La protesta surge tras el rechazo de la última propuesta de la administración, acusando que la oferta no reconoce el valor de su trabajo y experiencia.
A partir del viernes 12 de septiembre, los trabajadores del Sindicato Unión de Trabajadores de la Casa de Moneda de Chile S.A dieron inicio a una huelga legal. La decisión fue tomada luego de que la última oferta presentada por la administración de la empresa fuera considerada insuficiente, lo que, según los trabajadores, demuestra una falta de reconocimiento a su labor y compromiso.
El sindicato, a través de su comunicado, expresó que siempre actuó con respeto y abierto al diálogo en las negociaciones, pero la última oferta de la administración no responde a sus demandas. Señalan que la falta de un reajuste salarial no reconoce la experiencia y el compromiso de los trabajadores, quienes argumentan que su trabajo es fundamental para la calidad, confiabilidad y seguridad de los productos de la empresa más antigua del Estado.
Una de las principales frustraciones que también denuncian es que las negociaciones se han visto limitadas por el 1% estructural impuesto por el Ministerio de Hacienda. Según el sindicato, esta medida restringe las mejoras en sus condiciones laborales, ya que sostiene la desigualdad y el estancamiento de sus salarios.
Para los trabajadores, esta situación de nulo crecimiento salarial, sumado a un trato que califican de «peyorativo» y «humillante» por parte de la administración, lleva a un punto de quiebre. El sindicato afirma que hay mucha desesperación, ya que aseguran que son los propios empleados quienes hacen que la empresa cumpla con las normas de seguridad y calidad, sintiendo que su valor no es reconocido. La decisión de la huelga implica dejar a las familias sin sueldo y afectar a los clientes, pero es vista como la única forma de conseguir un cambio.
En caso de no llegar a un acuerdo, la movilización escalará. Los trabajadores planificaron una marcha hacia el Ministerio de Hacienda que se realizará el próximo lunes por la mañana. Esto es con el fin de que el Estado de Chile, como principal proveedor de la Casa de Moneda, escuche su voz y reconozca su valor.