ONG responde a declaraciones de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes

Greenpeace ante defensa de industria salmonera: «Solo falta que aseguren que son aporte medioambiental para la Patagonia”

Como “una declaración insólita que demuestra temor por el futuro de su negocio” calificó Greenpeace la férrea defensa que la Asociación de Salmonicultores de Magallanes hizo del negocio salmonero en la región y el ataque a la postura de la organización medioambientalista para detener el avance de esa industria en las aguas de la Patagonia

Por Javier Karmy

03/04/2018

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Como “una declaración insólita que demuestra temor por el futuro de su negocio” calificó Greenpeace la férrea defensa que la Asociación de Salmonicultores de Magallanes hizo del negocio salmonero en la región y el ataque a la postura de la organización medioambientalista para detener el avance de esa industria en las aguas de la Patagonia.

Desde la ONG aseguraron que los salmoneros están molestos porque se han encargado de revelar antecedentes que complican e incomodan a la industria. Por ejemplo, el de las cantidades de antibióticos que usan, información que fue conocida solo después de que la Corte Suprema ordenara a las empresas a hacer pública esas cifras. ¿El resultado? Que dos de las peores empresas –Australis Mar y Trusal, ambas con operaciones en Magallanes- usan más de 900 gramos de antibióticos al año por tonelada producida. En comparación, para una tonelada de vacuno apenas se usan 45 gramos de antibióticos.

Otro antecedente que entregó Greenpeace es que, de acuerdo a una reciente investigación  de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), más de la mitad de los centros salmoneros que operan en Magallanes han presentado condiciones anóxicas, es decir, zonas marinas sin oxígeno, lo que genera en la práctica amplias áreas de mar muerto.

“Lo cierto es que la industria salmonera ha arrasado con los ecosistemas ahí donde se ha expandido. Basta ver en qué se ha convertido buena parte del mar de la Región de Los Lagos para entender los serios impactos que genera. Por eso las declaraciones de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes son insólitas y temerarias. Lo único que falta es que aseguren que son un aporte medioambiental para la Patagonia. Entendemos que pretendan proteger su negocio, pero ello no puede ser a costa del enorme e irrepetible patrimonio medioambiental de Magallanes”, señaló Estefanía González, coordinadora de océanos de Greenpeace.

Greenpeace, además, aseguró que no son ellos los que han estado «bombardeando» la industria salmonera magallánica, sino que es esta actividad la que está afectando los mares de la región con una expansión que no tiene sentido y cuyas nefastas consecuencias ya están a la vista en Los Lagos.

“Es claro que el futuro de Magallanes está en el desarrollo de su industria turística, la que aprovecha el enorme patrimonio medioambiental de la región y no en la industria salmonera que lo que hace es degradarlo”, concluyó Estefanía González.

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