El Sindicato de la empresa, exige una serie de mejoras laborales, que según los trabajadores sindicalizados, el Grupo Axo niega a negociar.
Tras casi 20 días de movilización, la huelga del Sindicato de Grupo Axo —anteriormente llamado KOMAX—, revela las condiciones laborales que afectan a sus trabajadores, quienes no solo exigen mejoras salariales, sino también el reconocimiento de sus compañeros y el respeto de sus funciones. La paralización inició a mediados de agosto, cuando los trabajadores se ausentaron de sus puestos de trabajo y la empresa les descontó inmediatamente el sueldo correspondiente a la huelga, buscando, según ellos, ejercer presión.
El conflicto partió con la demanda de mejoras en las remuneraciones y condiciones de trabajo, pero fue escalando. Una operaria del centro de distribución y sindicalista —que prefirió mantener el anonimato—, afirma que el aumento en la carga laboral debido a nuevos acuerdos con marcas como Victoria’s Secret y Bath & Body Works, elevaron fuertemente sus responsabilidades, sin un aumento de sueldo que lo refleje: “hace dos años que seguimos trabajando con el mismo sueldo”, señala, describiendo una situación insostenible que ha obligado a muchos a buscar un segundo empleo para subsistir. La incompatibilidad del crecimiento de la empresa y la estancada situación de los trabajadores es un punto central de la protesta.
El Sindicato, que se originó con los trabajadores de bodega, creció para incluir a personal de soporte, tiendas y casa matriz. Sin embargo, la empresa se niega a extender los beneficios sindicales a estos nuevos miembros, por lo que la operaria sostiene que es necesario que todos los trabajadores sean tratados con equidad, sin importar su área. En ese sentido, la trabajadora denuncia que ex KOMAX hace mucho trabaja con personal subcontratado con los que acuerda labores por semana, negándose a pasarlos a contratos “planta”, situación que además de generar inestabilidad económica y emocional, también limita sus derechos y beneficios: “Imagínate estar trabajando un año y medio con contratos semanales, con la angustia de saber si van a pasar una semana más de trabajo”, comenta.
La trabajadora también critica la falta de empatía por parte de Grupo Axo, quienes han optado por un silencio comunicacional en el que estarían borrando los comentarios de trabajadores en redes sociales que intentan exponer su situación: “la empresa no quiere que se sepa esto”, lamenta, pero ve en esta huelga la esperanza de ser escuchados. En este contexto, hace un llamado a la solidaridad: “la manera en que podemos hacer presión es que la gente no compre, porque la única manera de que uno puede afectar al empresario es no comprando”, sostiene segura.
A pesar de los desafíos y de la poca disposición de la empresa a negociar, la operaria destaca la unidad que ha surgido: “Estamos todos en la huelga. Todos, todos. Gente de oficina, de soporte, de casa matriz y de tienda”, confirma. La manifestación continúa, con la esperanza de lograr un cambio en las condiciones laborales de un sector que, aunque cumple un rol crucial en retail, se siente invisibilizado y escasamente valorado.

