Artistas plásticos mexicanos se inspiran en las catrinas para elaborar máscaras anticovid-19

Las catrinas mexicanas, máscaras en honor a los muertos, han servido de inspiración en artesanos y artistas plásticos de México, para elaborar máscaras anticovid-19, destacó un reporte de la agencia EFE.

El taller El Volador, que lleva más de 30 años haciendo máscaras, escenografías y ofrendas del Día de Muertos en el país centroamericano, se ha reinventado con la fabricación de cubrebocas y máscaras inspirados en la cultura mexicana.

Con varias líneas de diseño, «El Volador» crea mascarillas con los rasgos de las famosas catrinas, con estampado de pañuelo «paliacate» o más sencillas en negro con una calavera estampada.

«Siempre hemos pensado que el ingenio es el súper poder del mexicano, viene implícito en su ADN, entonces tomamos uno de los temas más representativos de nuestro taller, y dijimos hagamos una careta con forma de calavera», señaló Paco Enríquez.

Antes de empezar a hacer pantallas con forma de calavera y cubrebocas más acordes a la identidad, hicieron las investigaciones necesarias sobre materiales y ergonomía; hicieron caretas sencillas, sin decoración ni formas y lograron colocarlas en instituciones públicas.

Pero pronto se saturó la demanda y tanto Enríquez, que es artista visual, como los 27 trabajadores del taller situado en Iztapalapa, en el sur México, supieron que tenían que crear artículos con mayor personalidad.

Ahora realizan mascarillas más llamativas y también pantallas transparentes con forma de calavera, incluso hicieron una versión que incluye pegatinas para quien quiera decorarlas a su gusto.

Desde entonces -aunque también siguen produciendo algunos otros encargos concretos- están logrando mantener el negocio a flote y Enríquez, coordinador del taller, reconoció especialmente la ayuda de personas cercanas.

Explicó que con la crisis de la pandemia mundial han aprendido a la fuerza a manejar las redes sociales y el comercio en línea, algo que anteriormente habían dejado pasar porque no era tan necesario para ellos.

«Nosotros venimos de eventos masivos muy grandes que necesitan mucha publicidad y proyección, y nos la daban estos mismos eventos.

Estábamos lentos en la parte online y esto lo tuvimos que hacer rapidísimo, alinearnos a la venta. Dentro de todas las cosas malas que ha traído esto, lo bueno ha sido esto que nos ha puesto a prueba», expresó el creativo.

Ahora, ante la incertidumbre de lo que vendrá, Enríquez se muestra positivo y motivado con las nuevas habilidades gracias a las cuales, aunque ha bajado la producción, están consiguiendo pagar los salarios de los 27 trabajadores del taller. Unos trabajadores están laborando en casa, otros haciendo guardia en el taller, todos produciendo en medio de la coyuntura sanitaria mundial.

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