Josefina Monasterio

Fisiculturista venezolana de 73 años asegura sentirse mejor que una de 20 años

A través del libro de su autoría “Grandiosa a cualquier edad”, la atleta busca inspirar a otras mujeres a vencer el mito del tiempo

Josefina Monasterio no cree que con los años la gente deba sentirse viejo y lanzarse al abandono. Por el contrario, está completamente convencida que “mientras más años cronológicos tienes, biológicamente debes ser mejor”.

La mujer, de nacionalidad venezolana pero residente en Estados Unidos, lo dice con conocimiento de causa: a sus 59 años comenzó a descubrir talentos que no sabía que tenía.

Sin tener idea sobre fisicoculturismo, empezó a desarrollar sus músculos por iniciativa de un entrenador, contó la deportista en entrevista para la agencia EFE.

A los siete meses de aventurarse en esta práctica, ganó los primeros concursos estatales y nacionales y los elogios de los jueces que alababan su “simetría y confianza”.

Fisicoculturista  venezolana Josefina Monasterio. Foto Web.

Hoy asegura sentirse “biológicamente mejor que muchas jóvenes de 20 años” y rechaza los cupones de descuentos para adultos mayores.

Criticó que la gente crea que “a los 40 o a los 50 años” se acaba la vida y, por el contrario, ella ha elegido “reinventarse” cada década.

Para ello se propone una “revolución” contra los estereotipos y contrarrestar los patrones “de lo que significa envejecer que la sociedad y los medios de comunicación quieren ponerte en la mente”.

Que si tienes hijos vas a ser abuela, y si eres abuela ahora eres niñera y si eres niñera ya te moriste”, cuestionó la atleta.

A través del libro de su autoría “Grandiosa a cualquier edad”, la atleta busca inspirar a otras mujeres a vencer el mito del tiempo. Foto Web.

Monasterio ha dedicado 17 años de su vida a la enseñanza en escuelas de secundaria en Massachusetts, ciudad donde crio a sus dos hijas.

Durante los años que estuvo en su país natal, se interesó por los deportes, donde hizo gimnasia y carreras de velocidad, además de estudiar para ser maestra de primaria y educación física.

Esta venezolana, oriunda de la localidad de Punta de Mata, en el estado Monagas, tiene un doctorado en Desarrollo Personal para Adultos y también una maestría en Educación y Consejería de Boston University.

Ha ingresado cuatro años al Salón de la Fama del campeonato regional NPC Southern States. La atleta, que ahora vive en Vero Beach, al norte de Miami, quiere inspirar con su dedicación a aquellos que dejan de lado el ejercicio porque creen que están viejos.

“Esto –dijo- es abrir la puerta para perder el balance, el sentido de la orientación y la masa muscular, y con esta, la energía. Siento que tengo mucho más que dar, un número no me va a determinar a mí, no me va a definir”, reiteró la físicoculturista.

A través del libro de su autoría “Grandiosa a cualquier edad”, la atleta busca inspirar a otras mujeres a vencer el mito del tiempo. Foto Web.

En una nueva faceta de su vida, Monasterio busca inspirar a otras mujeres y también a los hombres, a vencer el mito del tiempo.

Ha descubierto que puede escribir bien en inglés, y ahora en español, cosa que le facilitó crear el libro “Grandiosa a cualquier edad”, (Vibrant at any age), una especie de guía motivacional que tiene como premisa, que la edad nunca debe ser un impedimento para nada ni para nadie. 

Como parte de esa motivación, reveló lo que denomina su “ritual” para mantenerse en forma. “Lo llamo así porque los rituales tienen un sentido de reverencia, respeto, reflexión y adoración. No es una rutina”, aclara.

3:00 AM: Arranco mi día leyendo la biblia, rezo, medito y reflexiono por una hora y media
4:30 AM: Salgo a correr diez kilómetros, cinco trotando y cinco caminando de regreso. Termino cerca de las seis de la mañana.
6 AM: Practico media hora de yoga frente a la playa y, a partir de la salida del sol, estoy metida en el mar. Me baño, gozo, estoy con los peces. Mientras todos duermen, yo absorbo un nuevo día. Un nuevo amanecer.
8 AM: Llegó a mi casa y desayuno. Nunca puede faltar una porción de avena en él. Antes de ir al gimnasio ingiero una porción de carne, una fruta, o algo por el estilo.

De 10 a 12:30: Entreno una parte del cuerpo en particular. Yo no voy al gimnasio a socializar, porque creo en la conexión de la mente y el músculo.
12:30: Vuelvo a mi casa y almuerzo. Una comida basada en mi proteína favorita: El pollo, puede ser con papas, brocoli o coliflor.

Después de almorzar me queda el resto del día libre para hacer quehaceres de la casa.
5 PM: Se me apaga la luz. A partir de esa hora, hago cosas que no requieran mucha energía.

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