MSF alerta sobre la intensificación de la crisis humanitaria y el riesgo de limpieza étnica en Gaza y Cisjordania
Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncia la dramática intensificación de la ofensiva israelí en la ciudad de Gaza. Esperanza Santos, coordinadora de emergencias de MSF en la ciudad, declaró el 6 de septiembre: “En los últimos tres días, las fuerzas israelíes han intensificado su campaña genocida y sus planes de limpieza étnica al expandir su actividad militar a la ciudad de Gaza, donde hay bombardeos día y noche. La gente está aterrorizada y sin saber adónde ir ni qué hacer”. Los bombardeos afectan tanto a zonas bajo órdenes de evacuación como al resto de la ciudad, donde aún residen cientos de miles de personas.
La destrucción es absoluta en amplias áreas. Santos relata: “Hemos visto barrios enteros destruidos y demolidos; áreas en las que prácticamente no queda un solo edificio en pie”. El sistema médico colapsado lucha por atender a una avalancha de heridos con “quemaduras, traumatismos y fracturas graves”, además de seguir prestando atención a pacientes con desnutrición en unidades de cuidados intensivos. “Evacuar a todos los pacientes, incluidos recién nacidos y personas que se encuentran en estado crítico, sería extremadamente difícil”, añadió.
La población se encuentra atrapada sin opciones viables. MSF explica que son muy pocos los que han podido huir al sur debido a la falta de medios económicos y porque, en cualquier caso, “en el sur no hay espacios habibilitados para que se asienten casi un millón de personas más ni existen lugares que estén libres de ataques”. Ante los mensajes contradictorios y el asedio constante, “muchos han decidido quedarse en la ciudad de Gaza simplemente porque no tienen otra opción”. MSF exige que “la ofensiva israelí contra la ciudad de Gaza debe detenerse de inmediato. El genocidio debe terminar de una vez por todas”.
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Cisjordania: Desplazamiento forzoso y políticas para imposibilitar la vida palestina
Paralelamente, en Cisjordania, MSF alerta de un riesgo inminente de limpieza étnica. La organización, con 36 años de trabajo en el territorio, afirma ser testigo de “políticas y prácticas diseñadas descaradamente para expulsar a los palestinos de sus tierras e impedir cualquier posibilidad de retorno”. Simona Onidi, coordinadora de proyectos en Yenín y Tulkarem, afirma: “Estas acciones están arraigadas en un proceso colonialista más amplio, en el que el riesgo de limpieza étnica —mediante el desplazamiento forzoso de las comunidades palestinas— consolidará un cambio demográfico permanente”.
Las tácticas de desplazamiento son múltiples y se intensifican. El plan de asentamientos E1, recientemente aprobado, busca dividir Cisjordania en dos y aislar Jerusalén Este. Además, la operación militar israelí «Muro de Hierro» ha desplazado por la fuerza a 40.000 personas en el norte de Cisjordania desde principios de 2025, según la UNRWA, con asaltos violentos a campos de refugiados y demolición de infraestructuras civiles. Sumado a esto, desde enero de 2023, 6.450 palestinos más han perdido sus hogares por demoliciones. Maher Ubayat, de la aldea de Kisan, testimonia: “Esta casa tenía 250 m2 y era el hogar de mi familia. El 14 de mayo fue demolida sin previo aviso. Todos los ahorros de mi vida estaban aquí. Ahora no tengo nada”.
La violencia de los colonos actúa con impunidad y es otro pilar del desplazamiento. Desde 2023, nearly 2.900 palestinos han sido desplazados por sus ataques y las restricciones de movimiento asociadas. MSF ha documentado que en Hebrón, los hogares expuestos a esta violencia tienen 2.3 veces más probabilidades de sufrir un grave malestar mental. Las restricciones físicas también sofocan la vida diaria; el número de puestos de control temporales se disparó de 116 (oct-dic 2023) a 370 (ene-abr 2025), bloqueando el acceso a salud, educación y trabajo.
La estrategia israelí también incluye el ataque a recursos básicos. Desde mayo de 2025, una empresa israelí redujo en más del 50% el suministro público de agua a Hebrón, afectando a casi 800.000 personas. MSF también responde a cortes de agua perpetrados por colonos. Un miembro de la comunidad de Masafer Yatta resume la situación: “No se trata solo de demoler nuestras casas. También nos quitan nuestras tierras, intentan robarnos nuestros ingresos y nos impiden vivir aquí”. MSF insta a los estados terceros a ejercer presión para poner fin a estas prácticas y garantizar el fin de la ocupación ilegal.