Leer: un acto de Resistencia. Escribe la periodista Carmen Castro

"Y cuando esas palabras implican historias que transforman tu vida, y que están en las páginas de las novelas o en pequeños cuentos entonces asistes al acto lúcido de la palabra plasmada en el papel y eso se llama literatura"

Por Seguel Alfredo

25/04/2022

Publicado en

Actualidad / Chile / Columnas / Cultura / Libros

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Las palabras tienen fuerza. Pueden herir o acariciar. Y cuando esas palabras implican historias que transforman tu vida, y que están en las páginas de las novelas o en pequeños cuentos  entonces asistes al acto lúcido de la palabra plasmada en el papel y eso se  llama literatura.

Los tiempos presentes son cada vez más agitados y demandantes. Cuesta leer  dicen muchos. Otros argumentan como justificación que los libros son caros. Y están los muy ocupados, quienes secuestrados por las prisas optan por «escapar»  de esta loca afición y se sumergen en un mundo digital que les seduce, a la vez que les somete.

Bien puede decirse – sin exagerar- que leer es un acto de resistencia: al olvido, al desconocimiento, a la prisas sin sentido, al consumo de  inútiles pleitos digitales. Leer es vencer  la ignorancia y anular el olvido. Es luchar contra la voracidad de las presiones y multitareas para dar paso a la reflexión y poder asombrarse  con  la virtud de la palabra escrita. Porque así ocurre cuando , puedes ir  página a página, encontrando mundos y personajes ,desenlaces inesperados. Página a página se pueden  descubrir otros pensamientos,  culturas y civilizaciones. Personajes que te agregan a sus curiosas aventuras y habitan después tus propias fantasías. Y no es impropio ni equivocado señalar que un libro te permite viajar a las almas de los otros y conocer los mundos diversos, lejanos o cercanos  para aprender y ¿porque nó? para también compartir.

En mis rebeldes 18 era curiosa del mundo, del país, de la vecindad. Muchas interrogantes de esos locos tiempos las resolvió  Franck 

Fannon con Los Condenados de la Tierra, un texto denuncia del mundo

africano que impugna el abuso colonial. Sin ambages y a esa temprana edad las injusticias me serían reveladas. Y mucho antes, al conocer Piececitos de Niños  de Gabriela Mistral  pude advertir que » el mundo es ancho y ajeno»

En el largo tiempo  vivencié que ciertas historias así como sus protagonistas empujan a cumplir nuestros sueños de cambios.A veces    la trama novelezca nos llama a ir lento y pausar la lectura en un deseo de retardar el desenlace.

Leer, dicen, es ofício de solitarios. Pero los personajes escondidos en las páginas parecen arrancarse y proponerte acciones singulares. Hasta te retan a proezas: convertirte en un lector comunitario.

Así puede suceder cuando se instala un Club Literario. Experiencias de este  rango están en multiplicación.

Es en esa instancia, sorpresivamente, te  transformas en un lector social.  Uno  que recibe y comparte historias. En ese mágico conjunto se gesta una simbiosis de emociones, impresiones y conocimientos. Viajes a  la historia y la memoria se enquistan en el alma de estos colectivos ciudadanos. Las palabras adquieren nuevos valores y prosapia. Te enaltecen  y te impugnan. Esos nuevos conocientos  te pueden conmover  e impulsar a desprenderte de prejuicios. Tal vez a reflexionar con la apropiación de nuevos argumentos. Hay una fecha muy especial para la fiesta del amor a la lectura. Cada 23 de Abril, Día del Libro, es una fiesta del espíritu y una maravillosa oportunidad de ingresar al mágico mundo de la lectura.

Carmen Castro

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