoa.

-¿Cómo se ha vinculado con el proceso constituyente?

«En dos aspectos que yo he trabajado en mi vida. El tema campesino, agro-ecológico cuyos artículos están en lo referido a Medio Ambiente. Me invitaron también a la Comisión de Derechos de Pueblos Indígenas, donde estaban los escaños reservados. Conversé con Elisa Loncon y Natividad Llanquileo y  les entregué un memorándum sobre el concepto de autonomía, que me parece que es un tema de la más alta importancia. Personalmente he podido participar de foros internacionales durante varias décadas, estar en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, en todas partes del mundo. (La autonomía) no es nada terrible, todo lo que se dice en general sobre esto es fruto de una enorme ignorancia, de que el Estado se va a separar.

Lo que dice el texto que ha sido aprobado me parece estupendo, muy claro. La autodeterminación de los pueblos en el caso indígena se concentra en el concepto de autonomía, la que no implica secesión territorial según lo que dice el Convenio 169, del cual Chile es signatario y que es ley nacional. En la discusión internacional se habla de doble ciudadanía. Por ejemplo, ciudadano chileno y ciudadano aymara. ¿Qué hace eso? Dignificar la relación. He estado afortunadamente en muchos lugares donde la gente tiene pasaporte con ambas ciudadanías».

«La autodeterminación de los pueblos en el caso indígena se concentra en el concepto de autonomía, la que no implica secesión territorial».

-¿Influyen los avances del proceso constituyente en la violencia actual que viven amplios sectores del sur del país?

«No creo que sean dos elementos de causa-efecto. Creo que son cuestiones que tienen ritmos y caminos diferentes. El camino de la Constitución obviamente es de mucho más largo plazo, pero que marca un rumbo. La gestión que haga el gobierno actual de esos elementos va ser fundamental, por eso parto diciendo que hay posibilidades de que se hicieran cuestiones de inmediato, que no requieren leyes y nada. Se requiere voluntad política y gestión, porque eso no se puede dejar a la improvisación: ‘Vamos a comprar tierras ¿y dónde? Da lo mismo’. No da lo mismo, hay que conversar con todos los actores presentes, con todos. Es fundamental hablar con los pueblos indígenas, pero hay que hacerlo con algo en la mano y eso va a ser costoso».

-Ayer se rechazó por completo el informe de segunda propuesta de la Comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas. ¿Qué le pareció? 

«Tengo la impresión de que hay una campaña muy grande para confundir el concepto de plurinacional, por lo tanto muchos miembros de la constituyente se sintieron cohibidos frente a esto y rechazaron ese primer artículo. Pero eso ya está aprobado en la introducción y en varias partes de la nueva Constitución, por lo que no me parece que sea extremadamente grave ese rechazo. Sin embargo, esta campaña que estamos viendo en la televisión abierta es increíble. Una campaña orquestada, de confusiones, bastante fea que va a confundir a mucha gente, sin duda.

«Tengo la impresión de que hay una campaña muy grande para confundir el concepto de plurinacional, por lo tanto muchos miembros de la constituyente se sintieron cohibidos frente a esto y rechazaron ese primer artículo».

Habría sido de las más amplia importancia que la Constitución reconociera esos tratados que se hicieron entre los pueblos indígenas, la corona española, el Estado chileno. Es una lástima porque ahí hay antecedentes históricos de importancia. Y la autonomía y las formas autonómicas, como fueron rechazados, van a tener que pasar a ley. Y eso me parece que puede ser incluso mejor. Puede ser una oportunidad de que se vean las distintas autonomías de los diferentes pueblos de una manera específica y apropiada a las dimensiones y al territorio de ellos. Creo que sería un error hacer un sólo estatuto desde el Cabo de Hornos hasta el altiplano de Arica».

Pese a la desazón expresada por los pueblos ayer a causa del rechazo completo en la reposición del informe de la comisión de Pueblos Originarios, Bengoa mantiene una postura calma: «Parte de los otros temas (rechazados) en general están en el convenio 169. Por ejemplo, las relaciones fronterizas, la justicia y formas de penas. Por lo tanto no creo que sea una gran pérdida lo que sucedió. El punto central está en este aspecto de la campaña que ha existido y eso se reflejó en la votación siendo rechazados todos los artículos».Δ


PARA LEER A BENGOA
A inicios de mayo, José Bengoa lanzó el libro “La Comunidad Sublevada” , que contiene una selección de ensayos, columnas y artículos del historiador en la que entrega un análisis de las causas que condujeron a las manifestaciones sociales de octubre de 2019. En la presentación estuvo acompañado por Gustavo Gatica, quien perdió la visión tras ser alcanzado por los disparos de la policía en el estallido social. 

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