Un día como hoy la resistencia mapuche encabezada por Lautaro da muerte a Pedro de Valdivia y derrota al ejército español

La batalla de Tucapel resultó una derrota para los españoles y la captura y muerte de Valdivia, que acabó con el mito de la invencibilidad española

Por Seguel Alfredo

25/12/2022

Publicado en

Actualidad / Chile / Historia / Mapuche / Portada

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La batalla de Tucapel fue una batalla decisiva efectuada dentro del contexto de la Guerra de Arauco entre los mapuches liderados por Lautaro y las huestes de Pedro de Valdivia en la loma de Tucapel, el 25 de diciembre de 1553.

Ver también: La gesta mapuche de un 24 de diciembre que logró aniquilar al ejército del imperio español

Resultó en una derrota para los españoles y la captura y muerte de Valdivia. Acabó el mito de la invencibilidad española en batallas campales entre los mapuche.

Lautaro (Leftraru) (circa 1534-Peteroa, actual Sagrada Familia; 30 de abril de 1557) fue un destacado líder militar Mapuche en la Guerra de Arauco durante la primera fase de la conquista española en el territorio mapuche.

Lautaro es considerado como un gran estratega en la guerra de guerrillas

Muerte de Pedro de Valdivia (Chile en imágenes)

Génesis de la batalla

Lautaro, quien siendo niño había sido capturado por Pedro de Valdivia, se había fugado del campamento español y se había erigido como líder militar de las huestes mapuches, incorporando el caballo sustraído de las caballerizas del ejército de la corona.

Lautaro o Leftraru (halcón velóz), estaba en conocimiento de que Valdivia marchaba hacia el sur. Es la oportunidad que buscaba, engaña a Gómez de Almagro en el fuerte Purén y asegura que sus tropas no se junten con la de Valdivia en el fuerte de Tucapel hacia donde este invasor español se dirigía en una marcha a paso forzado de exploración.

Lautaro se había enterado de que Valdivia marchaba hacia el sur, hacia Tucapel y necesariamente tuvo que pasar por el fuerte y decidió allí emboscarle.

En efecto, Valdivia a mediados de diciembre de 1553 sale de Concepción y se dirige a Quilacoya, donde toma algunos soldados en su marcha a Arauco; los espías mapuches siguen la columna desde las alturas de los cerros y no presentan batalla, dejándole seguir su camino.

Valdivia, muestra extrañeza por no recibir alguna noticia del fuerte de Tucapel y además por no ser hostigado en el camino. El día 24 del mismo mes, decide tomar rumbo al fuerte, esperando encontrar a Gómez de Almagro en éste.

La tranquilidad y los espóradicos avistamientos de mapuches a lo lejos, despiertan sospechas y envía a una avanzadilla al mando de Luis de Bobadilla con 5 hombres para que exploren el camino y den información de la presencia del enemigo.

Extrañado Valdivia de no tener más noticias de Bobadilla pernocta a media jornada del fuerte de Tucapel. El 25 de diciembre de 1553, se pone temprano en marcha y al llegar a las inmediaciones le extraña el absoluto silencio reinante; al llegar a la loma donde está el fuerte, lo encuentra totalmente destruido. El fuerte había sido asaltado durante aquel mes por la resistencia mapuche se había retirado al fuerte de Purén donde habían quedado aislados.​

No aparecía ni Gómez de Almagro ni Bobadilla por ningún lado. Valdivia, decide hacer campamento en las ruinas humeantes del fuerte y cuando ya avanzaban los preparativos, de súbito el bosque se llenó de gritos y sin más aviso, una masa se precipitó hacia el enclave español. Valdivia, experto militar, apenas pudo armó sus líneas defensivas, dividiendo sus fuerzas en 3 cuadrillas y aguantó el primer choque, mientras la caballería cargaba sobre la retaguardia del enemigo, los mapuches ya previstos de esta maniobra dispusieron lanceros y contuvieron la carga.

Los españoles lograron descomponer las primeras cargas. Los mapuches, volviéndose a los bosques, se retiraron de la loma por una ladera escarpada que impedía la persecución a caballo.

Los españoles saborearon la victoria. Luego recibieron otra sorpresa, cuando apareció un nuevo escuadrón mapuche presentando batalla y de nuevo hubo que armar líneas y nuevamente dar carga con la caballería.

Los mapuches además de lanceros, llevaban hombres cargando mazas, boleadoras y lazos, con los que lograban desmontar a los españoles y asestarles un definitivo mazazo en la cabeza una vez en el suelo. Se repitió la misma escena, al toque de un lejano sonido del kul kul,  el escuadrón se retiró, no sin dejar algunas bajas, y un tercer escuadrón presentó batalla, esta vez Lautaro, le relevó.

Valdivia , como militar experimentado, vio lo desesperado de su situación, dado el cansancio y las bajas, reunió a los disponibles y se lanzó a la lucha que adquirió ribetes muy encarnizados; ya la mitad de los españoles yacían en el campo y las tropas auxiliares indígenas mermaban.

Valdivia al ver perdida la batalla, dispuso la retirada, pero el propio Lautaro cayó por el flanco produciendo el desbande. Era justo lo que Valdivia no deseaba y los mapuches se dejaron caer sobre cada uno de los españoles retrasados. Sólo Valdivia y el clérigo Bartolomé del Pozo,​ que montaban muy buenos caballos, lograron escapar la carnicería. Eventualmente llegaron a unas ciénagas, donde los caballos se empantanaron, y fueron capturados por los mapuches.

La muerte de Valdivia

Existen varias versiones y mitos sobre la muerte que sufrió Valdivia. Según Jerónimo de Vivar, el toqui Caupolicán pidió personalmente la ejecución de Valdivia, que fue muerto con una lanza y su cabeza puesta en ella, exhibiéndola a los otros españoles.

Alonso de Góngora Marmolejo escribe que Valdivia ofreciendo como rescate por su vida, prometió que evacuaría los establecimientos españoles en sus tierras y les daría grandes manadas de animales; pero según la versión de Góngora Marmolejo, «esto fue rechazado y los mapuches cortaron sus antebrazos, los asaron y comieron delante de él antes de asesinarlos a él y al sacerdote«.

Pedro Mariño de Lobera también escribió que Valdivia ofreció evacuar las tierras mapuches​ pero poco después fue muerto por un guerrero llamado Leucotón.​ Él sabía que Valdivia no mantendría su palabra una vez libre, y por este motivo lo ejecutó con un gran mazazo en la cabeza.

Leucotón fue nominado para cumplir con esta sentencia de muerte, poco sanguinaria, pues era un experto macero y mataba limpiamente de un solo golpe. Lobera también dice, circuló una historia en esos días por Chile en la que Valdivia fue muerto dándole a beber el oro fundido que los españoles deseaban tanto, justificado en la avaricia y violencia del invasor español; quemando sus entrañas.

Una leyenda posterior dice: Lautaro llevó al campo mapuche a Valdivia y le dio muerte después, extrayéndole a carne viva el corazón y comiéndoselo junto a los toquis.

“La realidad más probable es que se haya buscado una muerte rápida y digna de un buen guerrero, ya que sólo se comían los corazones de guerreros extraordinarios, y su objetivo era consumir la fuerza de su antiguo dueño, y no un mero acto caníbal”, señala una interpretación de la historia con José Bengoa.

En el texto también se indica: “Su cráneo fue extraído y sirvió como trofeo al ser usado como vasija contenedora de chicha, entre los principales toquis; fue devuelto medio siglo más tarde junto al de Martín Óñez de Loyola a los españoles como prueba de pacificación por el Toki Pelantarú”.

Valdivia murió a los 56 años, «hombre de buena estatura, de rostro alegre, la cabeza grande conforme al cuerpo, que se había hecho gordo», escribe Marmolejo. Así lo define en su Historia de Chile: «Amigo de andar bien vestido y lustroso, bueno para comer y beber. Muy afable y humano con todos. Pero tenía dos cosas que oscurecían su persona: aborrecía a los hombres nobles y de ordinario estaba amancebado con una mujer española«, se señala en una obra.

La guerra de Lautaro no terminó con Valdivia. En febrero de 1554, con las tropas apenas recuperadas, derrotó nuevamente a los españoles dirigidos por Francisco de Villagra, realizando el saqueo y primera destrucción de la ciudad de Concepción (fundada por Valdivia en 1550). Tuvo que parar de asediar a los castellanos por culpa de las enfermedades que habían traído los europeos, que empezaron a extenderse entre la población nativa de Chile, y de las malas cosechas. Pero dos años después continuó expulsando a los españoles del Valle Central.

También puedes ver

Libro: Cuéntase el famoso hecho de Lautaro, y la muerte del Gobernador Pedro de Valdivia con los suyos (Recopilaciones de Benjamín Vicuña Mackenna. Valparaíso. 1877)

De la memorable de Batalla de Tucapel entre Caupolicán y Valdivia, donde murieron él con todo su ejército haciéndole traición el famosísimo indio Lautaro (Colección historiadores de Chile. 1865)

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