Cada vez más norteamericanos recurren a los Bancos de Alimentos para poder comer

“Trabajamos a tiempo completo, pero no nos alcanza para alimentarnos”. Ese es el drama de las familias con bajos ingresos en EE.UU.

Los Bancos de Alimentos nacieron en Estados Unidos, en Phoenix, Arizona, en 1967.

Se crearon para comprobar que alimentos en perfectas condiciones se desperdiciaban diariamente, bien por ser excedentes de producción o de cosechas, por defectos de envasado, o por estar próxima su fecha de caducidad.

La idea era aprovechar estos alimentos que iban a ser eliminados, para donarlos a las personas que no podían adquirirlos de otro modo.

Hoy estos bancos pasaron de ser una opción para transformarse en una urgente necesidad de muchas familias trabajadoras y residentes de Norteamérica, cuyo ingreso es insuficiente para adquirir los alimentos básicos, informó a BBC News.

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“Tenemos entre 350 y 450 nuevas familias por mes”, declaró Carlos Carrillo, de la Despensa de Alimentos de San Vicente, entre cajas de embalaje con comida.

Agregó que “solíamos tener muchos clientes que estaban desempleados, pero hoy en día la mayoría de nuestros clientes son familias trabajadoras”. 

La mayoría de los beneficiarios dicen que se ven obligados a usar el banco de alimentos porque los alquileres se dispararon.

«Sacan dinero de su presupuesto de alimentos para pagar el alquiler, así que ahí es donde entramos nosotros, para compensar un poco de la comida que ya no están comprando», dijo Carrillo.

“El desempleo es bajo, pero desafortunadamente ese no es un gran indicador de cuántas personas tienen hambre”, señaló Jocelyn Lantrip, del Banco de Alimentos del Norte de Nevada, que abastece a organizaciones benéficas, incluida la Despensa de Alimentos de San Vicente.

Aquellos que pasan hambre o que están temporalmente sin hogar suelen ser personas que ya tienen trabajo.

Escasez de vivienda

El drama de las familias con bajos ingresos en Estados Unidos incluye  muchas otras dificultades para poder subsistir.

Elliott Parker, director de Economía de la Universidad de Nevada, Reno, argumentó que “la recuperación depende del ojo con el que se mire”.

Los datos más recientes de la Oficina del Censo de EE.UU. sugieren que el ingreso promedio de los hogares todavía está por debajo de los niveles de 2008.

“Estamos al final de una recuperación muy larga, pero los salarios no han subido tan rápido como los precios de la vivienda y el alquiler”, aseguró Parker.

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El drama de las familias con bajos ingresos en Estados Unidos incluye  muchas otras dificultades para poder subsistir, como la falta de vivienda. Foto: Miami Diario.

Nevada tiene la peor escasez de viviendas accesibles en el país para familias de bajos ingresos, según la Coalición Nacional de Vivienda de Bajos Ingresos.

Solo hay 19 viviendas accesibles por cada 100 familias de inquilinos de bajos ingresos.

Y los residentes de Reno se quejan del «efecto Tesla»: los trabajadores tecnológicos y jubilados de California, que es un estado más caro, cruzan la frontera hacia Nevada y aumentan el alquiler para los locales.

“El 50% de las personas en Nevada alquila, y la mitad de estas gasta más del 30% de sus ingresos en vivienda”, indicó la senadora estatal Julia Ratti.

“Esto significa que se vuelven muy vulnerables a cualquier cosa que suceda en su vida: si se pincha una llanta o si su hijo necesita atención médica, se retrasarán en el alquiler”, lamentó.

“Terminamos viviendo en nuestro auto”

Vivir en su auto es algo que Corin y Shaun, de 39 años, experimentaron en 2019, después de que Shaun, que trabaja como guardia de seguridad, desarrolló fibromialgia y tuvo que tomarse un tiempo de descanso.

“Nos quedamos sin hogar porque no podíamos pagar el alquiler”, aseveró Corin. “Básicamente terminamos viviendo en nuestro auto”, dijo.

Desde entonces se han mudado a un apartamento tipo estudio, aunque el alquiler, que es de US$900 al mes, les quita una parte considerable de su salario.

“Todavía no estamos estables, ni siquiera estamos seguros de qué va a pasar”, indicó Corin con una sonrisa. “Solo vivimos el día a día por ahora”.

John Restrepo, analista de la consultora RCG Economics en Las Vegas, explicó que es cierto que la economía en general ha crecido, pero que al mismo tiempo, muchas familias trabajadoras todavía están sufriendo.

Los que tienen acciones en el mercado de valores y las pequeñas empresas han ganado con la recuperación económica, agregó, pero los asalariados han perdido.

“Alrededor del 60% de los hogares dependen de los salarios, y un gran porcentaje de esas personas, particularmente los trabajadores de bajos ingresos, no se han beneficiado de la recuperación en absoluto”, aseguró Restrepo. “Los salarios se han estancado después de ajustarse a la inflación”.

Nevada está saliendo de una recesión particularmente profunda, lo que significa que “hemos estado creciendo durante 10 años, pero también que es una de las recuperaciones más lentas”, puntualizó.

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