Región del Biobío

Royalty regional y negociación ramal: Las batallas clave de Ana Albornoz para representar al Biobío en el Congreso

Entrevista a Ana Albornoz, ex alcaldesa de Santa Juana, quien nos comenta sus prioridades legislativas en caso de ser electa en el Congreso representando al Distrito 20.

Royalty regional y negociación ramal: Las batallas clave de Ana Albornoz para representar al Biobío en el Congreso

Autor: El Ciudadano

La exautoridad comunal de Santa Juana y candidata a diputada por el Distrito 20, el cual agrupa a las comunas del Gran Concepción, plantea como ejes centrales de su candidatura que las empresas tributen donde operan, un royalty a las forestales y pesqueras, y fortalecer a los sindicatos. Critica la alianza entre la derecha política y los grandes grupos económicos.

El Ciudadano: Ana, ¿Cuál es tu experiencia como alcaldesa de un municipio rural como es Santa Juana, en el sur de Chile? ¿Cuáles son las particularidades de ese Chile profundo que muchas veces no se conocen en las grandes ciudades?

Ana Albornoz: Fue una experiencia bastante enriquecedora, diría yo. Es una comuna con 395 años de historia y nunca había habido una alcaldesa mujer, ni tampoco de izquierda. Entonces, para nosotros fue una experiencia súper buena, con muchas dificultades, pero también hacer un gobierno local en una época de crisis es importante para poder entender cómo funciona pragmáticamente el Estado y lo que uno puede hacer a través de los movimientos sociales o a través de decisiones acertadas tomadas horizontalmente.

EC: Y ahora, desde el sur de Chile, ¿Cómo se ve el escenario político actual? Distintas candidaturas, sobre todo la de Jeannette Jara, han planteado como uno de los principales ejes el freno a la ultraderecha. En el sur, ¿Cómo se vive esa ultraderecha? ¿Consideras que es más fuerte que la ultraderecha que se vive en la capital, por ejemplo?

AA: Sí, por supuesto que sí. La realidad es muy distinta en la octava y la novena región. Y también, yo diría, en la séptima. Es una realidad que está apartada de la centralidad de las decisiones que toma el gobierno y de la centralidad también de las decisiones políticas. Y me parece que se agudizaron mucho más las contradicciones en esas regiones y hace que esté bastante polarizado. Y también hay una mayor regresión de los derechos de las mujeres por temas valóricos, por temas religiosos. Gente que se metió en la política, que tenía tendencias de ultraderecha, incluso en el Partido Socialcristiano, el Partido Nacional Libertario y sectores también de la UDI, de republicanos, que incluso cuestionan derechos básicos de las mujeres, cuestionan los derechos humanos. Es una cuestión bastante compleja. Insultos graves, denostando particularmente a las mujeres. A mí me parece que eso no es un espíritu cristiano y es algo realmente que llama la atención y que preocupa.

EC: ¿Y cuáles dirías que son las principales características de estos sectores, como mencionas, como el Partido Social Cristiano? ¿Por qué crees que han logrado penetrar dentro del municipio, por ejemplo, de Concepción, considerando que Concepción ha sido una cuna de la izquierda rebelde y revolucionaria?

AA: Yo creo que en el sur todos somos cristianos. Y eso se ve distinto desde la izquierda también porque es parte de nuestro desarrollo territorial y las particularidades de nuestra región. Nosotros no tenemos nada que ver con la región metropolitana y hay un sentimiento en la región del Bío Bío de que Chile ha dejado de lado nuestra región. Nosotros estuvimos, fuimos eje de uno de los terremotos más grandes de la historia hace muy poco tiempo. Luego hemos tenido los incendios más grandes, una catástrofe grave, no solo en Santa Juana, sino que en muchas zonas rurales, llegando incluso a zonas urbanas. Y además han cerrado muchas industrias. Y nosotros nos sentíamos distintos a la región del Bío Bío, incluso de los sectores de izquierda, porque nosotros éramos una región industrial. Hay que recordarle a la gente que está a Huachipato, Fanaloza, Bellavista, Ovejatomé, que generaban un empleo de calidad muy distinto a lo que ocurre acá en Santiago, que los capitales eran extranjeros y que se llevaban todo hacia el extranjero, que generaban un empleo muy precario. Y nosotros estábamos orgullosos de nuestra tradición sindical además.

Y por supuesto de nuestra geografía igual, que era muy rica para poder generar agricultura y que tenía muchos recursos naturales. Era una región portuaria que se podía abrir al mundo y, sin embargo, fue absolutamente desplazada. Hay que ver cómo descendió el presupuesto. Nosotros sentíamos que las autoridades que tenían no nos defendíamos. Y es un sentimiento general en la región del Bío Bío. Como que hace falta que alguien defienda la región, que la saque del ostracismo.

Y ahí, ante el abandono del Estado, que es algo que yo vi en Santa Juana, pero también se ve en las grandes urbes, que es que no llegaba nadie. No llegaba el Estado, no había educación. Yo siempre digo que los sectores rurales tienen cuarto básico, en mujeres, y sexto básico en hombres. El promedio educacional es muy distinto a Santiago o de Valparaíso. O sea, la gente se sentía abandonada.

¿Y quién llegó ahí? Llegaron las iglesias evangélicas. Había mucho alcoholismo en Curanilahue, habían altos índices. También en la Región del Biobío, en toda la provincia de Concepción también. Y las iglesias cristianas hicieron un muy buen trabajo social. Pero ahí llegó gente a aprovecharse de los sentimientos de los cristianos y de los hermanos evangélicos e hicieron política a través de la religión, cosa que además estaba prohibida en la Biblia. Entonces, nos parece que hay un aprovechamiento político, que además hay desconocimiento, mentiras, engaños, y esa desinformación, que la gente se informe solo por TikTok también, hace que la gente no se dé cuenta quién está involucrado. Por ejemplo, en el caso Corpesca, quién realmente votó en contra de los royalty en la Región del Biobío, cómo votan los diputados de derecha cuando se tienen que tomar decisiones respecto de la región. Entonces, a mí me parece que eso es la base de por qué la región del Biobío se siente como despojada del lugar protagónico que tenía dentro de nuestro país.

EC: Y tú mencionabas también que había un ánimo por parte de algunos sectores sindicales, en los cuales tú tienes experiencia, de contar con una voz o representación, y sabemos también que varias de estas organizaciones te han propuesto como una candidata por el Distrito 20 y el sector de la costa de la Región del Biobío. ¿Cuáles son las principales demandas que enfrenta el pueblo trabajador de este sector industrial, pero también de otros sectores de trabajadores dentro de la región que podrías representar?

AA: Para nosotros es muy importante la negociación ramal, que es algo que se ha venido pidiendo desde hace mucho tiempo. Esto significa que los sindicatos de la misma rama productiva puedan negociar juntos. Y ahora lo que se hace desde la dictadura es segregar esa negociación para perder poder frente a la patronal o al empleador. Nosotros tenemos análisis económicos que dicen que gran parte de Chile recibe sueldos que son precarios, 540 mil pesos el mínimo, y eso hace que la economía, la sensación de la gente respecto a la economía local y nacional sea mala. Entonces, para nosotros es importante que los sindicatos puedan negociar y sean más fuertes dentro de esta negociación política. Y por eso creemos en la negociación ramal.

Lo otro importante y el segundo punto, es que pensamos que es importante que las empresas tributen en la región. Empresas como las grandes pesqueras que están en Talcahuano, en Coronel, en Tomé, la Camanchaca, que envasa todos los jureles y los atunes que nos comemos prácticamente en Chile. Y también tenemos a las grandes empresas forestales también, que son extractivistas, que producen daño en nuestro territorio como CMPC, Arauco y las forestales chinas que están en la región del Bío-Bío, y que ellas deberían tributar en la región del Biobío, en el lugar donde producen las externalidades negativas, no en Las Condes ni en Vitacura como lo hacen actualmente, sino que tributen regionalmente. Eso para nosotros es muy relevante.

También el royalty a las empresas extractivistas fue algo que nosotros pusimos sobre la mesa durante el incendio forestal que tuvimos, y fue muy atacado por el poder económico, por la SOFOFA, por los diputados de derecha e incluso por la ex concertación y sectores del gobierno. A nosotros nos parecía importante que las forestales pagaran un royalty, y que con eso se pudieran construir escuelas, que se pudieran construir consultorios, que se pudieran construir SAR para que la gente viva mejor. Es injusto que nuestra región sea despojada de sus recursos naturales, que tengamos tacos enormes que la gente desconoce y que son prácticamente iguales a los que existen en Santiago; que no tengamos recursos económicos y que además las empresas nos despojen y se lleven todos nuestros recursos a Las Condes y Vitacura y no los dejen en la región del Biobío.

EC: ¿Cuáles son los principales sectores empresariales que están en alianza con sectores políticos que les favorecen? Mencionabas, por ejemplo, Corpesca, y también las forestales, y quizá me imagino que durante tu administración en Santa Juana también te tocó enfrentarlas, o al menos tener un diálogo político con ellos. ¿Cómo ves esa alianza entre la derecha con estos sectores empresariales que impiden precisamente avanzar en algunos de los elementos que acabas de plantear?

AA: A mí me parece que ellos se niegan a ser regulados, por ejemplo, a nivel de regulación territorial. Planteamos que hayan sectores donde puedan operar las empresas forestales, pero que también hayan sectores que estén libres para que la gente pueda vivir, para que tenga escuelas, que no hayan grandes plantaciones forestales con unas casas adentro. Respecto a las pesqueras, las externalidades negativas que ellos producen igual son altas. Sin embargo, eso tiene que conjugar que la gente necesita trabajar.

Para mí las regiones tienen un sentimiento y en Biobío el sentimiento es industrial y portuario. Ese es su sentimiento, su génesis histórica, cómo nos sentimos y nos concebimos nosotros históricamente, y cómo esperamos ir hacia el futuro. Respetando, por supuesto, el medio ambiente, pero creemos que nadie pone atajo a las empresas. Entonces, cuando hay impactos ambientales que no sirven, su poder económico y sus nexos con el poder económico, o gente de distintos sectores políticos, son espurios, y eso hace que la gente en los territorios no se sienta defendida.

Creemos que tiene que haber un círculo virtuoso, en el sentido de que las empresas participen generando trabajo, pero que además sean controladas por los sindicatos, por el gobierno central, pero también por los territorios. Por ejemplo, si tú tienes una forestal, una gran empresa pesquera, y la gente, o las termoeléctricas que nos instalaron en Coronel, y la gente se está muriendo, muere quemada o muere intoxicada, entonces esas personas tienen derecho a opinar sobre las externalidades que produce esa empresa en el territorio. Y creo que eso no ocurre. Si realmente hubiera una legislación sobre impacto ambiental y territorial comunitario fuerte, realmente nosotros podríamos empoderarnos y convivir sanamente.

EC: Y en una futura labor parlamentaria, ¿cuáles crees que, además de los ejes ya mencionados relacionados al royalty, a las empresas, al derecho de los trabajadores, crees que serían sellos de tu experiencia como parlamentaria y respecto a los cuales te gustaría ser la voz dentro del Congreso?

AA: Yo creo que nosotros tenemos que tener en Biobío vocación de mayoría, y tenemos que ser autocríticos desde la izquierda también. Porque no podemos encerrarnos en lo que nosotros pensamos, sino que es importante dialogar con las personas que piensan distinto. Y frente a eso, yo creo que es importante, y el eje principal de nuestra campaña es tener una persona en el Parlamento fuerte, que defienda los intereses del Biobío, que no pase sin pena ni gloria como ocurrió con el cierre de Huachipato, que es una de las empresas principales de Chile y de la región del Biobío, que da identidad a nuestra región, que además tenía un empleo de calidad donde los obreros tenían sus viviendas, tenían educación para sus hijos y resulta que la cerraron y no pasó nada. Aparte de un par de shows de diputados del Biobío, no vimos nada interesante a nivel político y legislativo que pudiera contener ese avasallamiento que hay y despojo de los sectores industriales.

Y yo creo que la gente en el Biobío, espero que se represente. Que así como defendí Santa Juana, bravamente lo defendimos de los intereses de las empresas forestales, de la SOFOFA, de los intereses internacionales, defendimos nuestro territorio y logramos subvertir esa gran catástrofe, que también piensen que voy a defender la región del Bío Bío con todo el corazón y con todas las armas legales, políticas, sociales, de diálogo, para poder lograr que la región del Bío Bío recupere el sideral que nunca había perdido.

EC: Respecto al escenario presidencial, ¿Cómo lo ves? ¿Cuáles crees que deberían ser las principales propuestas de una candidatura presidencial hacia el Biobío y cuál es la candidatura con la que te sientes más representada?

AA: Absolutamente, Jeannette Jara. Es la candidatura que tiene mi organización, que es Izquierda Libertaria y también de Partido Solidaridad para Chile. Ya lo discutimos y también los sindicatos que me están apoyando en este proceso electoral, pero, además, yo creo que Jara concita esa voluntad popular de grandes mayorías. Yo nunca había visto, por ejemplo, que en las comunas rurales ganara un candidato comunista. Nunca lo había visto. Yo creo que tiene que ver con su imagen personal, con su liderazgo, que es muy dialogante. Además, tiene que ver con algo súper importante, que es el origen de clase. Nosotros aún creemos que es importante luchar por nuestra clase. Creemos que eso está vivo todavía en la historia, tiene distintas formas, pero es lo mismo que ocurría en el siglo pasado.

Y teniendo ese postulado, teniendo también el sello de la solidaridad como principio básico, del apoyo mutuo, creo que Jara encarna todo eso. Es una persona dialogante y que viene de abajo. Y nosotros estamos aburridos de las élites políticas. Nosotros vemos como en Santiago se reparten el poder entre familiares. En Biobío están los Van Rysselberghe, están los Ortiz, están castas de gente que siempre ha estado en el poder y que además viene de sectores acomodados. Y es importante también en la política tener liderazgos femeninos y tener liderazgos que vengan desde abajo, que tengan ese origen de clase para que la mayoría de los chilenos se sientan representados. Y yo creo que ella, de verdad, con su liderazgo ha aunado voluntades, ha hecho que mucha gente de distintos sectores de la izquierda y del progresismo quiera apoyarla, incluso gente que es independiente. A mí me parece eso notable de ella como figura política y creo que nos puede ayudar a conseguir objetivos económicos también a largo plazo que hagan mejor a nuestro país.

El Ciudadano: Muchas gracias por la entrevista.

Ana Albornoz: Muchas gracias. Yo voy a luchar así como me enseñaron en el campo, levantándome a las 5 de la mañana hasta la 1 de la mañana si es necesario, recorrer cada cerro, recorrer cada caleta hasta que logremos el triunfo de la historia.


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