Reseña literaria: «Colonia penal» de Ismael Rivera

Por Carlos Soto Román

Escrito a partir del cuento “En la colonia penitenciaria” de Franz Kafka (cuya primera lectura pública generó revuelo, debido a las atrocidades que narraba), el poemario “Colonia Penal” de Ismael Rivera constituye un sentido testimonio en verso, no sólo sobre los horrores del sistema penitenciario y de la reclusión en parajes extremos, abandonados y remotos, sino también sobre las marcas indelebles que deja el confinamiento en quienes lo padecen como castigo.

Ideado por las potencias imperiales, el modelo de las colonias penitenciarias tenía como fin aislar a los criminales de la sociedad y reducir el riesgo de peligro para los civiles.

Surge entonces el concepto de islas-cárceles, como forma eficaz de dividir, controlar y encauzar a los reclusos, al tiempo en que se les hacía dóciles y útiles. Someter los cuerpos, dominar las multiplicidades humanas y manipular sus fuerzas, al decir de Michel Foucault. 

Pero estas islas-cárceles no solo se usaron para aislar a criminales. Los disidentes políticos también fueron frecuentemente relegados a dichos establecimientos. Durante la dictadura de Pinochet, varias islas fueron usadas con este fin: Mocha, Santa María, Quiriquina, Dawson, entre otras.

Así, en este libro, Ismael Rivera, con pluma firme y precisa, se adentra en las oscuras cavernas del castigo y la represión, explorando la soledad del encierro y la profunda herida que la incertidumbre va horadando en el temple y la dignidad de los cautivos.

¿Cómo describir el silencio en la noche sin hacer ruido?, se pregunta el autor, en un tono que resuena a los horrores vivenciados por un joven Aristóteles España en la Isla Dawson y que pesan como un eco interminable en nuestras conciencias y en el cruento legado de la violenta historia de este país extremo, abandonado y remoto. 

Acostumbrar el párpado a la venda
como segunda piel
devolver el velo al desvelo
cubrir una cuenca vacía con la ilusión
de la palabra.

Verso a verso, con la insistencia de las olas que azotan la isla misma y el encierro, este texto se configura como un necesario homenaje y como un bastión de resistencia, convocando la memoria de estos sitios olvidados de reclusión y castigo, y de quienes tuvieron la mala fortuna de pasar por ellos.

Por Carlos Soto Román

«Colonia penal» fue publicado por Nadar Ediciones y puede ser adquirido directamente con la editorial a través de su Instagram o en los puntos de venta disponibles acá.

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