Disturbio
Interrumpiendo el existir del ruido
se presenta desnudo el individuo.
En la plaza de armas
sobre una de las bancas.
-Hola pueblo hundido
yo soy el individuo
os no asuste mi presencia
les contaré mi decadencia-
Continuó el individuo
empuñado la mano
agitando su rostro de lado a lado.
-No llevo ropa puesta
me cansé de ser juzgado
ser rico o ser pobre
por la marca que he comprado-
Una pausa y toma aire
el individuo muy agitado
-El Cabello me es escaso
pues ustedes lo han liquidado
por la rabia y la envidia
que en mi han depositado-
-Ya no llevo nombre alguno
pues a todo renuncié
solo soy el individuo
lo que sus ojos pueden ver-
-Señora y Caballero
permítanme comentarle
lo que usted saca del banco
¡No es dinero!
es un fraude-
-Nuestros párpados se cierran
y créanme que descubrí el gran porqué
pero no se los diré
pues presos irían conmigo también-
Y así terminó el individuo
tras los barrotes de una celda
alegre y conversando
con su cansada conciencia.
Por Felipe Amaro Rodríguez
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