Sospechoso: Ratas acaban con evidencia policial y terminan drogadas con marihuana

Una estación de policía de Nueva Orleans, en Estados Unidos se enfrenta un problema insólito: una plaga de ratas que han desarrollado un peculiar gusto por la marihuana.

Según informó la jefa de policía de la ciudad, Anne Kirkpatrick, estos roedores se han dado un festín con la droga almacenada en las instalaciones, destinada a ser evidencia en diversos casos penales.

«Las ratas se están comiendo nuestra marihuana, están todas drogadas», declaró Kirkpatrick durante una reunión con el concejo municipal, exponiendo la preocupante situación que se vove en la comisaría.

La jefa policial describió la severa infestación de roedores y el avanzado deterioro del edificio, que ha sido el hogar de la policía de Nueva Orleans desde 1968. Relató que el personal incluso ha encontrado desechos de ratas sobre sus escritorios.

Hasta el momento, el departamento policial ha mantenido el silencio sobre los detalles específicos de cómo se descubrió esta insólita dieta de las ratas o qué impacto podría tener en los casos penales involucrados. Sin embargo, este incidente ha resaltado la urgente necesidad de mejorar las condiciones de trabajo de la estación.

Uno los problemas que ha surgido ha sido que los roedores dañaron las pruebas que habían sido incautadas para los informes e investigaciones de los distintos casos. El otro es el edificio, que se estropeó fuertemente en el año 2005 con el paso del huracán Katrina, cuando quedaron aguas en el sótano que no fueron eliminadas, lo que facilitó la entrada de infecciones y plagas de insectos y otras especies.

Kirkpatrick señaló que la reubicación del departamento ha sido una de sus principales prioridades desde que asumió el cargo en octubre. Señaló que las deplorables condiciones del edificio, donde a veces fallan los ascensores y el aire acondicionado, no solo desmoralizan al personal sino que también disuaden a potenciales nuevos aspirantes a policías.

Según se pudo conocer, el edificio no contaba con un servicio de mantenimiento y tampoco había revisiones periódicas de las instalaciones o de la salubridad. Entre algunas faltas se encontraron que los ascensores estaban rotos, la plomería dañada y el sistema de ventilación averiado. Cuando intentaron mandarlo a reparar la cifra de arreglo ascendía a los 6 millones de dólares.

“La suciedad está por las nubes”, afirmó la jefa de policía de la ciudad de Nueva Orleans, pero aclaró que la culpa no recae en el equipo de mantenimiento, quienes hacen esfuerzos por mantener la limpieza en condiciones adversas.

Como una posible solución a esta crisis, el concejo municipal está considerando una propuesta de invertir 7, 6 millones de dólares en un contrato a 10 años para trasladar la sede policial a un rascacielos en el centro de la ciudad.

Mientras tanto, los policías que trabajan en el departamento afectado continúan a la espera de una respuesta contundente que les permita reubicarse con estabilidad en un lugar salubre y en buenas condiciones para su correcto desempeño laboral. 

Sigue leyendo: