Científicos desarrollan un método de cultivo veloz y más resistente

El "cultivo de velocidad" está diseñado para acelerar el ciclo de crecimiento y aumentar las cosechas. El objetivo es abastecer de alimento a una población creciente en un mundo cuyo clima cambia aceleradamente.

El Dr. Brande Wulff, del John Innes Centre, Norwich, UK, coautor de un nuevo informe sobre cultivos de velocidad.

Un grupo de científicos está embarcado en una carrera contra el tiempo para cultivar vegetales básicos que puedan sobrevivir al cambio climático y que además otorguen cosechas mucho más abundantes. Su objetivo es alimentar a una población que está creciendo en un mundo que se está calentando.

El método usado por siglos, que consiste en trabajar un cultivo al año en condiciones climáticas variables, para luego seleccionar las semillas de las mejores plantas, ya no es viable en un mundo cuyo clima cambia rápidamente. Los científicos están preocupados porque en algunos años ha habido pocos avances en las cosechas de cereal.

Por eso un grupo de investigadores creó un nuevo sistema, llamado simplemente cultivo de velocidad, que está diseñado para acelerar el ciclo de crecimiento y cosechas, logrando hasta seis cultivos al año. El método se desarrolla en invernaderos usando iluminación LED para ayudar a la fotosíntesis, logrando así jornadas intensivas que permiten que las plantas crezcan por 22 horas al día. Esta manera de iluminar es mucho más barata y más eficiente que el uso de lámparas de vapor de sodio, que producen demasiado calor y poca luz.

Entre los cultivos que se pueden cosechar hasta seis generaciones al año están el trigo, la cebada, las arvejas y los garbanzos. La canola, un tipo de semilla de colza, puede alcanzar hasta cuatro ciclos al año.

Usando la nueva tecnología, los científicos pueden estudiar la manera en que las plantas se se comportan con las enfermedades y observar sus estructuras, formas y tiempos de floración. Además, el ciclo de cultivo se puede repetir cada ocho semanas.

Se espera que la técnica dé nuevas variedades de cultivos que puedan crecer a escala comercial dentro de 10 años. Si esto se lograse, la productividad aumentaría de la misma manera en que lo hizo durante la revolución verde de los años ’60, cuando millones de personas se salvaron de la hambruna con nuevas variedades de cultivos, prácticas modernas de agricultura y uso de fertilizantes.

El Ciudadano, vía The Guardian

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