Conocí a Enrique Solinas en Lima Poesía. De inmediato me sorprendió la manera única de vestirse. Ropa ajustada, a veces blanca con negro y un color loco por ahí. Bien podrían ser zapatos blancos y una humita en una polera bien formal. Luego, la notoria erudición en torno a la poesía y la pasión con que la vive. Un poeta con una sensibilidad única. Aquellos seres humanos con los que da gusto encontrarse y sentir el lenguaje, la palabra.
-¿A qué edad comenzaste a escribir? ¿Qué te motivó o qué momento fue crucial para comenzar en la poesía? Cuéntame tu historia
Comencé a escribir poesía alrededor de los diez años. De esa época me acuerdo que me divertía mucho hacer rimas tontas o crear imágenes que fueran desopilantes, por lo menos para mí. Y fue así que ya para los trece las lecturas de poesía se imponían sobre otros géneros y comencé a comprar cuadernos exclusivamente para escribir. Me resulta difícil separar la lectura de la escritura, creo que ambas cuestiones conforman una unidad inseparable.
Empecé a escribir poesía porque fue una manera de expresar esa tristeza que me habita desde siempre, para poder decir aquello que no podía expresar bajo otra forma del lenguaje. Esa tristeza tenía que ver con una madre perdida en su cabeza, con un padre ausente, y la aventura cotidiana de aprender con los ojos cerrados lo que debía hacer con todo eso.
-Todo buen lector –como tú- tiene libros de cabecera como en la película. ¿Cuáles son los tuyos? ¿Por qué?
Tengo muchísimos libros de cabecera. Es complicado elegir. Cada ocasión amerita uno y nuestro transcurrir es una serie de ocasiones más o menos felices, las cuales atravesamos entre el ensayo y el error.
Libros como Los juegos peligrosos de Olga Orozco, Los trabajos y las noches de Alejandra Pizarnik, Seda de Alessandro Baricco, El amante de Marguerite Duras, El Extranjero de Albert Camus, Residencia en la tierra de Pablo Neruda, Purgatorio de Raúl Zurita, Canto Cósmico de Ernesto Cardenal y tantos otros más. Siempre leí y leo mucho. De chico leí todos los libros de la Colección Robin Hood. Se trataba de unos libros de tapas amarillas con algunas ilustraciones. Y es así que ingresé al maravilloso mundo de la literatura. Los tres mosqueteros, Alicia en el País de las Maravillas, Sandokan y los Príncipes de la Malasia y tantos otros libros fueron los que me ayudaron y me ayudan a vivir.
-Participaste de una pasantía de meses en China ¿Qué nos puedes contar de aquello? ¿Cómo surgió esa invitación?
En 2014 me presenté a Shanghai Writing Program, una Beca de Residencia para escritores que otorga el Gobierno de China. Cada año se presentan escritores de todo el mundo y el Gobierno de China elige entre cinco y ocho escritores, de distintas nacionalidades. La selección de los becados se realiza por sus antecedentes literarios. Van haciendo listas de órdenes de mérito, hasta que quedan la cantidad que ese año pueden recibir. Durante la Beca de Residencia hay que dar conferencias sobre temas predeterminados, participar en charlas debate sobre la visión que tiene occidente de China, escribir para el Shanghai Daily, diario local en lengua inglesa. Y hasta llegué a dar una clase de Poesía Latinoamericana Contemporánea a estudiantes de español del último año de la Licenciatura en Lenguas Modernas.
La experiencia fue maravillosa. Apenas llegué me adapté sin inconvenientes a Shanghai, ciudad que habita el punto medio exacto entre oriente y occidente. Si bien todo era distinto, al mismo tiempo me sentía como si estuviera en casa. Vivir allí fue estupendo.
-China debe ser un país inspirador. Sus tradiciones. Su poesía. ¿Qué experiencias que te hayan marcado nos puedes contar?
China es un país increíble, muy interesante. Yo creo que la felicidad habita allí. Por un lado, es un país que ha sufrido la invasión y el abuso de distintas naciones que la sometieron. Por otra parte, el Gobierno de China sabe cómo gobernar, cómo hacer para que la gente alcance su bienestar. La gente es feliz si puede alimentarse, pagar sus cuentas, comprar lo que desea. Y entonces el gobierno le da a la gente lo que necesita. Así de simple.
La poesía no es el género que hoy en día aprecia la gente. Por el contrario, la narrativa y el teatro son los que tienen más lectores y espectadores. Hay un gran respeto por la tradición y, al mismo tiempo, el concepto de vanguardia no existe allí. En una de las conferencias pregunté al público cuál había sido el movimiento artístico o la tendencia que de alguna forma realizó una ruptura en el arte y causó desconcierto. Lo más próximo que tuvieron fue la Revolución Cultural y en realidad esa revolución tuvo que ver con la profundización del modelo comunista.
-¿Cómo ves la poesía China?
La poesía China que se escribe hoy en ese país responde a la tradición ancestral. No es posible escribir poesía o ficción y realizar una crítica al sistema. Quienes lo hacen, se vuelven invisibles. Esto le sucede a muchos artistas, especialmente a muchos que hoy viven en Beijing.
Cuando vemos en los Festivales Internacionales de Poesía a poetas chinos como en el Festival de Granada (Nicaragua) o el de Medellín, en realidad se trata de poetas que no viven en China, sino que se exiliaron. Bei Dao, Shu Ting, Duo Duo o Yang Lian, viven en el resto del mundo y por eso pueden cuestionar. En cambio, poetas como Zhao Lihong, construyen el poema desde su subjetividad, con temáticas emocionales, donde no hay espacio para la crítica social o política.
-Háblame de tus publicaciones. ¿Qué libro ha sido el que más te ha gustado escribir? ¿Por qué?
Todos los libros que escribí fueron escritos con deseo. Luego el tiempo pasa y uno se siente más o menos cercano a alguno de ellos. Tal vez Noche de San Juan (2008) sigue siendo un libro importante para mí, porque en él pude hablar de temas que antes evitaba o me acercaba sin nombrar adecuadamente. El sexo y la dimensión espiritual, la muerte de la madre, fueron temas que antes abordaba tímidamente y que allí lo hago con total crudeza.
-Eres profesor, crítico e investigador. Cuéntanos cómo es el mundo de Enrique Solinas al respecto.
No sé si está bien que lo diga yo, pero mis días son muy intensos. También soy Director de un Colegio Secundario y estoy embarcado en varios proyectos. Cada día hago numerosas cosas, todas relacionadas con la literatura y el trabajo. No hay descanso para mí, los fines de semana sigo con la escritura, entrego los pedidos (artículos, reseñas) y sigo en esta vocación que continúo construyendo día tras día.
-Me podrías dar un panorama de la poesía argentina actual.
La poesía argentina actual es una variedad de tendencias, estilos y voces, que van armando un collar diverso de flores nuevas. Hay mucha gente haciendo poesía, y las mujeres son más, en relación con los hombres, pero los hombres son los que dominan el espacio literario-político.
En la actualidad hay un auge de la poesía de pequeña voz, poemas que narran una anécdota y que impresiona en algún sentido al yo de la enunciación. No se valora el lirismo clásico y, poco a poco, la poesía de carácter performática va ganando cada vez más espacios.
Podemos hablar de poetas, de jóvenes que escriben y siguen a determinado maestro. Creo que este también es un fenómeno mundial.
-Hay temáticas que a los o las poetas inspiran para seguir.¿Qué temáticas aborda tu poesía?
La muerte siempre es un tema al que visito más de una vez. La soledad, el amor, la escritura. Hoy en día estoy interesado en el mal y su origen.
-¿Cuáles han sido tus influencias literarias?
Creo que mis influencias literarias concretas fueron Olga Orozco y Joaquín Giannuzzi. La primera poeta, clasificada como neorromántica, con lenguaje surrealista. Giannuzzi es el poeta que introduce el objetivismo en la poesía argentina.
-Háblame de tu relación con la poesía latinoamericana, dado que editaste una muestra ¿Qué poetas destacarías de las últimas décadas?
Mi relación con la poesía latinoamericana es estrecha. Todos los días estoy en contacto con poetas de todas partes del mundo. Conversamos, intercambiamos ideas, debatimos.
Algunos de los poetas que destaco son: Diana Bellessi, Dolores Etchecopar, Paula Jiménez España, Silvio Mattoni, Raúl Zurita, Elvira Hernández, Oscar Hahn, Malú Urriola, José María Zonta, Osvaldo Sauma, Marosa di Giorgio, Silvia Guerra, Alfredo Fressia, Rodolfo Hinostroza, Mario Pera, Antonio Cisneros, Adelia Prado, Floriano Martins, Paura Rodríguez Leyton, Gabriel Chávez Casazola, Ana Cecilia Blum, Marialuz Albujar, Enrique Noriega, Rei Berroa, Edenilson Rivera Arévalo, Alfonso Fajardo, Juan Manuel Roca, Jotamario Arbeláez, Javier Alvarado, Luis Armenta Malpica, Edgar Mena, Reina Rodríguez, Luis Manuel Pérez Boitel, Piedad Bonett, Francisco de Asis Fernández Arellano, Carlos Bazzano, León Félix Batista, Ingrid Chicote, a ti, Oscar Saavedra Villaroel y a muchos más.
-La edición es importante a la hora de publicar. ¿Qué podrías decir al respecto si quien te escucha o lee se está iniciando atentamente en la poesía? ¿Puedes compartir algunos tips de edición que tú ocupes?
La edición es importante, pero no el fin. Es tan solo el comienzo de un camino que irá desarrollándose a lo largo de los años. Es muy importante editar y hasta –muchas veces– es una necesidad. Pero creo que el desafío está en darnos cuenta cuándo ese libro está preparado para darlo a la luz, no apresurarnos por editarlo, sino porque el libro contenga todas aquellas cosas que deseamos decir. Pero tampoco guardarlo por toda la eternidad.
Algo que se da en Buenos Aires desde hace un tiempo es la edición casera de poemas. Muchos jóvenes realizan sus libros en papel reciclado, con distintas formas de encuadernación, a veces hechos a mano, otras en computadora. Los diseños suelen ser muy diferentes, utilizan desde la encuadernación japonesa hasta nuevas formas de encuadernar. Yo creo que esto es fantástico porque de esta manera el material circula y más de una vez pude conocer a un nuevo autor gracias a estas publicaciones.
-Si tuvieras que decirles algo a niños, jóvenes que no saben mucho de los círculos literarios, pero sí de libros. ¿Qué les dirías?
Para escribir es necesario tener la intención. Hacerlo. Decir que lo vamos a hacer y no concretarlo, convierte a la escritura en un sueño imposible. Y para escribir bien, antes hay que equivocarse mucho, intentarlo una y otra vez, hasta que de a poco el poema aparece para quedarse.
-Háblame de un momento especial que haya quedado en tu memoria, una experiencia ligada a la poesía que te haya impactado
Uno de los momentos especiales que guardo en mi memoria como un tesoro es cuando conocí por primera vez a Olga Orozco. Leía su poesía desde los 13 y, a los 15 años, leí en el diario que daba un recital en la Casa de la Provincia de La Pampa. Fui a escucharla y fue realmente un momento más que especial. Olga, cuando recitaba, era una hechicera. Imposible no escucharla, su voz grave cautivaba al público. Cuando terminó el recital pidió conocerme, era el más joven de la sala. Me acerqué, charlamos cinco minutos, y me invitó a su casa al sábado siguiente. Desde ese momento y hasta su muerte fuimos grandes amigos.
-La poesía norteamericana ha sido de gran influencia en la poesía Argentina. ¿A qué se debe?
Yo diría que la poesía norteamericana fue una influencia importante en cierto sector de la poesía argentina, pero no en toda. Podemos decir que a partir de la década del ’80 en Argentina, el objetivismo irrumpe con fuerza y es así que poetas como Joaquín Giannuzzi son reconocidos en sus poéticas objetivistas, gracias a Diario de Poesía. Pero no podemos obviar que duramente mucho tiempo la poesía europea fue la gran influencia de la poesía oficial en Argentina. Poetas como Alejandra Pizarnik, por ejemplo, recibieron una influencia directa, donde la musicalidad de los versos muchas veces pesaba sobre el decir, como en las Fiestas galantes de Paul Verlaine, que bien ilustraban los cuadros de Watteau. También el existencialismo como movimiento filosófico influyó en gran parte de la poesía y la narrativa argentina. La poesía alemana, italiana e inglesa también fueron grandes influencias en el panorama poético argentino.
-Qué cosas sucederán en un futuro próximo
Este año, entre septiembre y octubre, saldrá un libro nuevo aquí en Buenos Aires por Ediciones del Dock, Barcas sobre la zarza ardiente. Es un libro pequeño, bueno, todos mis libros son pequeños. Es un conjunto de poemas en donde un hijo se va despidiendo de su padre, ante su inminente muerte. También este año saldrá publicada en Francia una antología de mi poesía, por Reflet de Lettres Éditions. El año que viene también saldrá otro libro de poemas y actualmente estoy trabajando en un nuevo libro, que es el resultado de mi estadía en China. El libro se llamará La manera en que el tiempo se va, y son poemas que voy escribiendo sobre la base de fotos que tomé en Shanghai y en Hangzhou. Para 2017 es posible que realice varios viajes en relación con la literatura y espero que se concreten.
Qué palabras representan a Enrique Solinas
Honestidad y Tristeza; Belleza y Verdad.
Enrique Solinas – Cinco Poemas
La noche en el jardín
Una pequeña música nocturna
en forma de viento.
Los chicos cazan luciérnagas
y ponen las manos
como para rezar.
Como si Dios fuera una luciérnaga
y se dejara atrapar
para romper el silencio.
Como si el milagro fuera que Dios
sea una luciérnaga
para no sentirnos
tan solos.
(de Jardín en Movimiento, Buenos Aires, 2003)
La patria
Triste canción, pequeña,
tan fugaz,
herida abierta a las ciudades,
pueblo,
corazón sin rumbo.
Reina plateada de corona ausente,
sumergida en las aguas
que ocultan la razón.
La pastilla de la felicidad
es un barco que navega
el territorio mudo.
Todos los padres te golpean
y no piden perdón.
Todo tu cuerpo es un gran río
que cambia de discurso.
Y entre el asfalto y las estrellas y el desorden,
nos queda la canción:
callado sueño vacío
bajo el barro de la desesperanza.
Y nuestro rezo,
única y amordazada voz,
temblorosa,
desnuda.
(de Noche de San Juan, Buenos Aires, 2008)
El Rostro de Dios
Esa mujer,
extendida hasta nunca debajo de la sábana
no muestra signos de respiración.
Apenas es el resto de una imagen,
el personaje principal en bastidores
no disponible para despedidas.
Hacia los costados,
sus brazos se alargan y tocan el infinito.
Las manos se apoyan en oriente y occidente
sin ganas ya,
sin intención.
Descorro la sábana y al mismo tiempo
vuela una mosca como ninfa sorprendida.
He aquí la cuestión:
sus labios entreabiertos y la piel extraña
contrastan con el gesto de una sonrisa,
y el único signo de vitalidad
es la mosca
que ha bebido toda su respiración.
Si la mujer sonríe es porque sabe algo
que nunca terminó de decir.
Si la mujer sonríe
es porque nos ha engañado
y nunca sabremos el motivo.
Pasa el tiempo como la vida pasa,
como pasa lo bello y lo triste.
Luego la abrirán en dos
para saber la causa de su fallecimiento.
Luego,
su rostro cambiará y será otra,
alguien desconocido.
Ahora sé que éste es el rostro de Dios:
una mujer que se va y la mosca que sonríe,
compartiendo la misma despedida.
Tan sólo nos queda
cubrir el cuerpo de la desesperanza
y contemplar el aire de la noche,
fatal y divino.
a mi madre, in memoriam
(de Noche de San Juan, Buenos Aires, 2008)
Las dos orillas
“Nuestras vidas son barcas en el tiempo
que navegan la memoria en desaparición”,
escribo,
mientras ahora la noche es un santuario
hasta que llegue el día.
No me dejes ir, tan solo,
hasta el país del sueño.
Puedo no volver
y así quedar anclado
en mitad de la vida.
No me dejes ir, por eso
tomo tu mano en la oscuridad
y creo que esa amarra
sostendrá mi cuerpo
entre las dos orillas.
(El sueño avanza en la noche
como un guerrero furioso
hasta el corazón.)
Y no me dejes ir, tan solo,
te lo pido,
acuérdate de mí
cuando vengas en tu reino.
Porque es noche y es siempre.
Porque puedo no volver
y tengo miedo.
(de Barcas sobre la zarza ardiente, de próxima aparición)
Mi padre es leve
Mi padre es leve como una flor
cuando en otoño cae como las hojas
del libro que alguna vez leyó
al calor del invierno.
Cuando partas de aquí,
Padre,
partiré también.
Algo tuyo
quedará en mí,
siempre.
Y siempre algo de mí
se irá contigo.
(de Barcas sobre la zarza ardiente, de próxima aparición)
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ENRIQUE SOLINAS nació en Buenos Aires el 11 de Julio de 1969. Desde 1989 colabora con publicaciones de Argentina y del exterior, es docente y forma parte de grupos de investigación (CONICET y SIPLET-UCA) en Literatura argentina, Literatura latinoamericana y en Literatura y Mística. Publicó en poesía: Signos Oscuros (1995), El Gruñido (1997), El Lugar del Principio (1998), Jardín en Movimiento (2003), Noche de San Juan (2008), El gruñido y otros poemas (Antología poética, 2011), Corazón Sagrado (2014). En narrativa: La muerte y su conversación (cuentos, 2007). Ha traducido y versionado a numerosos autores, entre ellos a Safo de Lesbos, Horacio, Ovidio, Sharon Olds, Lucielle Clifton, Thomas Merton, Patrick Kavanagh, Roy Campbell, Edward Thomas, Rupert Brooke, R.S. Thomas, Anne Sexton, Sylvia Plath, Jane Kenyon, Crystal Williams, Henri Cole, Ruthven Todd, Li Young-Lee, Alda Merini, Enri de Lucca, Henri Meschonnic, Zhao Lihong, Gu Cheng, etc.
Por su labor literaria obtuvo varios premios, entre ellos, 1er. Premio Nacional Iniciación Bienio 1992/1993, de la Secretaría de Cultura de la Nación, el 1er. Premio Dirección General de Bibliotecas Municipales de Buenos Aires 1993, Mención en los Premios Municipales de la Ciudad de Buenos Aires a la Producción 1994/1995, Subsidio Nacional de Creación de la Fundación Antorchas, Concurso 1997 de Becas y Subsidios para las Artes, el 1er. Premio Estímulo a la Creación año 2000 de la Secretaría de Cultura de la Nación, el 1er. Premio de Cuento Fantástico 2004 de la Fundación Ciudad de Arena y la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, etc. Obtuvo la Beca de Residencia Shanghái Writing Program (2014).
Su obra y forma de parte de antologías nacionales e internacionales, siendo traducido al inglés, al italiano, al francés, al griego, al portugués y al chino. Fue invitado al II Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires (2007), al I Festival de Poesía en el Centro Cultural de la Cooperación (Bs.As, 2009), al IX Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua, 2013) y al IV Festival Internacional de Poesía Latinoamericana de Lima (Perú, 2013) y a la XXII Maratón de la Poesía, Teatro de la Luna, Washington DC (USA, 2014).
Tres comentarios sobre su obra
“Enrique Solinas es uno de los poetas más sobresalientes y destacados de su generación. Lo corroboran el reconocimiento a su obra, a través de numerosas distinciones obtenidas, sus búsquedas apasionadas e incesantes y el tratamiento y reflexiones originales sobre temas universales que, a través de su poética, ha iniciado desde el primer libro, de manera precisa y deslumbradora.”
OLGA OROZCO
“La poesía de Enrique Solinas provoca un profundo sentir en el lector. Con extraordinario lirismo, este poeta nos invita a conocer los secretos del cuerpo y de la naturaleza como sólo un poeta verdadero lo puede realizar.”
MARGARET RANDALL
“La poesía de Enrique Solinas trata acerca de la condición del destino del hombre en el mundo contemporáneo, su miedo y su intemperie. […] una poética que expresa lo terrible y la tensión dramática que lo anima, elude lo enfático, la estridencia y la retórica innecesaria.”
JOAQUÍN GIANNUZZI
Daniel Gigena, para el diario La Nación:
http://www.lanacion.com.ar/1758496-original-misticismo
Carlos Schilling, para el diario La Voz del Interior:
http://www.lavoz.com.ar/ciudad-equis/celeste-y-terrestre
Por Oscar Saavedra Villarroel
https://www.facebook.com/descentralizacionpoetica/?fref=ts
www.escuelasdelapoesia.cl