Estudio tumba un mito del reino animal

Paleontólogos aseguran que el tiranosaurio «no podía sacar la lengua»

Los dinosaurios fueron víctimas de su propio éxito: ocuparon de manera tan eficiente los espacios del planeta que su expansión acabó siendo detonante de su desaparición

Los organismos que vivieron hace millones de años pudieron extinguirse o haber sido completamente diferentes a todo lo que vive en el planeta hoy. Sin embargo, las personas que estudian los fósiles y los dinosaurios -como el tiranosaurio- todavía pueden recoger una gran cantidad de información sobre el pasado a través de los restos fósiles, y pueden aplicar esos conocimientos a la actualidad.  Estos científicos se llaman paleontólogos.

Para ellos, el gran Tyrannosaurus rex, el dinosaurio carnívoro que fue uno de los mayores depredadores del planeta, medía hasta 4 metros y tenía 12 metros de largo. El tiranosaurio aparece en películas e ilustraciones rugiendo y sacando la lengua, pero esta representación está totalmente errada, según un nuevo estudio de la Universidad de Texas (sur de Estados Unidos) y la Academia China de Ciencias.

«Los dinosaurios no podían sacar la lengua como los lagartos. Al contrario, sus lenguas probablemente estaban fijadas al fondo de la boca de una manera parecida a la de los caimanes», señalaron en un comunicado los paleontólogos de la Universidad de Texas.

Los fósiles son un registro del pasado de la Tierra. Cada fósil que los paleontólogos identifican y registran contribuye a nuestra historia evolutiva. «Ellos nos ayudan a entender cómo se desarrollaron las plantas y los animales a través del tiempo y cómo llegaron a existir los seres humanos», expone el estudio.

Los paleontólogos también pueden recoger información del pasado lejano con respecto al clima y los efectos que un cambio climático en particular tuvo sobre las plantas y animales que vivieron en esa época.

¿Cómo sería el mundo si su extinción?

La lengua del tiranosaurio probablemente estaba fijada al fondo de su boca. Foto: Web

El estudio determinó que, desde sus orígenes, los dinosaurios en la región de América del Sur migraron en «un frenético movimiento» por todos los hábitats y espacios terrestres. «Irrumpieron en escena y muy rápidamente se trasladaron a todas las partes de la Tierra», dijo el doctor Chris Venditti, de la Universidad de Reading (Inglaterra).

Los dinosaurios eran, sencillamente, todos los superlativos que tanto amamos. Eran los más grandes, los más pesados y los más largos, además de que eran muy diversos y fueron capaces de hacer frente a cualquier reto ecológico que se les presentó.

Es probable que si el asteroide no hubiera impactado la Tierra, aseguran los científicos, los dinosaurios todavía seguirían siendo el ser dominante en el planeta. En ese caso, los grandes mamíferos con los que estamos familiarizados, como los elefantes, nunca habrían evolucionado, debido al hecho de que no tendrían un nicho ecológico el cual ocupar.

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