MNOAL: ¿Qué queda hoy de la esencia de los No Alineados?

¿Qué sentido tienen los No Alineados cuando el escenario de la Guerra Fría ha cambiado? ¿Hasta dónde pueden llegar los acuerdos que se trazan en el sí de la organización?

Por Meritxell Freixas

23/09/2016

Publicado en

Actualidad / Mundo / Portada

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MNOAL

Fue en pleno escenario de la Guerra Fría cuando un 18 de abril de 1955 en Bandung, Indonesia, se dieron cita 27 representantes de países del sur provenientes de África, Asia y Medio Oriente. Aquella semilla convertiría más tarde, en 1961 y en la ex Yugoslavia de Tito como escenario, en el nacimiento del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), que propondría construir una identidad propia ante el imperialismo Occidental y los dos grandes bloques dominantes -Estados Unidos y la Unión Soviética- post Segunda Guerra Mundial. Una lógica que la alianza ha mantenido hasta hoy y que se evidenció en la última Conferencia, la 71ª, celebrada hace pocos días en la Isla Margarita de Venezuela.

MNOAL

El MNOAL se convirtió en el segundo organismo más grande del mundo después de la ONU, con 120 países miembros (53 de África, 39 de Asia, 26 de América Latina y el Caribe, y 2 de Europa), entre ellos Chile, que integró la alianza en septiembre de 1971, por decisión del presidente Salvador Allende, quien entendió a la organización sureña como una forma de solidaridad con las luchas de liberación de otros pueblos en el mundo ante el colonialismo y la dominación imperial.

Sin embargo, hoy que las tensiones militares y diplomáticas que se dieron a partir de los años 40 se difuminaron o, si más no, se entremezclaron con muchos otros factores geopolíticos y económicos de las potencias Europeas, dibujando un nuevo mapa mundial de intereses, relaciones y alianzas, cabe preguntarse ¿qué hay de la alianza estrechada por los países del MNOAL? ¿Qué sentido tienen los No Alineados cuando el escenario de la Guerra Fría ha cambiado y hoy es otro el panorama internacional? ¿Hasta dónde pueden llegar, en realidad, los acuerdos que se trazan en el sí de la organización?

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«Una parte importante de los principios de Bandung que dieron origen al MNOAL siguen presentes en circunstancias y condiciones nuevas porque en el contexto hoy sigue existiendo una conducta imperialista que, a pesar de que hoy sea unipolar, por la desaparición de la URSS, no ha modificado de forma sustantiva. La prueba son las agresiones de EEUU a muchos países de la región y también en Siria, Iraq o Libia». Así lo argumentó, el presidente de la Fundación Constituyente XXI, Esteban Silva, preguntado por El Ciudadano.

esteban silva

Una agenda llena de contradicciones

En esta última edición, la Cumbre definió, entre otras prioridades, una agenda de democratización e información internacional y el impulso de una agenda cultural de paz. En este sentido, se propuso trabajar en la lucha contra el terrorismo y establecer una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente, en el marco de una política de desarme y seguridad internacional. También se retomó la reivindicación histórica de un nuevo orden económico internacional en el marco del nacimiento de nuevos bloques regionales y alianzas económicas entre países emergentes; se impulsó la promoción de la cooperación Sur-Sur y se reafirmó la solidaridad con la lucha del pueblo palestino, la independencia de Puerto Rico y el fin del bloqueo económico contra Cuba.

Por su parte, la anfitriona Venezuela propuso crear un Fondo de Desarrollo del Sur, a través del Banco del Sur y la Secretaría General del Sur del MNOAL, como mecanismo de coordinación con el G77+China y la consulta e interacción con los movimientos sociales.

Los temas en la agenda del MNOAL, pero, no dejan de plantear ciertas controversias porque, si bien es cierto que el Movimiento hoy es impulsado por países como Venezuela, Ecuador, Cuba, Argelia, Sudáfrica, Nigeria, Nicaragua, Bolivia o Irán, que expresan mayor coherencia en el campo internacional con los principios de los No Alineados, también integran esta unión países cuyos gobiernos tienen profundas contradicciones con sus propios pueblos y con los principios y resoluciones de la alianza. Es el caso del Reino de Marruecos, que mantiene una ocupación ilegal en el Sáhara Occidental y bloquea cualquier intento de autodeterminación; o Arabia Saudí que financia e interviene en la cruenta e invisibilizada guerra del Yemen.

De hecho, es quizás en el contexto del macroconflicto en Medio Oriente, que acecha a países como Siria, Iraq, Yemen o Libia, en el que se encuentran las discordancias más profundas en el sí de la coalición de estados. Al respecto, Silva explicó que «el MNOAL no es homogéneo en política internacional, ni en las visiones regionales y subregionales, pero es un espacio importante para buscar consensos básicos a la luz de sus principios fundacionales o los grandes temas que le dieron origen».

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Y agegó: «El MNOAL no excluye ni exime las propias contradicciones de sus países miembros pero sería mucho más ‘viable’  armar acuerdos frente a la violencia, el terrorismo y la estabilidad de la región si pudiese existir, en el seno de los países de la alianza acuerdos sin la injerencia o la influencia geopolítica más global de las grandes potencias, tanto de EEUU como de los intereses geoestratégicos de Francia y otros países de Europa, que son los que tienen más responsabilidad en términos de financiamiento, armamento e intereses geoeconómicos».

Para el experto, las grandes incoherencias de los países de la unión del sur «tienen que ver con cómo se refundan las insituciones y cómo se hacen las alianzas». Y añadió: «Siempre van a haber contradicciones y es importante que la presidencia y los países principales que confluyen en las decisiones tengan una cierta hegemonía». Según él, la clave estaría en debatir «¿Cómo se generan acuerdos que a la vez generen institucionalidades mínimas que sean más incluyentes, sobre la base de acuerdos mínimos que permitan resolver conflictos subregionales o locales, sin la ingerencia de los antiguos colonizadores o de los patrones principales?».

Venezuela, ¿la anfitriona aislada?

Venezuela, que traviesa una profunda crisis política y social, y está sometida a duras presiones tanto desde dentro como desde fuera del país, tomó el relevo de la presidencia del MNOAL de la mano de Irán.

Tras recibir la presidencia de manos del gobernante persa, Hassan Rouhani, el presidente Nicolás Maduro dijo que esa arremetida global es contra toda América Latina y el Caribe y está siendo implementada con métodos de guerra no convencional, pero que más temprano que tarde «Venezuela saldrá airosa de todos esos métodos que pretenden disminuir su capacidad de independencia y soberanía».

Preguntado por el rol de Venezuela, su importancia a nivel regional y las relaciones con sus vecinos latinoamericanos, Esteban Silva dijo que «se logró proyectar una imagen de liderazgo internacional del país, contraria al relato de aislamiento que pretende instalar mediáticamente la prensa hegemónica».

Sin embargo, aunque a la reunión asistieron delegaciones de 122 países, además de varios primeros ministros, sólo participaron los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; Cuba, Raúl Castro; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; Irán, Hasan Rohani; Zimbabwe, Robert Mugabe, y el jefe de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

«Fueron menos presidentes, ¿en relación a qué cumbre?» se preguntó Silva, a lo que él mismo respondió: «Seguramente en relación a las últimas, pero si uno saca las cuentas en relación a las anteriores reuniones, esto no es así». Y agregó: «Tomar este dato como indicador sólo crea una presión muy grande por tratar de influir para que esta Cumbre sea leída como un fracaso porque se realiza en un país que se declara como socialista y que está en un conflicto interno y externo severo pero que en el pasado reciente acumuló mucho prestigio». En este sentido, el analista recuerda que «la política exterior de Chávez -con Maduro como canciller, no sólo fue relevante para Venezuela, sino que  terminó con la creación de la Unasur y la CELAC, y también fue muy importante en la OPEP y en las relaciones con países del sur como Irán o Suráfrica». Y cerró: «Ahí hay una continuidad de un prestigio construido a partir de una política sur-sur crítica».

Venezuela es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, integra el Consejo Económico y Social, y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, preside Unasur, Mercosur y, ahora, asumió la presidencia del MNOAL.

Meritxell Freixas

@MeritxellFr

 

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