Hace poco en este medio publicamos una nota que daba cuenta de cómo un equipo de neurocientíficos demostraron que el cerebro de hombres y mujeres no tiene diferencias; que las diferencias están en el sexo, la educación y la cultura, pero que en la gran mayoría de los casos, nuestros cerebros son un mosaico variado de conexiones y estructuras sin un género determinado.
Esto se vincula con el estudio acerca de la creatividad de un autor húngaro-norteamericano llamado Mihaly Csikszentmihalyi, doctor en psicología de la Universidad de Chicago y miembro de la academia de ciencias de Hungría.
En su libro «Creatividad: El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención», el autor explora un aspecto curioso y, hasta ahora, muy poco apreciado de la capacidad creativa, que consiste en una predisposición a la androginia psicológica.
«En todas las culturas, los hombres son criados para ser «masculinos», para ignorar y reprimir esos aspectos de su temperamento que la cultura considera «femeninos», mientras de las mujeres se espera que hagan justo lo opuesto», dice el autor en su ensayo.
«Los individuos creativos, hasta cierto punto escapan de estos rígidos roles estereotípicos. Cuando a los jóvenes se les hacen tests de masculinidad/feminidad, una y otra vez los resultados muestran que las chicas talentosas y creativas son más dominantes y fuertes que otras, y que los chicos creativos son más sensibles y menos agresivos que sus pares masculinos», afirma Csikszentmihalyi.
El autor recalca que esta tendencia a la androginia en la forma de pensar y comunicarse, no es sinónimo de homosexualidad. La homosexualidad es indistintamente posible en todos los estilos de personas, pero la androginia a la hora de elaborar ideas parece ser una característica muy común en las mentes creativas. No está ligada a una constitución sexual o a roles de género, sino a una serie de capacidades psicoemocionales.
«La androginia psicológica es un concepto mucho más amplio; se refiere a la habilidad de una persona de ser al mismo tiempo atrevida y ‘nutridora’, sensible y rígida, dominante y pasiva, independientemente de su género. Una persona psicológicamente andrógina, de hecho dobla su repertorio de respuestas y puede interactuar con el mundo en un espectro mucho más rico de oportunidades. No es sorpresa que las personas creativas tiendan a tener, no sólo las fortalezas de su propio genero, sino también las del otro».
El ensayo es revelador en su totalidad, exponiendo reflexiones acerca de las condiciones ideales en el proceso creativo, las características claves del pensamiento innovador y la forma en que el envejecimiento influye sobre la creatividad. Csikszentmihalyi ofrece consejos valiosos a las personas jóvenes y también da una lista de 91 genios creativos.
El texto no se concentra tanto en la creatividad como habilidad común a todos los humanos y con la que nos movemos en la vida cotidiana resolviendo desafíos diarios, sino que toca esa creatividad extraordinaria, que escapa de lo común: la de los artistas, científicos, innovadores, y todas las personas que transforman la cultura a través de sus obras, ofreciendo nuevas formas de entender y re-crear el mundo.
Fuente, Brain Pickings.