Axel Kaiser y el mito nazi-socialista o comunista: La manipulación histórica de la ultraderecha para blanquear el fascismo
Axel Kaiser, referente de la ultraderecha chilena, ha impulsado una narrativa falsa que busca polarizar: afirmar que el nazismo era «socialista» o «comunista». Esta táctica no es original; sigue el principio de propaganda nazi descrito por Joseph Goebbels: «Limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto».
Kaiser repite esta ecuación —«nazismo = comunismo»— en columnas como la publicada en El Mercurio (05/07/2025), donde afirma: «El comunismo y el nazismo son ideologías anticapitalistas totalitarias casi idénticas».
El Mercurio y el nazismo: 1933 a 2025
El historiador Felipe Portales revela que, en la década de 1930, la derecha chilena —a través de su prensa, políticos e incluso el gobierno de Arturo Alessandri— respaldó abiertamente a Hitler y Mussolini, presentándolos como ejemplos contra el «comunismo». El Mercurio elogió en 1933 la represión violenta de Hitler contra los comunistas alemanes, editorializando: «Alemania está dando un ejemplo de virilidad al mundo (…) una sociedad que sabe defenderse y no desprecia ningún instrumento de acción» (5-3-1933), mientras El Diario Ilustrado, también de línea conservadora, clamaba: «Es tiempo de imitarles» (29-3-1933). Más tarde, ambos diarios justificaron la Noche de los Cuchillos Largos (1934), donde Hitler asesinó a disidentes. Carlos Silva Vildósola, director de El Mercurio, defendió la masacre como un acto para «evitar una guerra civil». Estos hechos, exponen cómo el principal diario chileno legitimaba el terror fascista, resalta Portales, celebrando su «eficacia» represiva y alineándose con un régimen que después el mundo condenaría como criminal. Hoy, 92 años después, da tribuna a Axel Kaiser, para tergiversar la historia.
El nazismo contra la izquierda comunista y socialista
El diputado Daniel Manouchehri (PS) recordó en redes sociales (05/07/2025) que el primer blanco del nazismo fueron los movimientos de izquierda: « ¿Y qué viene después? ¿Pinochet era comunista? La tesis de Axel Kaiser no solo es falsa, es una burla a la historia. El nazismo nació como una reacción violenta a la izquierda. Hitler persiguió, encarceló y asesinó a miles de comunistas, socialistas y sindicalistas. Los primeros en ser enviados a campos de concentración no fueron judíos, fueron militantes del Partido Comunista Alemán (KPD), del Partido Socialdemócrata (SPD) y dirigentes sindicales. Dachau, el primer campo de concentración abierto por el régimen nazi en 1933, fue diseñado exclusivamente para prisioneros políticos de izquierda”.
Agrega el parlamentario: “Todo esto ocurrió incluso antes de la represión sistemática contra los judíos. Hitler entendía que su primer obstáculo para consolidar el poder eran quienes movilizaban a los trabajadores, cuestionaban al capital y defendían la organización popular. Fue la izquierda la primera en levantar la voz contra el fascismo —y por eso fue la primera en ser silenciada (…) Equiparar nazismo y comunismo es una vieja artimaña ideológica para criminalizar cualquier idea que cuestione el modelo neoliberal. Es propaganda de manual, reciclada de la Guerra Fría, que desprecia la verdad histórica y banaliza el horror. Es fake news con pretensión académica”.
El nazismo: Un proyecto de ultraderecha ligado al gran capital
Expertos internacionales coinciden: el nazismo surgió del movimiento völkisch (nacionalista racial) y fue financiado por industriales como Krupp e IG Farben. El historiador Michael Wildt (DW) calificó de «disparate» la tesis que trata de desvirtuar los orígenes del nazismo: «Hitler combatió el marxismo desde el principio. El NSDAP no tocó la propiedad privada».
Empresas como BMW, Volkswagen y Bayer prosperaron bajo el régimen, como documenta David de Jong, en la publicación Nazi Billionaires, The New York Times.
La falacia de «socialismo» en el nazismo
Kaiser manipula el término «socialismo» o “comunista” usado retóricamente por el NSDAP. El historiador Ishay Landa (Jacobin) aclara: «Los nazis intervinieron la economía para salvar al capitalismo, no para abolirlo». En 1934, Hitler ordenó asesinar a Gregor Strasser, líder del ala «socialista» del partido, durante la Noche de los Cuchillos Largos.
La propaganda de Kaiser lleva a absurdos históricos en Chile: ¿Eran «comunistas» el criminal nazi Walter Rauff —colaborador de Pinochet— o Paul Schäfer, el pedófilo de Colonia Dignidad?.
El papel de Rauff en la planificación de la Operación Cóndor y su cercanía a Manuel Contreras en la DINA son solo algunos de los temas que profundiza y relata el podcast «Los Padrinos Alemanes de Pinochet«, del destacado periodista y documentalista alemán Wilfried Huismann, que se lanzó en castellano en abril de este año.
Colonia Dignidad fue un enclave fundado por nazis en Chile, encabezado por el el pedófilo y exsuboficial nazi, Paul Schäfer, que se convirtió en un centro clandestino de detención y torturas contra personas de izquierda tras el golpe de Augusto Pinochet contra el presidente socialista Salvador Allende en 1973. De diversos archivos desclasificados por Alemania en 2016 se desprende que era «un Estado dentro de otro Estado», una fortaleza inexpugnable y hermética.
De paso, Michael Martín Kast Schindele, padre del candidato presidencial José Antonio Kast del partido Republicano, en su juventud, junto a sus hermanos, se unieron al ejército alemán, con Kast sirviendo como parte de su servicio militar obligatorio, según consignan las fuentes. Sin embargo, en el Archivo Federal de Alemania se registra un carnet de inscripción al Partido Nacionalsocialista Obrero (NAZI) el 1 de septiembre de 1942, que ha sido resaltado en diversas publicaciones. Asimismo, se identificó a Kast como un activo colaborador de la dictadura militar de Pinochet.
Esta falsa ecuación es promovida por figuras como Javier Milei («El fascismo es socialismo») y Elon Musk. Es una estrategia global para asociar cualquier crítica al neoliberalismo con el totalitarismo, tal como advierte el Centro de Investigación sobre el Extremismo (C-REX) de la Universidad de Oslo.
Como señala Manouchehri: « Kaiser no busca interpretar la historia, busca reescribirla para sembrar miedo. No le interesa el pasado: le molesta el presente. Le molesta que la gente hable de justicia social, de Estado activo, de derechos. Por eso recurre a estas comparaciones absurdas. Eso no es libertad. Eso es manipulación”.
Ver también:
Archivo 24: el jerarca nazi que murió impune en Chile